Recientemente asistí a una reunión llamada Sonidos de Esperanza, que reunió a líderes cristianos desde países predominantemente musulmanes como Egipto, Líbano, y el Jordán. Escuchando sus reportes de la vida como una minoría asediada en una región turbulenta me hizo pensar sobre la relación entre el Cristianismo y el Islam.
Hace algunos años un hombre musulmán me dijo, "No encuentro dirección en el Corán sobre como los Musulmanes deben vivir como una minoría en una sociedad ni encuentro dirección en el Nuevo Testamento de cómo los Cristianos deben vivir como una mayoría". Él apunta una diferencia central entre dos formas de fe. Una, nacida en Pentecostés, tiende a prosperar a través y aun en contra de la cultura, a veces coexistiendo con gobiernos opresivos. El otro, anclado geográficamente en la Meca, fue fundado simultáneamente como religión y estado.
Como resultado, en países estrictamente musulmanes, la religión, la cultura y la política están unidas. Mientras que en las administraciones de las escuelas de EE.UU. se debate la legalidad de un minuto de oraciones no sectarias en los juegos de fútbol, en los países musulmanes el comercio y el transporte se detienen para atender al llamado de oración cinco veces al día. Muchos musulmanes buscan la adopción oficial de la ley Shari'ah, derivada de escritos sagrados y semejante al código que todo lo abarca del Pentateuco.
Impulsados por un celo teocrático, el Islam conquistó tres cuartas partes de todo el territorio cristiano durante la edad media. En respuesta los cristianos, quienes tenían poca tradición de guerra santa, iniciaron las cruzadas. a través del tiempo, los cristianos occidentales separaron la iglesia y el estado y respetaron la libertad religiosa. en última instancia, Europa se identificó como una cultura "post-cristiana". Notablemente, no existen sociedades "post-musulmanas" excepto en las regiones donde el Islam fue expulsado por la fuerza.
La cultura teocrática también abre la posibilidad para la coerción moral. como los cristianos tenemos conocimiento de nuestra propia historia. En Algeria, los Islámicos radicales cortaron los labios y narices de musulmanes que fumaban y bebían alcohol. En algunos países musulmanes, la policía de la moral golpeó públicamente a una mujer que se atrevió a usar un taxi sin estar acompañada de su esposo, o que conduce un auto sola. El adulterio o la conversión al Cristianismo puede garantizar una sentencia de muerte.
Salman Rushdie dijo que la verdadera batalla de la historia se pelea entre el epicúreo y el puritano. El péndulo de la sociedad oscila entre "todo está permitido" y "¡Oh, no, no lo hagas!": La restauración vs. Cromwell, la Aclu (Unión Americana de Libertades Civiles) vs. la derecha religiosa, secularistas modernos vs. fundamentalistas islámicos. La recompensa de un millón de dolares por la cabeza de Rushdie prueba este punto.
Los Cristianos en el Este Medio no se oponen a todas las restricciones morales del Islam. Un egipcio me dijo que no podía registrarse en un hotel con una mujer a menos que probara que ella era su esposa -una política que aprecia, así como su esposa. La mayoría de los Cristianos con los que he hablado en esta conferencia preferirían criar a sus hijos en una sociedad islámica estrictamente vigilada antes que en los Estados Unidos, donde la libertad tan a menudo conduce a la decadencia.
El sentido de una cultura unida impregna todos los niveles de la sociedad islámica, comenzando con la familia. Emigrantes del Este Medio al Occidente se impresionan de encontrarnos arrastrando a los niños de preescolar al hogar de cuidado diario y a los mayores a un ancianato. Un buen musulmán valora el grupo sobre el individuo. Entendiendo esto, dice un Americano que vive en Egipto, podría ayudar a explicar la indignación y la violencia que surgió por las caricaturas daneses sobre el profeta Mahoma:
La fundación de la sociedad Árabe no es el individuo, sino la comunidad: en primer lugar, la familia, luego la familia extendida o clan, luego la comunidad religiosa, y luego algunas veces la nación. Con esta cosmovisión, si los caricaturistas en Dinamarca insultan al Islam y a su profeta, y si el líder de Dinamarca ("La comunidad Danesa") no lo denuncia rotundamente, entonces los musulmanes interpretamos que él y los Daneses apoyan las caricaturas y el insulto. Mientras el primer ministro Danés expresó públicamente su desaprobación, también compartió que no era ilegal en Dinamarca, ya que existe la libertad de expresión y de prensa individuales. Irónicamente, esta declaración fue interpretada por la comunidad Islámica como apoyar las caricaturas. Las dos cosmovisiones culturales no fueron capaces de entenderse la una a la otro en lo absoluto.
Escuchando de primera mano como la cultura Islámica incrementó mi entendimiento, pero también me hizo preocupar por mi propia sociedad. Las mismas cosas que repudiamos en el Islam, algunos cristianos encuentran tentadoras. Nosotros también, buscamos poder político y un código legal que refleje una moralidad elevada. Nosotros, También, compartimos una preocupación por criar a nuestros niños en un clima de decadencia moral. Nosotros, También, tenemos la tendencia de ver a otros (incluyendo a los musulmanes) como una comunidad estereotipada, antes que como individuos. ¿Nos volveremos hacia nuestra versión del fundamentalismo radical del Islam hoy en día?
Fuente: Christianity Today
ya nos volvimos, sí.
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