tag:blogger.com,1999:blog-89463953085585439192024-03-25T09:58:48.044-04:00Philip YanceyPhillip Yancey en Español.Anyulhttp://www.blogger.com/profile/13970052852527981843noreply@blogger.comBlogger38125tag:blogger.com,1999:blog-8946395308558543919.post-55879454796077978242012-01-12T07:00:00.000-04:302012-01-12T12:26:37.842-04:30Dos palabras que DesarmanPor varios años un amigo mío llamado Craig Detweiler ha estado llevando a sus estudiantes de comunicación de la Universidad de Biola y la Universidad de Pepperdine al festival Sundance de cine independiente. Una vez el festival agotó las entradas de una proyección de una película mordaz en su representación de los evangélicos estadounidenses. La película cuenta la historia de una familia blanca suburbana que muere en un accidente automovilístico en el camino a una reunión de la iglesia Bautista del Sur. A su llegada en el cielo, un Jesús tatuado les envía de nuevo a la tierra, esta vez despojados del pecado original, ellos celebran su desvergüenza caminando desnudos y haciendo cosas que impactan a sus amigos y vecinos. Finalmente, en un estudio bíblico la comunidad cristiana traza un plan para dar a la familia un pastel de manzana mezclado con veneno, enviándolos inmediatamente de vuelta al cielo.<br />
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De acuerdo con Craig, el público se reía a carcajadas durante toda la película, disfrutando de la representación de los cristianos como reprimidos, intolerantes e incluso homicidas. El director disfrutó de una ovación de pie y luego respondió preguntas de la audiencia. Alguien le preguntó si los cristianos conservadores habían visto la película. "Estoy listo para la pelea", respondió el director.</div>
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Voy a dejar que Craig relaté lo que sucedió después, como comenta en su libro Un Estado púrpura de la mente:<br />
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<a href="http://www.philipyancey.com/wp-content/uploads/2012/01/Purple-state-of-mind-book-cover1-193x300.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" src="http://www.philipyancey.com/wp-content/uploads/2012/01/Purple-state-of-mind-book-cover1-193x300.jpg" /></a></div>
<blockquote class="tr_bq">
Luché para componer mis palabras. Mi voz se quebró un poco. A duras penas dije "Jay, gracias por esta película. Como nativo de Carolina del Norte, compañero cineasta, y cristiano evangélico ... "<br />
Yo nunca uso la palabra evangélico. Está tan cargada de bagaje negativo que por lo general trato de alejarme de esas asociaciones. Pero en este caso, me pareció perfectamente apropiado. Yo estaba hablando en nombre de mi comunidad, en respuesta a una determinada posición en la que nosotros mismos nos habíamos metido. Jay dio un paso atrás, listo para la pelea. Él se puso tenso, se preparó para lanzar un contraataque. El público tuvo la sensación de que las cosas se iban a poner feas. Mis siguientes palabras lo tomaron desprevenido:<br />
"Jay, me disculpo por todo lo que te hemos hecho en el nombre de Dios."<br />
El tenor entero en la sala cambió. Los miembros de la audiencia se voltearon. "¿Escuché correctamente?" Se estiraron los cuellos. "¿Quién dijo eso?" Jay tartamudeaba las palabras, sin saber cómo responder. Él estaba listo para ser atacado, no estaba preparado para una disculpa. Él ofreció un modesto: "Gracias." El público estaba desarmado literalmente ....<br />
Miembros de la audiencia se acercaron a mí después con abrazos. Una pareja de lesbianas me dio las gracias. Hombres gays me besaron. Una persona dijo, "Si eso es cierto, podría considerar darle otra oportunidad al Cristianismo." Lágrimas se derramaron por todas partes. Bastaron dos pequeñas palabras: "Me disculpo".<br />
Mis estudiantes aprovecharon la ocasión, hablando con el elenco y el equipo, invitándolos a unirse a nosotros para seguir conversando. Nuestros "enemigos" se hicieron amigos rápidamente, uniéndosenos para el almuerzo. El elenco vino a nuestra clase al día siguiente, respondiendo preguntas durante una hora. El actor admitió lo asustado que estaba para entrar en nuestro lugar de encuentro en la iglesia. En el escenario, confesó: "Al llegar a este edificio, mi corazón latía más que en cualquier audición que he tenido." El productor dijo: "Este fue el momento más importante de la semana." Una simple disculpa provocó una serie de conversaciones e intercambios acerca de nuestra fe y cómo vivirla.</blockquote>
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En los años posteriores, Craig y sus estudiantes han sido anfitriones de repartos y equipos de otras películas que tocan temas espirituales, entre ellos algunos que se burlan de los cristianos. El escritor de Higher Ground informó que "fui invitado a hablar en su iglesia por una sesión de preguntas y respuestas y de verdad que fue la experiencia más emocionante que puedo recordar en mucho tiempo. Ellos eran la antítesis del juicio...". Experiencias como éstas ayudan a convencerme de que el enfoque de admitir nuestros errores, además de ser más fiel al evangelio de la gracia, es también más eficaz para expresar lo que somos. La propaganda hace que la gente se disuste; admitir errores humildemente desarma. Lejos de pretender tenerlo todo, los cristianos confiesan con regularidad que las cosas no son de esa manera. Después de todo, Jesús dijo que vino por los enfermos y no por los sanos, por los pecadores y no por los santos.<br />
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La revista Leadership informó sobre cuatro quejas que escuchan de los buscadores espirituales: No me escuchas. Me juzgas. Tu fe me confunde. Hablas de lo que está mal en vez de hacer las cosas bien. Reflexionando sobre estas quejas, se me ocurre que los cristianos fallan en comunicarse con los demás porque ignoran los principios básicos de las relaciones. Jesús, Pablo, Juan y Santiago hicieron hincapié en un principio por encima de todos los demás: amar a Dios y amar al prójimo. Por no escuchar, al juzgar, al decir palabras altisonantes que no se traducen en acción, disuadimos a un mundo sediento del Agua Viva que realmente puede satisfacer.<span style="background-color: whitesmoke; color: #333333; font-family: arial, sans-serif; font-size: 16px;" title="By not listening, by judging, by speaking lofty words that don't translate into action, we deter a thirsty world from the Living Water that can truly satisfy."><br /></span><br />
<a href="http://www.feedburner.com/fb/a/emailverifySubmit?feedId=2168944&loc=es_ES">Subscribete a Philip Yancey | Español por Email</a></div><div class="blogger-post-footer">Phillip Yancey en Español.</div>Anyulhttp://www.blogger.com/profile/13970052852527981843noreply@blogger.com7Los Teques, Venezuela10.34214 -67.04032910.3108985 -67.079811 10.3733815 -67.000847tag:blogger.com,1999:blog-8946395308558543919.post-70808314425223269272011-08-22T14:25:00.001-04:302014-03-22T06:02:58.597-04:30Escalando todavía<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://s-external.ak.fbcdn.net/safe_image.php?d=AQDRiMnp_-Od808U&url=http%3A%2F%2Fwww.philipyancey.com%2Fwp-content%2Fuploads%2F2011%2F08%2FMtn-climbers-768x1024large.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;">
<img border="0" height="320" src="https://s-external.ak.fbcdn.net/safe_image.php?d=AQDRiMnp_-Od808U&url=http%3A%2F%2Fwww.philipyancey.com%2Fwp-content%2Fuploads%2F2011%2F08%2FMtn-climbers-768x1024large.jpg" width="240" /></a></div>
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<i><span class="Apple-style-span" style="background-color: whitesmoke; color: #333333; font-family: arial, sans-serif; font-size: 16px; font-style: normal;"><span style="background-color: white;" title="We moved from downtown Chicago to Colorado in 1992, and that next summer a friend from church talked us into doing something that seemed daunting to us city slickers: he led us up one of Colorado's 14,000-foot peaks (4593 meters).">Nos mudamos del centro de Chicago a Colorado en 1992, y que el siguiente verano un amigo de la iglesia nos convenció de hacer algo que parecía desalentador para vaqueros de ciudad como nosotros: nos condujo hasta uno de los 14,000 pies de los picos de Colorado (4593 metros). </span><span style="background-color: white;" title="That mountain, Sunshine Peak, is actually the smallest of the 14ers, barely making the cut at 14,001 feet.">Esa montaña, el Pico del Sol, es en realidad el más pequeño de los 14ers, apenas de hacer el corte a 14.001 pies.</span><span style="background-color: white;" title="Fear"><b>Miedo </b></span><span style="background-color: white;" title="Despite our aching legs, we felt a huge sense of accomplishment, exactly the kind of feeling you expect after climbing a mountain.">A pesar de nuestras piernas doloridas, nos sentimos un enorme sentido de realización, exactamente la clase de sentimiento que esperar después de escalar una montaña. </span><span style="background-color: white;" title="We did a few more that summer, then the next, and after a while climbing 14ers became a summer staple.">Hicimos un poco más que el verano, luego el siguiente, y después de un 14ers mientras que la escalada se convirtió en un elemento básico del verano. </span><span title="It gave us a chance to see our beautiful new state in all its glory.">Nos dio la oportunidad de ver nuestro estado nuevo y hermoso en todo su esplendor. </span><span style="background-color: white;" title="About half of Colorado's 14ers seem more like hikes than climbs, as you rarely have to use your hands.">Aproximadamente la mitad de los Colorado 14ers parecen más alzas que sube, ya que rara vez tienen que usar las manos. </span><span style="background-color: white;" title="The other half, however, include lots of exposure (I have a latent fear of heights so I keep looking up, not down when I inch across precipices or cling to a ledge), huge boulder fields, tricky maneuvers around rock towers, and the">La otra mitad, sin embargo, incluir un montón de exposición (Tengo un miedo latente a las alturas, así que seguir buscando para arriba, no hacia abajo cuando pulgadas a través de precipicios o se aferran a una cornisa), campos de gran canto rodado, las maniobras difíciles en torno a las torres de roca, y el </span><span style="background-color: white;" title="challenge of fickle weather.">reto de clima inconstante. </span><span style="background-color: white;" title="The scariest places have appropriate names: Highway in the Sky, the Knife-Edge, the Bowling Alley, the Keyhole.">La más terrorífica lugares tienen nombres apropiados: Autopista en el cielo, el filo de la navaja, la bolera, el ojo de la cerradura.</span><span style="background-color: white;" title="Typically a climbing day starts at 3 or 4 am, when we pack food, drive to the trailhead, and begin in the dark, our path lit only by headlamps and perhaps the moon."><br /></span></span></i><br />
<i><span class="Apple-style-span" style="background-color: whitesmoke; color: #333333; font-family: arial, sans-serif; font-size: 16px; font-style: normal;"><span style="background-color: white;" title="Typically a climbing day starts at 3 or 4 am, when we pack food, drive to the trailhead, and begin in the dark, our path lit only by headlamps and perhaps the moon.">Normalmente, un día de escalada comienza a las 3 o las 4 am, cuando paquetes de los alimentos, la unidad de inicio del sendero, y comenzar en la oscuridad, nuestro camino iluminado por los faros y tal vez la luna. </span><span title="Sometimes we camp nearby the night before.">A veces nos campamento cerca de la noche anterior. </span><span title="One beautiful spot, the Chicago Basin, is ringed with three 14ers and can only be reached by a tourist train and a long uphill hike.">Un hermoso lugar, la cuenca de Chicago, está rodeada de tres 14ers y sólo se puede llegar en un tren turístico y una caminata cuesta arriba. </span><span style="background-color: white;" title="We try to summit by 11 am at the latest, then head quickly down to treeline in case afternoon thunderstorms roll in.">Tratamos a la cumbre a las 11 horas, a más tardar, a continuación, rápidamente la cabeza hacia abajo para línea de árboles en caso de tormentas eléctricas por la tarde rodar pulg</span><span style="background-color: white;" title="When I had a rollover accident in 2007, I lay strapped to a gurney for seven hours contemplating my life, since the doctor told me that if a bone fragment had nicked the carotid artery, I wouldn't survive."><br /></span></span></i><br />
<i><span class="Apple-style-span" style="background-color: whitesmoke; color: #333333; font-family: arial, sans-serif; font-size: 16px; font-style: normal;"><span style="background-color: white;" title="When I had a rollover accident in 2007, I lay strapped to a gurney for seven hours contemplating my life, since the doctor told me that if a bone fragment had nicked the carotid artery, I wouldn't survive.">Cuando tuve un accidente con vuelco en 2007, yo estaba atado a una camilla durante siete horas contemplando mi vida, ya que el doctor me dijo que si un fragmento de hueso se había mellado la arteria carótida, que no sobreviviría. </span><span title="I can’t die yet, I thought.">No puedo morir todavía, pensé. </span><span title="I have three more 14ers to climb!">Tengo otros tres 14ers a subir! </span><span title="At the time I had done all but three.">En ese momento yo había hecho todos menos tres.</span><span title="A month later a fellow Coloradan named Eric Alexander heard about my accident and sent word through a friend, “If Philip needs any help climbing those last three, I'd be glad to lead him.” I soon learned that Eric participated in the expedition"><br /></span></span></i><br />
<i><span class="Apple-style-span" style="background-color: whitesmoke; color: #333333; font-family: arial, sans-serif; font-size: 16px; font-style: normal;"><span title="A month later a fellow Coloradan named Eric Alexander heard about my accident and sent word through a friend, “If Philip needs any help climbing those last three, I'd be glad to lead him.” I soon learned that Eric participated in the expedition">Un mes más tarde, un hombre llamado Coloradan Eric Alexander se enteró de mi accidente y envió un mensaje a través de un amigo, "Si Felipe necesita ayuda subir los tres últimos, yo estaría encantado de llevarlo." Pronto aprendí que Eric participó en la expedición </span><span title="that led his blind climbing buddy up Mt.">que llevó a su amigo ciego escalar el Monte. </span><span title="Everest.">Everest. </span><span title="You may have seen the National Geographic special on this extraordinary feat.">Es posible que haya visto el especial de National Geographic sobre esta extraordinaria hazaña. </span><span title="Hmm, I thought.">Hmm, pensé. </span><span title="If he can get a blind guy up Mt.">Si se puede conseguir un tipo ciego hacia el Monte. </span><span title="Everest, he surely can get me up anything in Colorado, even with a recently broken neck!">Everest, seguramente me puede conseguir cualquier cosa en Colorado, incluso con el cuello roto recientemente! </span><span title="That same summer, after I got out of a neck brace, Eric led me up my final summit, Maroon Peak, a difficult climb near the town of Aspen.">Ese mismo verano, después de salir de un cuello ortopédico, Eric me llevó hasta mi final de la cumbre, el Pico Maroon, un difícil ascenso cerca de la ciudad de Aspen. </span><span style="background-color: white;" title="We celebrated quickly as clouds rolled in and then dashed for treeline.">Hemos celebrado antes nubes envuelto en ilusiones y luego se para la línea de árboles.</span><span title="This summer my wife and I followed Eric up another tricky peak, Pyramid, which sits impressively just across the valley from Maroon Peak."><br /></span></span></i><br />
<i><span class="Apple-style-span" style="background-color: whitesmoke; color: #333333; font-family: arial, sans-serif; font-size: 16px; font-style: normal;"><span title="This summer my wife and I followed Eric up another tricky peak, Pyramid, which sits impressively just across the valley from Maroon Peak.">Este verano mi mujer y yo seguí a Eric otro pico difícil, Pirámide, que se encuentra al otro lado del impresionante valle de pico granate. </span><span title="Janet has now climbed 51 and has three to go.">Janet ha subido 51 y tiene tres para ir. </span><span title="In the meantime Eric has become a good friend.">Mientras tanto, Eric se ha convertido en un buen amigo. </span><span title="He has written about his climbing adventures in the book The Summit, available from Amazon.com or from Eric's website www.highersummits.com.">Ha escrito sobre sus aventuras de escalada en el libro de La Cumbre, disponible en Amazon.com o en www.highersummits.com sitio web de Eric. </span><span title="Eric also travels and speaks about his experiences climbing the highest peaks on six continents (he's still trying to get to Antarctica).">Eric también viaja y habla sobre sus experiencias escalar los picos más altos en seis continentes (que todavía está tratando de llegar a la Antártida). </span><span title="If you like adventure, his book will cause the hair on the back of your neck to rise: I won't spoil anything, but suffice it to say that leading a blind man up Mt.">Si te gusta la aventura, su libro hará que el pelo en la parte posterior de su cuello a subir: no voy a estropear nada, pero basta con decir que un ciego conduce al Monte. </span><span title="Everest is merely one of the challenges Eric has faced.">Everest es más que uno de los retos que ha enfrentado a Eric.</span><span title="No Fear"><b>Sin Miedo</b></span><span style="background-color: white;" title="Eric recorded a few minutes of our Pyramid climb on his iPhone, and you can view them below or at this link: http://highersummits.nlpgblogs.com/2011/08/12/philip-yancey-shares-some-wisdom-">Eric registró unos minutos de nuestro ascenso a la Pirámide en su iPhone, y puedes ver a continuación o en este enlace: http://highersummits.nlpgblogs.com/2011/08/12/philip-yancey-shares-some-wisdom- </span><span title="on-pyramid-peak/.">en la pirámide de las horas punta /.</span><span style="background-color: white;" title="<iframe src="http://www.youtube.com/embed/ReX0QmTsxRE" frameborder=0 width=640 height=390></iframe>"><iframe frameborder="0" height="390" src="http://www.youtube.com/embed/ReX0QmTsxRE" width="640">&lt;p&gt;&amp;amp;amp;amp;lt;p&amp;amp;amp;amp;gt;&amp;amp;amp;amp;amp;amp;amp;lt;/ iframe&amp;amp;amp;amp;amp;amp;amp;gt;&amp;amp;amp;amp;amp;amp;amp;amp;nbsp;&amp;amp;amp;amp;amp;amp;amp;lt;br&amp;amp;amp;amp;amp;amp;amp;gt;&amp;amp;amp;amp;amp;amp;amp;lt;br&amp;amp;amp;amp;amp;amp;amp;gt;&amp;amp;amp;amp;amp;amp;amp;lt;/span&amp;amp;amp;amp;amp;amp;amp;gt;&amp;amp;amp;amp;amp;amp;amp;lt;span title="There were two humbling moments on this latest climb." style="background-color: rgb(255, 255, 255); "&amp;amp;amp;amp;amp;amp;amp;gt;Hubo dos momentos de humildad en esta última subida.&amp;amp;amp;amp;amp;amp;amp;amp;nbsp;&amp;amp;amp;amp;amp;amp;amp;lt;/span&amp;amp;amp;amp;amp;amp;amp;gt;&amp;amp;amp;amp;amp;amp;amp;lt;span title="The first came when we had spent 45 minutes inching our way up a steep pitch, only to see a muscular mountain goat scramble up behind us in a matter of seconds." style="background-color: rgb(255, 255, 255); "&amp;amp;amp;amp;amp;amp;amp;gt;El primero llegó cuando habían pasado 45 minutos avanza poco a poco nuestro camino hacia un tono fuerte, sólo para ver a una cabra de montaña muscular trepar por detrás de nosotros en cuestión de segundos.&amp;amp;amp;amp;amp;amp;amp;amp;nbsp;&amp;amp;amp;amp;amp;amp;amp;lt;/span&amp;amp;amp;amp;amp;amp;amp;gt;&amp;amp;amp;amp;amp;amp;amp;lt;span title="The second came when I stood on top of this very tough mountain, gasping for breath and aching in too many places to mention when I suddenly realized that, yes, I was now approaching the halfway point of Mt." style="background-color: rgb(255, 255, 255); "&amp;amp;amp;amp;amp;amp;amp;gt;El segundo llegó cuando yo estaba en la cima de esta montaña muy dura, sin aliento y dolor en lugares demasiado numerosos para mencionarlos cuando de repente me di cuenta de que, sí, me estaba aproximando al punto medio del monte.&amp;amp;amp;amp;amp;amp;amp;amp;nbsp;&amp;amp;amp;amp;amp;amp;amp;lt;/span&amp;amp;amp;amp;amp;amp;amp;gt;&amp;amp;amp;amp;amp;amp;amp;lt;span title="Everest, well below base camp." style="background-color: rgb(255, 255, 255); "&amp;amp;amp;amp;amp;amp;amp;gt;Everest, muy por debajo del campamento base.&amp;amp;amp;amp;amp;amp;amp;amp;nbsp;&amp;amp;amp;amp;amp;amp;amp;lt;/span&amp;amp;amp;amp;amp;amp;amp;gt;&amp;amp;amp;amp;amp;amp;amp;lt;span title="Sorry, Eric, it’s all yours."&amp;amp;amp;amp;amp;amp;amp;gt;Lo sentimos, Eric, es todo tuyo.&amp;amp;amp;amp;amp;amp;amp;lt;/span&amp;amp;amp;amp;amp;amp;amp;gt;&amp;amp;amp;amp;amp;amp;amp;lt;/span&amp;amp;amp;amp;amp;amp;amp;gt;&amp;amp;amp;amp;amp;amp;amp;lt;/i&amp;amp;amp;amp;amp;amp;amp;gt;&amp;amp;amp;amp;amp;amp;amp;lt;/p&amp;amp;amp;amp;amp;amp;amp;gt;&amp;amp;amp;amp;lt;/p&amp;amp;amp;amp;gt;&lt;/p&gt;</iframe></span></span></i><div class="blogger-post-footer">Phillip Yancey en Español.</div>Anyulhttp://www.blogger.com/profile/13970052852527981843noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8946395308558543919.post-37288033801290813282010-11-17T17:04:00.000-04:302010-11-17T17:04:08.935-04:30Una fuente viva en el desierto<i>Como la fe cristiana será una influencia subversiva - y liberadora - en el Medio Oriente.</i><br />
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<i>A principios de 2009, Philip Yancey fue en una gira de conferencias por el Medio Oriente, principalmente en los Emiratos Árabes Unidos y otros países pequeños a lo largo del Golfo </i><i>árabe (o persa)</i><i>. En Bahrein se encontró en un patio trasero con 30 personas de Arabia Saudita, todos expatriados. La mayoría de ellos vivían en compuestos construidos por las compañías petroleras, y todos tenían historias escalofriantes sobre la vida en uno de los países más conservadores del mundo musulmán. Los anfitriones invitaron al personal de catering a pasar adentro mientras Yancey hablaba, por temor a ser denunciados a las autoridades saudíes. Yancey es autor de numerosos libros, incluyendo <b>¿Qué bueno es Dios: En busca de una fe que importa</b> (Hachette / FaithWords), del cual este artículo es un extracto resumido.</i><br />
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Si alguien hubiera estado aquí en los días de <b>Julio César</b> y predijera la caída del poderoso Imperio Romano y el triunfo de una religión advenediza fundada por un campesino galileo, habría sido tomado por loco.Así como también cualquiera que estuviera en el Oriente Medio cinco siglos más tarde y predijera la caída del cristianismo, por aquel entonces dominante en lugares como Irak, Siria y Turquía. Sin embargo, aquí estamos en el siglo 21 en una furtiva reunión en un patio trasero dentro de un estado islámico, con la esperanza de que ninguno de los ayudantes contratados sean espías. Como visitante, no puedo dejar de preguntarme por qué esta parte del mundo, lugar de nacimiento y una vez el centro de la fe cristiana, se convirtió en la región más resistente a ella.<br />
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Tengo una posible pista del sociólogo francés<b> Jacques Ellul</b>, quien, mirando a su alrededor en el mundo moderno, observó una tendencia paradójica: A medida que la fe cristiana impregna la sociedad, tiende a producir valores que contradicen el evangelio. A veces pruebo su teoría durante un viaje con extranjeros preguntándoles: "Cuando digo las palabras Estados Unidos, qué es lo primero que le viene a la mente?" Invariablemente, obtengo una de las tres respuestas:<br />
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<ul><li><b><i>Riqueza</i></b>. Representando sólo el 5 por ciento de la población mundial, EE.UU. genera casi la cuarta parte de la producción económica del mundo y sigue dominando las finanzas globales.</li>
<li><b><i>Poder militar</i></b>. EE.UU., como los medios de comunicación nos recuerdan periódicamente, es "la única superpotencia del mundo." El presupuesto militar de EE.UU. supera a la de los próximos 23 naciones combinadas, entre ellos China, Rusia, Irán y Corea del Norte.</li>
<li><b><i>Decadencia</i></b>. La mayoría de la gente en otros países obtienen su noción de los EE.UU. de las películas de Hollywood, quienes parecen obsesionados con el sexo y el crimen.</li>
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Cada punto contradice las enseñanzas y el ejemplo de <b>Jesús</b>, cuya vida estuvo marcada por la pobreza, la abnegación y la pureza. No hay duda por qué los seguidores Islam desestiman el cristianismo, una fe poderosa que de alguna manera produce lo contrario de sus ideales en la sociedad en general.<br />
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Los soldados estadounidenses estacionados aquí conocen el patrón: mientras luchaban en dos guerras del Golfo, tuvieron que arreglárselas sin alcohol ni <i>Playboy</i> en deferencia al estricto código islámico en los países de escenario. Un musulmán me mencionó el síndrome de "<i>Baywatch</i>", en alusión al excitante programa de televisión que hace unos años sustituiria a Dallas como el programa de televisión de exportación más popular en el extranjero. "<i>Nos sentimos atraídos a lo que más tememos</i>", dijo. "<i>Imagínese lo que la cultura americana decadente representa a un joven musulmán que, fuera de su familia, nunca ha visto la rodilla de una mujer, o incluso su rostro</i>."<br />
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Por nuestra parte, los estadounidenses reaccionan con confusión y consternación ante turbas de musulmanes llamando a gritos "muerte a Gran Satán" y queman efigies de nuestros líderes. La etiqueta de "Gran Satán", irrita especialmente porque pensamos en los EE.UU. como una nación cristiana, mucho más devota que, por ejemplo, la mayoría de países europeos. Por lo menos todavía vamos a la iglesia. ¿Cómo puede alguien considerarnos diabólica?.<br />
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La mayoría de los observadores entiende la diferencia entre un cristiano comprometido que acepta a Jesús como modelo de vida y de una "cristiano cultural", que vive en una nación con una herencia cristiana. La mayoría de los musulmanes no lo hace. (Del mismo modo, muchos estadounidenses pintan el Oriente Medio con una brocha gorda, al juzgar a todos los musulmanes como los radicales y terroristas.) Una de las razones de su confusión, creo, se relaciona con el enfoque global de la sociedad a la religión típica del Islam y el <i>laissez-faire</i> más común en las sociedades cristianas.<br />
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Hace varios años, un hombre musulmán me dijo: "<i>He leído todo el Corán y no pude encontrar orientación sobre la manera en que los musulmanes deben vivir como una minoría en una sociedad. He leído todo el Nuevo Testamento y no pude encontrar orientación sobre cómo los cristianos deben vivir como la mayoría.</i>" Él señaló en una diferencia central entre las dos religiones. Las sociedades musulmanas tienden a unificar la religión, la cultura, el derecho y la política. Considerando que EE.UU. debate en tribunales la legalidad de las oraciones no sectarias en los partidos de fútbol y monumentos públicos a los Diez Mandamientos, en el Oriente Medio, incluso las líneas aéreas transmiten la llamada a la oración cinco veces al día. Y en los países con una gran variedad de religiones, como Nigeria, a medida que aumenta la población musulmana, ellos tratan de imponer la ley religiosa Sharia a todos los ciudadanos.<br />
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El enfoque de arriba hacia abajo tiene una determinada eficiencia despiadada. En un momento dado, el Islam conquistó tres cuartas partes de todo el territorio cristiano, incluyendo el Oriente Medio y gran parte de Europa. Por supuesto, los cristianos hemos tenido nuestros propios experimentos con la coacción moral: la Inquisición Española, la Ginebra de <b>Calvino</b>, la Inglaterra de <b>Cromwell</b>, los puritanos de Nueva Inglaterra, que miramos hacia atrás en con pesar. Con el tiempo, sin embargo, el Occidente cristiano se movió hacia la separación entre Iglesia y Estado y el respeto por la libertad religiosa.<br />
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Gran parte del recelo que sienten los musulmanes de Occidente se debe a nuestro fuerte énfasis en la libertad, siempre una empresa arriesgada. He oído a algunos decir que preferirían educar a sus hijos en una sociedad islámica cerrada que en los Estados Unidos, donde la libertad tan a menudo conduce a la decadencia. Un cristiano egipcio me dijo que no puede reservar una habitación de un hotel con una mujer hasta que muestren evidencia de que ella es su esposa -una política que valora, al igual que su esposa. También podemos aprender de la importancia de la familia islámica. Quienes emigran de Oriente Medio a Occidente se sorprenden al encontrarnos yendo y viniendo de niños en edad preescolar a la guardería y padres ancianos en residencias.<br />
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Aunque puede haber ventajas de vivir en el Oriente Medio, los cristianos aquí se enfrentan al desafío diario de la práctica de su fe como una pequeña minoría en una cultura que a veces puede parecer hostil. ¿Cómo pueden permanecer fieles a sus creencias y presentar una imagen diferente del cristianismo a sus vecinos musulmanes? Afortunadamente, tienen un buen modelo a seguir: los primeros cristianos que provienen de esta región.<br />
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Recientemente he estado leyendo un estudio de la historia de <b>Rodney Stark</b>, <i>el auge del cristianismo</i>. Como sociólogo de la religión, <b>Stark</b> investigó el éxito del movimiento de los primeros cristianos, que, a partir de unos pocos miles de seguidores, creció hasta abarcar la mitad de la población del Imperio Romano en tres siglos. En medio de un ambiente hostil, los cristianos simplemente actuaron bajo sus creencias. Yendo en contra de la cultura mayoritaria, trataban a los esclavos como seres humanos, a menudo liberándolos, elevando la mujer a posiciones de liderazgo. Cuando una epidemia golpeaba sus pueblos, se quedaban para cuidar a los enfermos. Se negaron a participar en prácticas comunes como el aborto y el infanticidio. Ellos respondieron a la persecución como mártires, no como terroristas. Y cuando las redes sociales Romanas se desintegraron, la iglesia dio un paso al frente. Incluso uno de sus críticos paganos tuvieron que reconocer que los primeros cristianos amaban a sus vecinos "como si fueran su propia familia."<br />
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A la larga, el trabajo de compasión que muchos de ustedes están haciendo entre los trabajadores de otros países puede tener más impacto en la sociedad del Medio Oriente que todos los miles de millones de dólares que se vierten en exploración de petróleo y proyectos de construcción. He visto los resultados a largo plazo de unos pocos misioneros jóvenes que con sacrificio trajeron educación y atención médica a los grupos marginados. La gente conoce instintivamente la diferencia entre algo que se hace con un afán de lucro y algo que se hace con motivo del amor.<br />
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Algunos en los Estados Unidos juzgan el éxito de nuestro país a través de medidas tales como el producto nacional bruto, el poderío militar y la dominación mundial. El Reino de Dios mide las cosas como la atención a los oprimidos y el amor por los enemigos. En el juicio final descrito en Mateo 25, Dios juzgará a las naciones por la forma en que tratan a los pobres, los enfermos, los hambrientos, el extranjero, y el prisionero. ¿Cuán distinto el mundo vería a mi país si se asociara a los EE.UU. con el "síndrome de Jesús" en lugar de armas, riqueza, y el síndrome de <i>Baywatch</i>?<br />
<h4>Cuando las víctimas escriben la Historia</h4>Una vez asistí a un retiro de fin de semana, patrocinado por el psiquiatra y autor <b>M. Scott Peck</b> (<i>El camino menos viajado</i>), que reunió a diez Judios, diez cristianos, y diez musulmanes. <b>Peck</b> tuvo la idea que para resolver los problemas humanos, primero debemos trabajar para crear un espíritu de comunidad, y sólo entonces, tratar de resolver las diferencias, precisamente lo contrario del enfoque tradicional de la diplomacia. Lamento decir que el fin de semana acentuó sobre todo el conflicto entre Judíos y musulmanes mientras los cristianos se sentaron en silencio al margen.<br />
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Uno de los asistentes fue <b>Hanan Ashrawi</b>, una prominente legisladora palestina, activista y académica. Se presentó diciendo: "<i>Yo soy cuádruplemente marginada. Soy una mujer feminista en una sociedad dominada por los hombres. Soy cristiana en una sociedad predominantemente musulmana. Soy un palestina, un pueblo sin patria. Y aquí en los Estados Unidos Estados, soy una minoría racial y cultural</i>."<br />
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Poco después de ese retiro, me encontré con los escritos de <b>René Girard</b>, filósofo y antropólogo francés, cuya brillante carrera culminó en una posición en la Universidad de Stanford. <b>Girard</b> quedó fascinado con el hecho de que en los tiempos modernos una persona "marginada" asume una autoridad moral. En nuestro grupo, por ejemplo, la introducción de la <b>Dr. Ashrawi</b> le ganó su respeto. <b>Girard</b> señaló que una cabalgata de movimientos de liberación - abolición de la esclavitud, el sufragio femenino, el movimiento de derechos civiles, derechos de los animales, derechos de los homosexuales, los derechos de la mujer, derechos de las minorías, derechos humanos- han ganado velocidad desde el siglo 20.<br />
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La tendencia desconcertó a <b>Girard</b> porque no encontró nada comparable en sus lecturas de literatura antigua. Los vencedores, no los marginados, escribieron la historia y los mitos de Babilonia, Grecia y otros países celebran héroes fuertes, no víctimas lamentables. En su investigación, <b>Girard</b> rastreó el fenómeno hasta la figura histórica de <b>Jesús</b>. A <b>Girard</b> le impactó que la historia de Jesús va contra la corriente de todas las historias heroicas de su tiempo. De hecho, <b>Jesús</b> escogió la pobreza y la desgracia, pasó su infancia como refugiado, vivió en una raza minoritaria bajo un duro régimen, y murió como prisionero. Desde el principio, Jesús se puso del lado de los desvalidos: los pobres, los oprimidos, los enfermos, los "marginados". Su crucifixión, concluye <b>Girard</b>, presentó un nuevo guión a la historia: La víctima se convierte en héroe por ser una víctima. Para consternación de sus colegas seculares, <b>Girard</b> se convirtió al cristianismo.<br />
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Cuando Jesús murió como víctima inocente, introdujo lo que uno de los discípulos de <b>Girard</b> ha llamado "<i>la revolución histórica más radical en el mundo, a saber, el surgimiento la una empatía por las víctimas.</i>" Hoy en día la víctima tiene superioridad moral en cualquier parte del mundo occidental: considere cómo los medios retratan la situación de los huérfanos de VIH / SIDA en África o los refugiados tibetanos o los palestinos desarraigados. <b>Girard</b> afirma que la vida y muerte de Jesús dio luz a una nueva corriente en la historia, que socava la injusticia. Pueden pasar siglos para que esa corriente erosione con la opresión, como lo hizo con la esclavitud, pero la corriente de liberación fluye.<br />
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A veces los seguidores de Jesús se unen a la corriente, ya veces se paran en la orilla y observan. Sin embargo, con el tiempo el Evangelio trabaja su efecto liberador. (Se puede ver claramente el contraste en las sociedades que han experimentado poca influencia cristiana). Mujeres, minorías, discapacitados, activistas de los derechos humanos - todos estos obtienen su fuerza moral del poder del evangelio desatada en la cruz, cuando Dios se puso de parte de la víctima. Como una gran ironía, el movimiento "<i>políticamente correcto</i>" defendiendo estos derechos a menudo se posiciona como un enemigo del cristianismo, cuando en realidad el Evangelio ha contribuido con los fundamentos que hacen que sea posible tal movimiento. Y aquellos que condenan a la iglesia por sus episodios de violencia, esclavitud, sexismo, racismo lo hacen por los principios del Evangelio. El Evangelio sigue siendo fermento de una cultura, incluso cuando la iglesia se pone del lado equivocado en un problema.<br />
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He visto la corriente que fluye aquí en el Oriente Medio con muchos de ustedes llegando a ayudar a las víctimas de la injusticia. Algunos países de esta región tienen una jerarquía basada en el sexo, la raza y la religión tan rígida en su camino como el sistema de castas en la India. Con sus ejemplos, ustedes están mostrando a sus vecinos otra forma de tratar a las mujeres, los extranjeros, los funcionarios, y otras razas. En el proceso, también están mostrando un rostro cristiano a una nueva región que tiende a juzgar por los estereotipos.<br />
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Usted puede sentirse como una minoría acosada aquí, con mucha razón. Sin embargo, una y otra vez en la historia humana, una minoría de cristianos que simplemente expresa el espíritu de Jesús puede tener una potente influencia subversiva. Ha ocurrido en esta parte del mundo antes, y puede ocurrir de nuevo.<br />
<h4>Moviendo Rocas</h4>Termino con una historia real de Afganistán que tuvo lugar en la década de 1970, antes de la ocupación rusa o el régimen de los talibanes o la intervención de la OTAN. En ese momento, el gobierno permitió a una pequeña iglesia cristiana servir a los internacionales que trabajaban allí, aunque no pudo asistir a los afganos. (Un gobierno más severo luego revocó el permiso y destruyó la iglesia, abriendo un gran agujero en el suelo porque había oído rumores de una "iglesia subterránea")<br />
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Un amigo mío llamado <b>Len</b> organizó un grupo musical juvenil para recorrer países de Oriente Medio. Con cierto temor, también aceptó una invitación para ampliar el viaje a Afganistán para un concierto en el centro de Kabul. <b>Len</b> hizo a los adolescentes escribir exactamente lo que dirían, sujeto a su aprobación. "<i>Este es un estricto gobierno musulmán</i>", les advirtió. "<i>Si ustedes dicen algo equivocado, podrían terminar en la cárcel y, al mismo tiempo poner en peligro a todos los cristiano que viven en este país. Memoricen estas palabras y no se atrevan a apartarse de ellas cuando las digan. Los adolescentes escuchaban con los ojos abiertos al describirles las consecuencias nefastas de un ligero mal paso"</i>.<br />
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En un calentamiento, el equipo dio un programa abreviado en una escuela patrocinada por las Naciones Unidas y un restaurante, cantando canciones populares y canciones sobre el amor de Dios. La noche del concierto oficial en Kabul, casi un millar de afganos llenaron la sala y se agolparon fuera de las puertas abiertas para escuchar. Todo fue bien hasta que un adolescente en el equipo dejó su guitarra y comenzó a improvisar: "<i>Me gustaría contarles acerca de mi mejor amigo, un hombre llamado Jesús, y la diferencia que ha hecho en mi vida</i>." Desde un lado del escenario, <b>Len</b> indicó salvajemente para que se detuviera, poniendo su dedo en el cuello. Haciendo caso omiso de él, el joven procedió a dar una cuenta detallada de cómo Dios había transformado su vida.<br />
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"<i>Yo estaba casi fuera de mí</i>", me dijo <b>Len</b>. "<i>Yo sabía las consecuencias, y me senté con mi cabeza en mis manos esperando la espada caer. En cambio, sucedió la cosa más increíble. El ministro de Asuntos Culturales de Afganistán se puso de pie y caminó hasta el escenario para responder</i>.<br />
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"<i>Hemos visto mucha gente joven norteamericana llegar a este país</i>", dijo."<i>La mayoría de ellos vienen por drogas, y la mayoría parecen hippies. No hemos visto ni oído de jóvenes como tu. El Amor de Dios es un mensaje que mi país necesita. ¿Cómo me emociona escucharte! Eres un modelo para la juventud de Afganistán a seguir en el futuro. Me gustaría invitarte a ampliar tu tour, para que visites todos los colegios y los facultades y también para dar el mismo mensaje en Radio Kabul. Voy a hacer que suceda.</i>"<br />
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<b>Len</b> se quedó estupefacto. Esa noche se reunió el grupo musical. <i>"¿Oíste lo que dijo el hombre? Estamos cambiando nuestros pasajes, por supuesto, para alargar la visita. Y él quiere dar a este mismo mensaje. ¡Más te vale que no cambies ni una palabra!</i>"<br />
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En los próximos días, el grupo musical celebró otras actuaciones. Después de cada evento los jóvenes afganos los rodearon con sus preguntas. <i>Quiero saber más sobre este Jesús -que sabemos de él a través del Corán. Ustedes hablan de una relación personal con Dios. ¿Puedes describirlo? ¿Cómo los cambia su fe?</i> Algunos pidieron que oraran con los adolescentes. Nunca sucedió algo similar en Afganistán.<br />
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El último día, después de una gira triunfal, los adolescentes se reunieron con <b>J. Christy Wilson</b>, un personaje respetado en Afganistán. Nacido de padres misioneros en Irán, obtuvo un título de la Universidad de Princeton y un doctorado en estudios orientales en la Universidad de Edimburgo, Escocia. Luego pasó 22 años en Afganistán, sirviendo como director de una secundaria del gobierno y enseñando Inglés para el príncipe heredero y diplomáticos afganos. También lideró la Iglesia Comunidad Cristiana y fundó la Escuela para Ciegos en Kabul.<br />
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<b>Wilson</b> llevó a los adolescentes a un lugar turístico inusual, el único cementerio en Afganistán, donde los "infieles" podían ser enterrados. Se acercó a la primera lápida, envejecida con el tiempo. "<i>Este hombre trabajó aquí 30 años y tradujo la Biblia al idioma afgano</i>", dijo. "<i>Ni una sola persona se convirtió. Y en esta tumba junto a él se encuentra el hombre que lo reemplazó, junto con sus hijos que murieron aquí. Él trabajó por 25 años, y bautizó al primero cristiano en Afganistán.</i>" A medida que se paseaba entre las lápidas, contó las historias de los primeros misioneros y sus destinos.<br />
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Al final de la fila se detuvo, se volvió y miró a los adolescentes a los ojos. Durante 30 años, este hombre movió rocas. Eso fue todo lo que hizo, mover rocas. Luego vino su reemplazo, que no hizo más que cavar surcos. Hubo otro que plantó las semillas, y otro que las regó. Y ahora ustedes niños - están trayendo la cosecha. "<br />
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"<i>Fue uno de los grandes momentos de mi vida</i>", recuerda <b>Len</b>. "<i>Vi sus caras, mientras caía en la cuenta que estos adolescentes estadounidenses exuberantes que habían presenciado este despertar espiritual increíble no eran sino el último paso en una larga línea de servicio fiel que se remonta a muchas décadas. Nunca olvidaré esa escena</i>".<br />
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Aquellos de ustedes que trabajan y oran en esta parte hostil del mundo a veces pueden sentirse como si no hacen nada, pero las rocas se mueven, o se cavan surcos. Tal vez sea así. Sólo Dios controla la cosecha. No tenemos idea de lo que depara el futuro para Oriente Medio. La mayoría de los occidentales que vienen aquí representan algo más que Jesús. Algunos traen equipo militar. Algunos vienen a explotar los recursos e invertir sus dólares. Pero ustedes tienen una vocación diferente: dar a conocer el espíritu de Jesús y unirse a la corriente de liberación que se rompió hace 2.000 años.<br />
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Esa imagen, por supuesto, no viene sólo de <b>René Girard</b>, sino del profeta <b>Amós</b>, que dijo: "<i>Que fluya la justicia como un río, la misericordia, como una corriente que nunca falla!</i>" Que esa corriente cobre impulso en este lugar.<br />
<span class="Apple-style-span" style="-webkit-border-horizontal-spacing: 2px; -webkit-border-vertical-spacing: 2px; border-collapse: collapse; font-family: Verdana, Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: 11px; font-style: italic;">Extraído del libro <a class="citation" href="http://translate.googleusercontent.com/translate_c?hl=en&ie=UTF-8&sl=auto&tl=es&u=http://www.christianbook.com/Christian/Books/product/%3Fitem_no%3DWW559850%26p%3D1006327&prev=_t&rurl=translate.google.com&twu=1&usg=ALkJrhixk1Nf-L1cZ6MO9noJ2KnGuS4-Ng" style="color: black; font-style: normal; outline-color: initial; outline-style: none; outline-width: initial; text-decoration: underline;" target="_blank"><span class="citation" style="font-style: normal;">¿Qué bueno es Dios?</span></a> por Philip Yancey.</span><br />
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© Christianity Today, <b>Noviembre, 2011</b>. Usado con permiso. volumen 54, número 11. Todos los derechos reservados.<br />
<a href="http://www.feedburner.com/fb/a/emailverifySubmit?feedId=2168944&loc=es_ES">Subscribete a Philip Yancey | Español por Email</a><div class="blogger-post-footer">Phillip Yancey en Español.</div>Anyulhttp://www.blogger.com/profile/13970052852527981843noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8946395308558543919.post-56532896546741037862010-01-10T08:15:00.000-04:302010-01-10T08:15:32.761-04:30Alcanzando al Dios invisible<b><i>"En el centro del Evangelio se encuentra la paradoja del yugo. Jesús nos ofrece consuelo-"Vengan a mi todos ustedes que están cansados y agobiados y yo les daré descanso"- pero el consuelo consiste en tomar sobre sí una nueva carga; la suya propia. "Carguen con mi yugo y aprendan de mí, pues yo soy apacible y humilde de corazón y encontrarán descanso para su alma. Porque mi yugo es suave y mi carga es liviana".<br />
Jesús ofrece una paz que comprende nuevas perturbaciones; un descanso que comprende nuevas tareas. La "Paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento" prometida en el Nuevo Testamento es una paz en medio de la batalla, una tranquilidad en medio del temor, una seguridad en medio de la duda. Puesto que vivimos como residentes extranjeros en una tierra extraña, ciudadanos de un reino secreto, ¿que otro tipo de paz podríamos esperar? En este mundo, la inquietud, no el contentamiento es señal de salud. La Biblia usa la palabra "meditar" para describir la forma en que una persona se enfrenta a este tipo de tensión. Cuando María, la madre de Jesús, se encontraba con cosas que no podía resolver de forma lógica, las guardaba dentro de su alma, "meditándolas", y cargando con la tensión en lugar de tratar de eliminarla."</i></b><br />
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Esta será mi columna final para <i><b>Christianity Today </b>- </i>por un tiempo, al menos. Luego de escribir columnas desde 1983, he decidido tomar un descanso. Ya que esta revista se describe a sí misma como una "<i>de convicción evangélica</i>", parece apropiado usar esta última columna para realizar algunas observaciones generales sobre el movimiento.<br />
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El evangelicalismo se ha vuelto un fenómeno global. El año pasado visité el Medio Este, India, África, América Latina, y Europa como el invitado de iglesias y ministerios. En cada lugar, los evangélicos exudan vida y energía. Mientras que las iglesias serias cambian lentamente, los evangélicos tienden a tener pies ligeros, adaptándose rápidamente a las tendencias culturales.<br />
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El movimiento de Jesús, el movimiento de iglesias en casas, iglesias sensibles a los buscadores, iglesias emergentes - los evangélicos han generado todos estos. En su estela, los grupos de adoración han reemplazado órganos y coros, diapositivas de PowerPoint y clips de vídeo ahora avivan los sermones, y barras de café <i>esspreso </i>mantienen a los congregantes despiertos. Si una técnica no funciona, encuentran una que lo haga.<br />
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Aunque admiro la innovación, yo advertiría que imitar las tendencias culturales tiene un lado negativo. En una conferencia de líderes juveniles a la que asistí, por adoración querían decir tener a un Dj tocando música <i>técno </i>con el volumen similar a un motor de <i>Jet </i>mientras una audiencia sudorosa llenaba el escenario, saltando mientras cantaban estrofas espirituales. A riesgo de sonar anticuado, no podía dejar de cuestionar la profundidad de la adoración. Los seminarios recomiendan ahora sermones de 15 minutos a la luz de periodos de atención más cortos. Publicistas quieren libros más delgados, con palabras y conceptos más simples. ¿Tendremos pronto un evangelio <i>Twitter </i>de 140 caracteres?<br />
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Quizá debemos presentar una alternativa a la cultura prevaleciente en lugar de simplemente adoptarla. ¿Cómo sería una iglesia que creara un espacio para la quietud, que rechazara las tendencias de celebridades y se desconectara de los medios que le rodean, que resista activamente la cultura consumista? ¿cómo sería la adoración si esta fuera dirigida más hacia Dios que hacia nuestras preferencias de entretenimiento?<br />
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Tenemos mucho que aprender de otras tradiciones Cristianas. Con toda su prominencia, los evangélicos todavía constituyen una pequeña parte del mundo. Menos de un tercio de la población mundial se identifica como Cristiano/a. De estos, casi dos tercios son Católicos, Ortodoxos, o casi católicos. De los cristianos restantes, casi el 10 por ciento de la población mundial, muchos se resistirían a ser etiquetados evangélicos.<br />
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Mientras escribía un libro sobre la oración, aprendí mucho más de los católicos que de algún otro grupo. Ellos, después de todo, han dedicado órdenes enteras a esta práctica. Aprendí el misterio y la reverencia de la Iglesia Ortodoxa del Este. En la música, en la adoración, en teología, ellos me enseñaron el <i>mysterium tremendum</i> involucrado cuando nosotros los débiles seres humanos nos acercamos al Dios del universo.<br />
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Mientras examino el movimiento evangélico observo muchas cosas buenas, pero también muchas cosas que pueden mejorarse. Nuestra historia incluye desunión - ¿Cuántas denominaciones diferentes representa esta revista? - y un pasado que incluye lapsos en ética y juicio. Hemos dado energía a la fe, pero también hemos traído división. Celebramos la transformación del individuo, pero muy frecuentemente nos quedamos cortos en nuestra meta más grande de transformar la sociedad.<br />
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Me entristece escuchar la caricatura de los medios que muestra a los evangélicos como fanáticos de derecha. La palabra evangelio significa "<i>buenas noticias</i>", y he observado como ese mensaje se transmite de maneras creativas y prácticas en alrededor de 50 países. Pero puedo ver de dónde el medio obtiene el estereotipo. Tengo una carpeta de correos electrónicos abrasadores de evangélicos durante las elecciones presidenciales del 2008, y una colección más reciente propagando temores acerca de las propuestas para la reforma de salud. Estas suplementan una carpeta aún más grande con temas sobre homosexuales. Los evangélicos no siempre han hallado una manera de combinar actos de amor con un espíritu amoroso.<br />
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En una tendencia alentadora, la división del evangelio fundamentalista-social que marcó la iglesia hace un siglo hace mucho de desapareció. Ahora las organizaciones evangélicas van a la vanguardia en esfuerzos tales como alivio y desarrollo, micro créditos, ministerios para el HIV/SIDA, y el alcance a las trabajadoras sexuales. He visitado ministerios prósperos entre las comunidades de desecho de basura en las afuera de Manila, el Cairo, y en Ciudad Guatemala, los evangélicos han tomado en serio el llamado de Jesús de cuidar a "<i>los más pequeños</i>".<br />
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Recientemente escuché de un amigo que visitó un barrio en Sao Paulo, Brasil. Él se puso nervioso cuando se dio cuenta de unos soldados a pie de capos de la droga haciendo guardia sosteniendo armas automáticas. Se estaban fijando en él, un gringo invadiendo su territorio. "<i>entonces el capo de ese vecindario se dio cuenta de mi franela, la cual tenía el logo de una iglesia pentecostal. Él rompió con una sonrisa: "O, evangélicos" nos llamó, dándonos un abrazo. Durante años, esa iglesia ha cuidado a los niños del barrio, y ahora eran bienvenidos alegremente.</i>"<br />
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Algunos de mis amigos creen que debemos abandonar la palabra evangélico. Yo no. Simplemente anhelo que podamos vivir a la altura del significado de nuestro nombre.<br />
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<div style="text-align: right;"><b>Fuente</b>: <a href="http://www.christianitytoday.com/ct/2009/november/28.65.html?start=1">Christianity Today</a><br />
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© Christianity Today, <b>Noviembre, 2009</b>. Usado con permiso. Todos los derechos reservados.<br />
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"Te sientas a cenar y la vida como la conoces termina", escribe Joan Didion en memoria de la muerte de su esposo de un ataque al corazón. Todo aquel que ha sufrido una pérdida repentina conoce este sentimiento de caída libre.<br />
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La vida de mi hermano no llegó a su fin este verano, pero en una terrible semana de ataques progresivos, su cerebró "apagó" gran parte de su cuerpo. En un viernes, comenzó a experimentar problemas de la vista. El siguiente lunes, se dirigió manejando hasta el doctor, quien lo envió en una ambulancia al hospital local. El martes hablaba con claridad algunas veces y otras hablaba cosas sin sentido. El miércoles podía caminar pero perdió el control sobre su brazo y mano derechos. Para el jueves no podía mantenerse de pie y ni seguir instrucciones sencillas. Una resonancia magnética demostró un daño cerebral significativo.<br />
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Cuando llegué el siguiente día, mi hermano apenas podía abrir los ojos y había perdido movimiento en todo su lado derecho. Algunas veces apretaba mi mano apropiadamente cuando le hablaba y lloraba a menudo, así que sabía que tenía algún entendimiento. Luego que se establizó su cerebro, un cirujano abrió una ventana a través de su craneo y en un procedimiento de 6 horas redirigió una arteria del cuero cabelludo al interior del cerebro.<br />
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Permanecí toda esa semana en la sala de espera de un hospital, compartiendo con otras familias en medio de las horas de visita. En tal contexto, los extraños se convierten en amigos íntimos. Una madre contaba historias de su hija bipolar cuyo pulmón le había sido removido. La vimos en su fase maníaca, caminando por los pasillos con un dispensador de medicinas, en su fase depresiva, las enfermeras la vigilaban en busca de señales de suicidio.<br />
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Solo, siempre con un libro en la mano, el novio de una joven mujer que había tenido una sobredosis de Vicodin se mantenia en vigília al lado de su cama durante tres semanas. Muy cerca, un indio traducía para su esposa: luego de una cirugía en el cerebro, perdió la facilidad para hablar en inglés y solo podía hablar en su lengua materna. Una familia desesperada ponía carteles en los ascensores - ayudanos a salvar la vida de Nick- pidiendo a americanos asiáticos considerar una donación de médula ósea.<br />
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Tristemente, algunos pacientes no tenían visitas. Reglas diferentes gobiernan la riqueza y el estatus de un hospital: el dinero no es moneda, sino los visitantes y el amor.<br />
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<b>El megáfono misericordioso</b><br />
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La vejez retoma la niñez y las lesiones en el cerebro nos proveen una visión inquietante. La gente usa palabras simples alrededor de ti, y hablan muy fuerte. Necesitas ayuda con tareas sencillas como comer e ir al baño. Luego de la cirugía, estaba eufórico por la habilidad de mi hermano de contar hasta 5 y pronunciar las palabras "feliz cumpleaños". Dos semanas antes, él, un filósofo y gran pianista, había conversado conmigo sobre Nietzsche o Schubert.<br />
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Como pequenños pájaros indefensos con los picos abiertos, nosotros sus familiares ansiabamos bocados de esperanza del personal médico. Regresé con un nuevo conjunto de heroes: enfermeras y terapéutas. Jenny de Filipinas, Cristin la rubia tatuada, y aun Mary "la enfermera grande" quien podía voltear a mi hermano con una mano - su alegría y aliento le hacía seguir adelante. Él trato de agradar con afán infantil a los terapéutas que trabajaron en el habla y el movimiento.<br />
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Se me ocurrió mientras observada a estos profesionales que subvaloramos severamente el papel de los capellanes y pastores. Ellos, también, ofrecen tesoros de esperanza y consuelo, tocando familias en un momento único de vulnerabilidad y temor. ¿Cuántas juntas eclesiásticas recompensan a los pastores por su tiempo en los hospitales?<br />
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El dolor es el megáfono de Dios, dijo C.S. Lewis, una imagen que algunos encuentran problemática si esto implica que Dios causa el dolor a través del cual Él habla. Quizá la imagen del dolor como una trompetilla - el dispositivo cónico que amplificaba el sonido antes de la invención de las ayudas para la audición- es más precisa. En las salas de espera, en las Unidades de Cuidados Intensivos (UCI), aún el agnóstico podría respirar aquella oración de una sola palabra: "¡Ayuda!" y la tensión por alguna respuesta.<br />
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Mientras trabajaba en un hospicio, mi esposa me comentó la diferencia entre los visitantes que decían "Buena suerte" mientras salían y aquellos que decían "estoy orando por ti" - y lo decían de verdad. Mi hermano probó ser cristiano y decidió que no le funcionaba. En algun nivel se creía a sí mismo maldecido por Dios, imperdonable. En la UCI, sin embargo, apretó mi mano fuertemente cada vez que oraba en su oído, y algunas veces lágrimas corrían de su rostro inmóvil.<br />
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Dios puede hablar en tales momentos. Recuerdo cuán importante fue para mi, un maniático del control, confrontar mi propia vulnerabilidad y dependencia luego de romperme el cuello en un accidente automovilístico hace dos años. Salí del hospital en un "aturdimiento de gracia", con una inmensa gratitud por la vida que espero que nunca se desvanezca.<br />
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Para los servicios funerales el libro de oraciones comunes incluye la sombría verdad, "en medio de la vida estamos en la muerte". Nada demuestra más la fragilidad y la preciosidad de la vida mejor que una semana en la UCI.<br />
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<div style="text-align: right;"><b>Fuente</b>: <a href="http://www.christianitytoday.com/ct/2009/september/26.96.html">Chrisitianity Today</a><br />
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<a href="http://www.feedburner.com/fb/a/emailverifySubmit?feedId=2168944&loc=es_ES">Subscribete a Philip Yancey | Español por Email</a><div class="blogger-post-footer">Phillip Yancey en Español.</div>Anyulhttp://www.blogger.com/profile/13970052852527981843noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8946395308558543919.post-40903086861209045242009-08-22T09:44:00.000-04:302009-08-22T09:44:44.710-04:30Encuentre a Dios en lugares inesperadosCitas: <br />
¿Juzga Dios a las naciones como a entidades nacionales?<br />
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El Antiguo Testamento ciertamente muestra a Dios lidiando con entidades nacionales: los profetas hicieron bajar juicio sobre Israel y Judá, también sobre Filistea, Asiria y Babilonia. Pero el Nuevo Testamento parece presentar un importante cambio: Ahora Dios está trabajando y no es principalmente a través de las naciones, sino a través de un reino invisible que trasciende las naciones.<br />
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Jesús destacó el "reino de los cielos" como el foco central de la actividad de Dios sobre la tierra.<br />
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Cada vez que se aproxima una elección, los cristianos debaten si este o aquel candidato es un "hombre de Dios" para el gobierno.<br />
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Tengo dificultad para imaginar a Jesús meditando en si Tiberio, Octavio o Julio César era un "hombre de Dios" para el imperio.<br />
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Lo que sucedía en Roma estaba en otro nivel completamente diferente al Reino de Dios.<br />
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El apóstol Pablo se ocupaba mucho de cada iglesia en Galacia, Éfeso, Corinto y Roma, pero no encuentro ninguna indicación de que él se ocupara de "cristianizar" el Imperio Romano.<br />
<br />
Algunos historiadores argumentan que la iglesia perdió de vista su misión original a medida que se acercaba al trono del poder.<br />
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Mientras las naciones se deslizan, yo estaré trabajando y orando para que el Reino de Dios avance.<br />
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El Evangelio de Jesús no era ante todo una plataforma política.<br />
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En el tiempo de Jesús las personas que lo veían como su salvador político, de continuo estaban aturdidas por la elección de sus compañeros. Se hizo conocido como el amigo de los recaudadores de impuestos, un grupo claramente identificado con los explotadores extranjeros.<br />
<br />
Aunque denunciaba el sistema religioso de sus días, trató con respeto a un líder como Nicodemo, y aunque habló sobre el peligro del dinero y la violencia, le mostró amor y compasión al joven rico y a un centurión romano.<br />
<br />
En pocas palabras, Jesús honró la dignidad de cada persona, ya sea que estuviese de acuerdo con él o no.<br />
<br />
Cuán difícil es recordar que el Reino de Dios nos llama a amar a la mujer que acaba de salir de una clínica de aborto (y, sí, incluso a su doctor), a la persona promiscua que está muriendo de SIDA, al acaudalado propietario de tierras que está explotando la creación de Dios.<br />
<br />
Si no le puedo mostrar amor a tales personas, entonces necesito preguntarme si he comprendido el evangelio de Jesús.<br />
<br />
Por naturaleza, un movimiento político traza líneas, hace distinciones, pronuncia juicios; en contraste, el amor de Jesús cruza a través de las líneas, trasciende distinciones y dispensa la gracia.<br />
<br />
Si mi activismo aleja tal amor, he traicionado Su reino.<br />
<br />
Más y más me temo que la iglesia se vea como un enemigo de los pecadores.<br />
<br />
¿Cómo puede uno sostenerse en un alto nivel de pureza moral, mientras al mismo tiempo muestra gracia a quienes no cumplen esas normas?<br />
<br />
Damos servicios de labios para afuera diciendo que «odiamos el pecado mientras amamos al pecador», pero, ¿cuán bien practicamos este principio? Con demasiada frecuencia los pecadores no sienten que la iglesia los ama y que a su vez continúa alterando su definición de pecado, precisamente lo opuesto del patrón de Jesús.<br />
<br />
Un cambio importante en la historia tuvo lugar con el emperador Constantino, quien fue el primero en legalizar el cristianismo y hacerlo una religión subsidiada por el estado. En esa época, su reino parecía ser el mayor triunfo de la fe: ahora el emperador estaba usando los fondos del estado para construir iglesias y patrocinar conferencias teológicas en lugar de perseguir a los cristianos porque no lo adoraban. Tristemente, el triunfo no vino sin un precio. El estado comenzó a nombrar obispos y otros oficiales de la iglesia, y creció una jerarquía que casi era una réplica de la jerarquía del mismo imperio. Los obispos cristianos pronto comenzaron a imponer la moralidad sobre la sociedad en general.<br />
<br />
Me di cuenta, mientras meditaba sobre la vida de Jesús, cuánto nos hemos alejado del equilibrio divino que él estableció para nosotros. Cuando escucho los sermones y leo los escritos de la iglesia contemporánea, en ocasiones detecto más de Constantino que de Jesús. El hombre de Nazaret era uno sin pecado, amigo de pecadores, un patrón que nos debiera convencer sobre ambos aspectos.”<br />
<div align="right">Fuente: <br />
<a href="http://faltamenos.wordpress.com/2009/08/21/el-reino-de-dios/">Falta Menos</a><br />
</div><a href="http://www.feedburner.com/fb/a/emailverifySubmit?feedId=2168944&loc=es_ES">Subscribete a Philip Yancey | Español por Email</a><div class="blogger-post-footer">Phillip Yancey en Español.</div>Anyulhttp://www.blogger.com/profile/13970052852527981843noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-8946395308558543919.post-83096701725965026042009-07-16T12:06:00.001-04:302009-07-16T12:06:07.136-04:30Todo un mundo allá afuera <div><i>Abriendo nuestras persianas las maravillas prevalecientes de la creación<br></i></div> <div><b></b></div> <p>Una vez escuché al pastor-erudito <b>Eugene Peterson</b> recordar a una mujer excéntrica llamada la hermana Lychen. Casi cada semana, en la iglesia a la que Peterson asistía cuando niño- que alentaba las palabras de profecía- esta frágil anciana se ponía de pie y decía algo como esto: "<i>el señor me ha Revelado que no veré la muerte hasta que el Señor mismo regrese con gloria para alcanzarme para verme con Él en el aire</i>".<br> </p>Un día, para consternación de Eugene, su madre le pidió llevar algunas galletas hechas en casa a la casa de la hermana Lychen. Temblando, Eugene tocó la puerta. La propia hermana Lychen, con su cara huesuda, pálida y llena de venas le invitó a entrar para compartir las galletas. Ella le sirvió un vaso de leche, y el pequeño muchacho se comió las galletas nerviosamente en una oscuridad casi total - La hermana Lychen mantenía sus persianas cerradas todo el día.<br> <br>Luego, dijo Peterson, tuvo una fantasía. Se vió a sí mismo apresurandose a llegar a casa de la hermana Lychen y abriendo todas las persianas. "<i>Mire hacia afuera</i>" decía él. "<i>¡vea, hay un arbol de álamo, y un águila pescadora en el tope de la rama! y un venado de cola blanca. ¡Hermana Lychen, hay todo un mundo allá afuera!</i>"<br> <br>Fue todo este mundo bueno de afuera lo que me trajo de vuelta a la fe Cristiana. Culminé mi niñez con una visión distorsionada de Dios: un superpolicía con el ceño fruncido buscando aplastar a cualquiera que pudiera estar pasándola bien. Desde entonces vine a conocer a Dios como un artista caprichoso que llenaba el mundo con criaturas como el puercospin y el zorrillo y el jabalí, quien llena el mundo con flores silvestres y peces tropicales mas hermosos que cualquier diseño en una muestra de un mueso de Arte.<br> <br>Francis Collins, antiguo director del <a href="http://www.ornl.gov/sci/techresources/Human_Genome/home.shtml" target="_blank">Proyecto Genoma humano</a>, observa la mano de Dios en el magnífico código de la doble hélice del ADN. La autora ganadora del premio Pulitzer <a href="http://www.anniedillard.com/" target="_blank">Annie Dillard</a>, la observa en las criaturas que nadan y bucean en el río Tinker en las Montañas de Cresta Azul en Virginia. De los escritores de la naturaleza como John Muir, Henri Fabre, Loren Eiseley, y Lewis Thomas gano apreciación por el Artista Maestro en el que posiblemente no creen; sus observaciones precisas y reverentes me ayudan a abrir las persianas. <br> <br> Conocí a un pastor en Bahrain que podía identificar con la vista 2000 especies de conchas marinas, y un misionero en Costa Rica que había armado una coleción de clase mundial de mariposas y polillas. El historiador de la Iglesia Mark Noll observa que la canción "vuelve tus ojos hacia Jesús" yerra claramente cuando dice "y las cosas de la tierra crecerán extrañamente tenues a la luz de su Gloria y Gracia ". No, dice él, el resto del mundo crece más claramente, no más oscuro, en la luz de Cristo. Dios creó la materia, en Jesús, Dios la unió.<br> <p>Tenemos ejemplos bíblicos del pueblo de Dios alcanzando recursos más allá de las paredes de la iglesia. En una historia registrada en 2° de Reyes, la ciudad de Samaria cae en estado de hambruna y es sitiada. Desesperados, personas inmundas con lepra arriesgaron sus vidas al aventurarse más allá de los muros en busqueda de comida. Encontraron un asombroso panorama, los remanentes de un ejercito que se había desvanecido, y trajeron los suministros abandonados a los acobardados israelitas adentro. Algunas veces debemos salir de la iglesia para obtener inspiración y alimentación. De manera similar, Agustín de Hipona escribió acerca de los Israelitas usando oro egipcio para construir el tabernáculo de Dios.</p> <p>El americano-japonés <a href="http://www.makotofujimura.com/" target="_blank">Mako Fujimara</a> vio una oportunidad inusual en el inicio del desastre del centro de Comercio Mundial (World Trade Center). Mako, un artista de clase mundial y Cristiano pensativo, vive a unas cuadras del Punto Cero*, en un vecindario poblado de artistas. Luego del 11 de septiembre, con muchos artistas de la Ciudad de Nueva York excluidos de sus estudios y hogares, Mako abrió un estudio comunal y lo dedicó como "<i>un oasis de colaboración por artistas del Punto Cero</i>".<br> </p><p>Para ese entonces, muchos de estos artistas estaban produciendo obras con la intención de impactar, mayormente llenas de obscenidad y violencia. De pronto, la realidad produjo creatividad: lo que sucedió en su propio vecindario era mucho mas obsceno y violento que cualquier cosa que imaginaron. En la seguridad del estudio de Mako, estos artistas redescubrieron otros valores - belleza, gentileza, humanidad - y sus obras comenzaron a reflejarlos. Gretchen Bender, una artista de vanguardia que trabajó para "<i>decodificar el género y la sexualidad</i>", comenzó a formar una creación diferente. Ella dobló cientos de mariposas blancas de origami y las arregló en un hermoso modelo, inspirado por una mariposa real flotando sobre su rostro días después del 11/9. Gretchen llamó a esto su "<i>momento de resurreción</i>". <br> </p><p>Pos seis meses los artistas mantuvieron exhibiciones, actuaciones, lecturas de poesías, y reuniones de oración en este lugar seguro. Como comentó Mako posteriormente, "<i>nuestras capacidades de imaginación llevan una responsabilidad para sanar, tanto como llevan la responsabilidad de representar angustia</i>". La iglesia una vez se puso de pie como administradora de la cultura, como su patrón así como su guía. Si ignoramos el mundo afuera de nuestras paredes, sufrimos tanto como sus habitantes.<br> </p><p><b>N del T:</b> el Punto Cero es denominado el centro o el lugar de origen de algún desastre o fenómeno ocurrido.</p> <p></p> <div class="blogger-post-footer">Phillip Yancey en Español.</div>Anyulhttp://www.blogger.com/profile/13970052852527981843noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8946395308558543919.post-74212884642079051242009-06-25T15:21:00.002-04:302009-06-25T15:24:45.821-04:30Examinando la Maravillosa Cruz<div></div><div><i>Comprendiendo que la Expiación es algo más que comprender una teoría.</i><br />
</div>Busque en Google las palabras <i>expiación</i> junto con <i>iglesia emergente</i>, y su monitor pronto se recalentará en unos cuantos grados. Un debate en vivo (y no siempre civilizado) ha surgido entre quienes defienden las teorías clasicas de la Expiación y quienes las aprecian como una variación de la caricatura que <b>Dorothy Sawyers</b> dibujó hace 60 años:<br />
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<blockquote class="gmail_quote" style="border-left: 1px solid rgb(204, 204, 204); margin: 0pt 0pt 0pt 0.8ex; padding-left: 1ex;">Dios quería maldecir a todo el mundo, pero su sadismo vengatigo fue saciado por la crucifixión de su propio Hijo, quien era verdaderamente inocente, y, por lo tanto, una victima particularmente atractiva. Ahora Él maldice solamente a las personas que no siguen a Cristo o que nunca han escuchado de Él.</blockquote><br />
Desde la muerte de Jesús hace casi 2000 años, Teólogos como <b>Origenes, Anselmo de Canterbury, Abelardo </b>y<b> Juan Calvino</b> han propuesto maneras de entenderla: Como un rescate pagado a Satanás, una Satisfacción requerida por Dios, una influencia moral para la humanidad, una sustitución penal por el castigo de la humanidad. Algunas de estas teorías, haciendo referencias a sacrificios animales y a la ira de Dios, difícilmente convencen en estos tiempos modernos.<br />
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La Cruz es la imagen central del Cristianismo, y nos da una prueba vívida que, en las palabras del novelista <b>Flannery O'Connor</b> "<i>ha sido, por todo su escándalo, hallada por Dios como algo por lo que vale la pena morir</i>". Sin embargo los teólogos de alguna manera deben explicar como la muerte de Jesús difiere en esencia de la muerte de cualquier otro líder. ¿Qué lo hizo necesario, y exactamente cómo afectó nuestra relación con Dios?<br />
<br />
Durante la Semana Santa el año pasado, me encontraba reflexionando un poco en la justificación teórica de la Expiación en sus fundamentos prácticos.<br />
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Tres ideas de esa semana:<br />
<ul><li><b>La Cruz hizo posible una nueva intimidad con Dios. </b>Tres de los evangelios mencionan que en momento de la muerte de Jesús, una gruesa cortina dentro del temlo se rasgó de arriba a abajo, exponiendo el Lugar Santísimo. Tradicionalmente, una vez al año, en el día de la Expiación (<i>Yom Kippur</i>), el sacerdote podía entrar el temible Lugar Santísimo. Las preparaciones incluían baños rituales, vestimentas especiales, y cinco sacrificios de animales, y aún así el sacerdote ingresaba con aprehensión de cometer una ofensa. Él llevaba puestas campanas en su cadera y una cuerda alrededor de su tobillo para que si la campana se silenciara, otros sacerdotes pudieran recuperar su cuerpo.</li>
</ul><ol></ol><div style="margin-left: 40px;">El libro de Hebreos expone un vívido contraste: el autor afirma que los creyentes ahora pueden "<i>acercarse al trono de gracia con confianza</i>"<b>(4:16)</b>. Ninguna imagen puede ser tan impactante para los judíos devotos que el entrar con franqueza en el Lugar Santísimo. Por lo tanto, concluye el autor de los Hebreos, "<i>acerquémonos confiadamente a Dios</i>" <i><b>(10:22)</b></i>. Gracias a Jesús, no necesitamos una cortina protectora, Dios ha provisto un Mediador suficiente para siempre.<br />
<br />
Mientras visitaba los Estados Unidos en 1962, el teólogo <b>Karl Barth</b> se enfrentó a una pregunta que precisaba cuando exactamente había sido salvado. <b>Barth </b>respondió "<i>sucedió una tarde en el año 34 dc cuando Jesús murió en la cruz</i>". El amor encuentra su camino de sobreponerse a todos los obstaculos de unirse con el amado, sin importar el costo.</div><ul><li><b>La Cruz revela los límites de los logros humanos.</b> <i><b>Pablo </b></i>escribió "<i>y despojándo a las potestades y autoridades, las exhibió en un espectáculo público, triunfando sobre ellas en la cruz</i>" <i><b>(Col 2:15)</b></i>. Poncio Pilato hizo que se escribiera el crimen de Jesús -"<i>Rey de los Judios</i>"- en tres idiomas, un tributo irónico a la parodia de justicia. De hecho fue un espectáculo público cuando las refinadas autoridades de la época se agruparon frente a un hombre inocente, y el sistema de justicia más renombrado ejecutó la sentencia.</li>
</ul><div style="margin-left: 40px;"><b>Winter Thomas Merton</b> señala que "<i>nadie vió la Resurrección. Todo el mundo vió la Crucifixión. Todo el mundo ve la Crucifixión. La Cruz está en todas partes</i>". Debe darnos una pausa, este símbolo de contradicción, cuando somos tentados a mirar a la pólitica o la ciencia para resolver los problemas más profundos de la humanidad. Cristo expuso como dioses falsos los mismos poderes en el que hombres y mujeres se enorgullecen de invertir mayor esperanza.<br />
</div><ul><li><b>La Cruz trae a la luz una calidad inesperada de la divinidad:</b> <i>humildad</i>. Como <b>Pablo </b>expresa en Filipenses 2: "<i>su actitud debiera ser la misma que Cristo Jesús: quien siendo en forma de Dios, no consideró su igualdad con Dios como cosa a que aferrarse sino que se despojó a si mismo... se humilló a si mismo y se hizo obediente hasta la muerte - ¡incluso hasta la muerte en la cruz! </i>" <i><b>(v. 5-8)</b></i>. El pobre y aquel que se encuentra en desventaja responden por instinto a esta identificación personal: observe los sermones en Appalachia o las comunidades de base en América Latína que se centran en la Cruz. Los novelistas también lo saben: <b>Graham Greene, Georges Bernamos </b>e<b> Ignazio Silone</b> la hicieron del sacramento conmemorando la muerte de Jesús la pieza principal de sus más finas obras.</li>
</ul>Cualquier otra cosa que podamos decir al respecto, la Expiación cumple el principio Judío que solo uno que ha sido herido puede perdonar. En el Calvario, Dios escogió ser herido.<br />
<div style="margin-left: 40px;"></div><div style="text-align: right;">Fuente: <a href="http://www.christianitytoday.com/ct/2009/may/32.72.html" target="_blank">Christianity Today</a>:</div><div class="blogger-post-footer">Phillip Yancey en Español.</div>Anyulhttp://www.blogger.com/profile/13970052852527981843noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-8946395308558543919.post-62763551528326275872009-04-12T07:24:00.001-04:302009-04-12T07:24:28.622-04:30El día sin nombre<p></p>En Louisiana, una mujer yace enterrada bajo una arboleda de robles de 150 años en el cementerio de una iglesia episcopal. Tiene tallada una sola palabra en su lápida: "Esperando".<br><br>Un amigo mío conoce a un pastor anciano que predicó un emocionante sermón titulado "es viernes, pero el domingo se acerca". En una cadencia que incrementa el tempo y el volumen, su sermón contrasta como se veía el mundo el viernes - cuando las fuerzas del mal parecían haber triunfado- a cómo se veía el Domingo. Los discípulos que vivieron a través de ambos días nunca más dudaron de Dios. Aprendieron que cuando Dios parece estar más ausente, está más cerca que nunca.<br> <br>El sermón omite un día, sin embargo, - el sábado - el día sin nombre. Lo que los discípulos vivieron en pequeña escala, nosotros lo vivimos ahora en escala cósmica. Es sábado en el planeta tierra; ¿será Domingo alguna vez?<br> <br>El oscuro viernes del Gólgota puede ser llamado bueno solamente por lo que sucedió el domingo. La Semana Santa abrió una grieta en un universo en vía a la decadencia. Y algún día Dios engrandecerá el milagro de la Semana Santa a gran escala.<br> <br>Mientras tanto, esperamos con anticipación y esperanza, viviendo nuestros días en Sábado, el día de en medio que no tiene nombre.<br><br>Es sábado, pero el domingo ya se acerca.<br><br><div style="text-align: right;"> <b><i>Philip Yancey</i></b> <font size="1">Fuente: <a href="http://marriedwithoutchildren-jaycee.blogspot.com/">Married Without Children</a></font> </div> <div class="blogger-post-footer">Phillip Yancey en Español.</div>Anyulhttp://www.blogger.com/profile/13970052852527981843noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8946395308558543919.post-2157615779765118242009-03-31T09:32:00.001-04:302009-03-31T09:32:17.329-04:30¿Le importa a Dios?<p>En un año terrible, tres de mis amigos murieron en una rápida sucesión. Mi experiencia de las dos primeras muertes no me ayudó para nada con la tercera. No hice menos que llorar.</p><p></p><p>Extrañamente encuentro reconfortante que cuando Jesús enfrentó el dolor, respondió de la misma manera en que yo lo hice. Me reconforta que lloró cuando su amigo Lázaro murió (<b>Juan 11:32-36</b>). Esto nos da una pista de inicio sobre como Dios pudo haberse sentido acerca de mis amigos, a quienes también amó.</p> <p>Y en el jardín la noche antes de su crucifixión, Jesús no oró "Oh, Señor, estoy tan agradecido que me has escogido para sufrir en tu nombre". No, experimentó tristeza, temor, abandono, y aun hasta desesperación. Hebreos nos cuenta que Jesús apeló "con lágrimas y clamor vehemente a Aquel que era capaz de librarlo de la muerte" (<b>Hebreos 5:7</b>). Pero Él no fue salvado de la muerte.</p> <p>Es mucho decir que Jesús mismo se hizo la misma pregunta que nos atormenta: ¿Le importa a Dios? ¿Cuál otro puede ser el significado de su cita del oscuro salmo: "Dios mío, Dios mío, por qué me has desamparado? (<b>Salmos 22:1, Marcos 15:34</b>)<br> </p>Jesús Resistió en Su dolor porque Él sabía que su Padre es un Dios de amor en quien se puede confiar sin importar la apariencia de las cosas. Él demostró fe en que la última respuesta a la pregunta ¿Le importa a Dios? ¿es un rotundo Si!<br> <br><div style="text-align: right;"><b>Fuente</b>: <a href="http://www.rbc.org/authorDetail.aspx?id=52924" title="Philip Yancey">Our Daily Bread</a></div> <div class="blogger-post-footer">Phillip Yancey en Español.</div>Anyulhttp://www.blogger.com/profile/13970052852527981843noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8946395308558543919.post-74843643576964886502009-03-03T12:05:00.001-04:302009-03-03T12:05:10.067-04:30Un sueño que no morirá <p style="margin: 0in; font-style: italic; font-family: trebuchet ms,sans-serif; font-size: 11pt;" lang="es-VE"><font size="2">El significado de las elecciones;<span> </span>el trabajo que todavía queda por terminar.</font></p> <p style="margin: 0in; font-family: Calibri; font-size: 11pt;" lang="es-VE"><font size="2"> </font></p> <p style="margin: 0in; font-family: trebuchet ms,sans-serif; font-size: 11pt;" lang="es-VE"><font size="2">El 4 de noviembre de 2008, abordé un avión hacia Memphis justo antes que cerraran las encuestas en el Este. Al bajarme del avión horas después, le pregunté a la primera persona que vi, un maletero Afroamericano, "¿sabes quién ganó las elecciones?" Él procedió a darme un desglose completo de los resultados del Colegio Electoral y en qué estados Barack Obama necesitaría rematar la victoria. Obtuve una pista de lo que esta elección significaba para las personas que habían vivido muchos años más oprimidos que liberados por la democracia.</font></p> <p style="margin: 0in; font-family: trebuchet ms,sans-serif; font-size: 11pt;" lang="es-VE"><font size="2"> </font></p> <p style="margin: 0in; font-family: trebuchet ms,sans-serif; font-size: 11pt;" lang="es-VE"><font size="2">El siguiente día hice una gira por el Museo Nacional de los Derechos Civiles, construido alrededor del motel donde Martin Luther King Jr. Fue asesinado. Por varias horas, repasé las escenas que conocía bien como adolescente procedente de esa época<span> </span>en el Sur. Los valientes estudiantes en Greensboro, en Carolina del norte, quienes se sentaban en el almuerzo mientras los tontos maleantes apagaban cigarrillos en sus cabezas, derramaban salsa de tomate y mostaza en sus rostros, y luego los pateaban mientras los policías blancos los miraban, riéndose. Las escenas de eerie (<i>una antigua serie de TV americana, Nota del traductor</i>) de niños carentes de peso que volaban a través de la neblina en Birmingham, impulsados por mangueras de incendios de alta potencia. El autobus de la libertad<span> </span>quemado<span> </span>en Alabama, los cuerpos sin sepultar en Mississippi.</font></p> <p style="margin: 0in; font-family: trebuchet ms,sans-serif; font-size: 11pt;" lang="es-VE"><font size="2"> </font></p> <p style="margin: 0in; font-family: trebuchet ms,sans-serif; font-size: 11pt;" lang="es-VE"><font size="2">Mirando en retrospectiva, parece increible que tanta ferocidad fuera dirigida contra la gente que buscaba los ingredientes básicos de la dignidad humana: el derecho al voto, comer en restaurantes y hospedarse en hoteles, ir al colegio. (doscientas tropas de la guardia nacional escolataron a James Meredith a su primera clase; aún así, gente murió en los disturbios siguientes).</font></p> <p style="margin: 0in; font-family: trebuchet ms,sans-serif; font-size: 11pt;" lang="es-VE"><font size="2"> </font></p> <p style="margin: 0in; font-family: trebuchet ms,sans-serif; font-size: 11pt;" lang="es-VE"><font size="2">Fuera del Museo, palabras del ultimo discurso de King "he estado en la cima" están forjados en acero, palabras que quedaron atrapadas en mi garganta aquel día soleado algunas horas luego que Obama fuera elegido: "Puede que yo no esté con ustedes. Pero quiero que sepan esta noche que, como pueblo, alcanzaremos la Tierra Prometida". Al día siguiente de ese discurso, King murió en una piscina de sangre en el mismo lugar en que yo estaba parado.</font></p> <p style="margin: 0in; font-family: trebuchet ms,sans-serif; font-size: 11pt;" lang="es-VE"><font size="2"> </font></p> <p style="margin: 0in; font-family: trebuchet ms,sans-serif; font-size: 11pt;" lang="es-VE"><font size="2">De ninguna manera le resto importancia a las importantes diferencias políticas entre Obama y la mayoría de los evangélicos. Pero al menos, ¿podemos usar este momento para reflexión y, si, para arrepentirnos por nuestra cuota del pecado del racismo que ha marcado esta nación desde su fundación? Le tomó a los Bautistas del Sur 150 años disculparse por su apoyo a la esclavitud; hace tres meses la Universidad Bob Jones admitió su error al restringir estudiantes de color antes de 1971. Las palabras de disculpa de la Escuela -"Hemos fallado en representar acertadamente al Señor y cumplir el mandamiento de amarnos los unos a los otros"- aplican a muchos de nosotros, para muchos evangélicos que se oponen vigorosamente al movimiento de los derechos civiles. ¿Podemos responder ahora al llamado de un líder para la sanidad racial y la reconciliación?</font></p> <p style="margin: 0in; font-family: trebuchet ms,sans-serif; font-size: 11pt;" lang="es-VE"><font size="2"> </font></p> <p style="margin: 0in; font-family: trebuchet ms,sans-serif; font-size: 11pt;" lang="es-VE"><font size="2">Durante la campaña, recibí correos difamatorios sobre Obama señalando que él fue un hijo de Africa ("el continente oscuro donde la adoración de espíritus diabólicos, el derramamientos de sangre y la violencia son la regla");<span> </span>un hijo del Isalmismo ("una religión basada en la sumisión absoluta al dios de las fuerzas y violencia para todos los infieles"); y un hijo de "un engañador/mentiroso bien documentado cuya lengua está quemándose en las llamas del infierno". ¿Cuánto hemos avanzado, después de todo?</font></p> <p style="margin: 0in; font-family: trebuchet ms,sans-serif; font-size: 11pt;" lang="es-VE"><font size="2"> </font></p> <p style="margin: 0in; font-family: trebuchet ms,sans-serif; font-size: 11pt;" lang="es-VE"><font size="2">Dos semanas luego de la elección, viajé a la India para conocer a pioneros cristianos buscando volcar la forma de discriminacion instituciónal de la India, el sistema de castas. Un erudito me dijo, "ustedes los americanos están celebrando la elección de un hombre de color luego de 250 años de esclavitud. Nosotros todavía esperamos la liberación luego de 4.000 años viviendo bajo las castas". La Red de Libertad Dalit opera en la mitad de 160 millones de dalits, anteriormente conocidos como los <span style="font-style: italic;">intocables</span>. Aunque hindúes nominales, a los Dalits no se les permite en los templos hindú, y en años recientes se han vuelto progresivamente hacia otras religiones, incluyendo el cristianismo. Justo por encima de ellos están las "otras castas atrasadas", que abarca más de la mitad de la población de la India de 600 millones. Una organización llamada <span style="font-style: italic;">Los buscadores de la verdad </span>son la punta de lanza en los esfuerzos hacia esta mitad. Activistas de estas castas observan el Hinduismo opresivo, diseñado para mantenerlos en su lugar. Cualquier signo de agitación levanta una respuesta, comúnmente violenta, de los hindúes fundamentalistas que desean mantener el <i>status quo</i>.</font></p><p style="margin: 0in; font-family: trebuchet ms,sans-serif; font-size: 11pt;" lang="es-VE"><br></p><p style="margin: 0in; font-family: trebuchet ms,sans-serif; font-size: 11pt;" lang="es-VE"> <font size="2">Joseph d' Souza, presidente del Concilio Cristiano "Toda la India", dijo, "los primeros misioneros dirigieron sus esfuerzos hacia los Brahmins, las castas superiores, esperando que el mensaje de liberación del evangelio fuera descendiendo hacia los oprimidos. Nunca sucedió. Ahora estamos trabajando de abajo hacia arriba". Mientras describía la historia del Cristianismo en la India, no pude sino pensar en el paralelismo en mi propio país. Algunos evangélicos están escurriéndose las manos al perder acceso a los pasillos de poder. Quizá sea el tiempo para nosotros, también, de trabajar desde abajo hacia arriba.<br> </font></p><p style="margin: 0in; font-family: trebuchet ms,sans-serif; font-size: 11pt;" lang="es-VE"><br></p><div style="text-align: right;"><b>Fuente:</b> <a href="http://www.christianitytoday.com/ct/2009/march/11.96.html" style="text-decoration: underline; color: rgb(0, 0, 204);" target="_blank">Christianity Today</a><br> </div> <div class="blogger-post-footer">Phillip Yancey en Español.</div>Anyulhttp://www.blogger.com/profile/13970052852527981843noreply@blogger.com14tag:blogger.com,1999:blog-8946395308558543919.post-14369155846461256682009-02-22T09:00:00.002-04:302009-02-22T09:03:52.842-04:30John Donne 03<i>Dame, oh Señor, un temor del cual no deba temer.</i><br />
He hablado con muchas personas cuyas vidas están definidas por el sufrimiento. En todos los casos me describen la crisis de temor, la crisis de significado y la crisis de muerte. La razón principal por la cual vuelvo una y otra vez a Devotions de Donne, como lo hice en la noche del funeral de David, es porque el libro relata en detalle cada crisis y añade nuevas perspectivas a estos sufrimientos principales con el misterio del dolor.<br />
Hasta cuento voy de visita, siento temor cada vez que abro las puertas de un hospital y al respirar huelo ese característico olor a antiséptico. Mi amigo David me contó lo que es yacer en una cama, en una habitación privada, sin nada que hacer excepto concentrarse en la miseria. Repasó mentalmente todo lo que perdería cuando muriera, y todo lo que había perdido mientras vivía. Afuera, en los pasillos, escuchaba a las enfermeras y a los médicos discutiendo su caso en voz baja. Lo pinchaban todos los días para hacerle pruebas en el cuerpo apenas entendía.<br />
John Donne también describe la sensación de desconexión que se siente cuando los médicos rondan alrededor del paciente. Cuando sentía temor hacia el médico, sus propios miedos subían a la superficie: “me adelantaba a él, lo sobrepasaba en su temor”. Como paciente, se sentía como un objeto, como un mapa abierto sobre una mesa, al cual los cosmógrafos estudiaban minuciosamente. Se imaginó separado de su propio cuerpo, volando por encima de él, desde donde podía observar la figura que se desintegraba sobre la cama. A medida que la enfermedad avanzaba le parecía una estatua de arcilla cuyos miembros y carne se deshacían y se convertían en un puñado de arena. Pronto, no quedaría nada más que un montón de huesos.<br />
La mayor parte del tiempo, Donne tenía que luchar contra estos miedos a solas porque, en aquella época, los médicos ponían en cuarentena a los paciente con enfermedades infecciosas, pegando un aviso de advertencia en la puerta. (algunos, en los tiempos modernos, piden este mismo tratamiento para los pacientes de SIDA como David.) Mientras Donne yacía encerrado, se preguntaba si Dios, también, participaría de la cuarentena. Clamó, pero no recibió respuesta. ¿Adónde estaba la prometida presencia de Dios?¿y su consuelo? En cada una de las veintitrés meditaciones, Donne da vueltas alrededor del tema principal que se encuentra subyacente en su sufrimiento. Su verdadero temor no era el clamor metálico del dolor en todas las células de su cuerpo; tenía temor de Dios.<br />
Donne hizo la pregunta que se hacen todos los que sufren: ¿por qué a mi?. EL calvinismo, con su énfasis en la absoluta soberanía de Dios, todavía era algo nuevo y Donne medita en la noción de las plagas y guerras como “ángeles de Dios”. Pronto retrocede: “Seguramente no eres tú, no es tu mano”. La espada devoradora, el fuego consumidor, los vientos del desierto, las enfermedades del cuerpo, todo lo que afligió a Job venía de las manos de Satanás; no eres tú”. Sin embargo, nunca se sintió seguro, y la causa desconocida le producía un tormento interior aun más grande. La culpa de su manchado pasado merodeaba cerca, como un demonio receloso. Tal vez realmente estaba sufriendo como resultado de su pecado. Y si era así, ¿era mejor quedar marcado por Dios o que no nos visitara en absoluto? ¿cómo podía adorar o amar a semejante Dios?<br />
Cité algunos de estos pasajes en el funeral de David porque en aquel entonces los pacientes de SIDA recibían una continua lluvia de juicio de parte de la iglesia. Al igual que Donne, encontré alivio al ver que Jesús jamás se volvió hacia una persona sufriente para decirle: “te lo mereces!!”. En cambio ofreció perdón y sanidad.<br />
<q> Al igual que Donne, encontré alivio al ver que Jesús jamás se volvió hacia una persona sufriente para decirle: “te lo mereces!!”. En cambio ofreció perdón y sanidad.</q><br />
El libro de Donne nunca resuelve las preguntas como ¿por qué a mi?, y luego de años de investigar acerca del problema del dolor, estoy convencido de que ninguno de nosotros podemos resolverlas. Con seguridad, la Biblia no nos da una respuesta clara. He estudiado con detenimiento cada pasaje acerca del sufrimiento, y hasta en el discurso que Dios le da a Job, en un momento que requiere imperiosamente esta respuesta, Dios se refrena. Jesús contradijo las herméticas teorías de los fariseos de que el sufrimiento les viene a aquellos que se lo merecen, pero evadió directamente las respuesta referida a la causa. La respuesta a las preguntas de “por qué” se encuentra fuera del alcance de la humanidad, ¿no fue ese el mensaje básico que Dios le dio a Job?<br />
Aunque <i>Devotions</i> no responde las preguntas filosóficas, registra la determinación emocional de Donne, un movimiento gradual hacia la paz. Al comienzo, confinado a la cama, orando sin cesar sin recibir respuesta, contemplando la muerte, regurgitando la culpa, no puede encontrar alivio para el temor. Obsesionado revisa cada aparición de la palabra temor en la Biblia. Al hacerlo se le hace la luz en cuanto a que la vida siempre incluirá circunstancian que inciten al dolor: si no es la enfermedad, serán las privaciones económicas, si no es la pobreza, será el rechazo, si no es la soledad, será el fracaso. En semejante mundo, Donne tiene una opción: temer a Dios o temer a todo lo demás.<br />
En un pasaje que nos recuerda la letanía de Pablo en Romanos 8 (“por lo cual estoy seguro de que ni la muerte ni la vida… nos podrá separar del amor de Dios”), Donne repasa sus miedos potenciales. Los enemigos personales no representan una amenaza porque Dios puede suplir. ¿la muerte? Incluso esto, el peor de los miedos humanos, no ofrece una barrera en contra del amor de Dios. Donne llega a la conclusión de que su mejor opción es cultivar un apropiado temor del Señor, un temor que suplante a todos los demás.: “así como me habéis dado un arrepentimiento del cual no debo arrepentirme, dadme, oh Señor, un temor del cual no deba temer”. Aprendí de Donne, al enfrentarme a las dudas, a revisar las alternativas. Si por cualquier razón me niego a confiar en Dios, ¿en quién puedo confiar?<br />
En su discusión con Dios, Donne cambia las preguntas. Comenzó preguntando por la causa: ¿<i>quién </i>provocó esta enfermedad, esta plaga? Y ¿por qué?, para lo cual no encuentra respuesta. Las meditaciones se mueven gradualmente hacia la cuestión de la <i>respuesta</i>, el punto decisivo al que se enfrenta toda persona que sufre. ¿Confiaré en Dios en mi crisis y en el temor que me produce, o me apartaré de Dios amargado y enojado?<br />
Donne decidió que en el sentido más substancial no importaba si su enfermedad era un castigo o simplemente un suceso natural. En cualquiera de los casos, confiaría en Dios porque, al final, la <i>confianza </i>representa el verdadero temor del Señor.<br />
Donne comparó el proceso con el cambio de su actitud hacia los médicos. Al comienzo, mientras hacían pruebas en su cuerpo buscando nuevos síntomas y mientras discutían sus hallazgos en voz baja afuera de su habitación, no podía dejar de sentir temor. Sin embargo, con el tiempo, al sentir su compasiva preocupación, se convenció de que merecían su confianza. El mismo modelo se ajusta a Dios. Muchas veces no entendemos los métodos de Dios ni las razones que se esconden detrás de ellos. Sin embargo, la pregunta más importante es si Dios es un “médico” confiable. Donne llegó a la conclusión de que si lo era.<br />
Muchas personas, como aquellas a las que me dirigí en el funeral de David, no tienen la visión de un Dios digno de confianza. Lo que más escuchan de la iglesia es condenación. Por eso, siguiendo a Donne, me incliné hacia la razón central que tenemos para confiar en Dios: su hijo Jesús. ¿Cómo se siente Dios con respecto a aquellos que mueren, aun como resultado de sus propias transgresiones?¿Acaso frunce el ceño como los hacían los profetas por las calles en los días de Donne, y como insisten algunos en nuestros días? ¿A Dios le importan nuestras pérdidas, nuestro enojo y el temor que sentimos? No necesitamos preguntarnos qué siente Dios porque en Jesús Él nos dio un rostro.<br />
Para saber cómo ve Dios el sufrimiento en este planeta, lo único que necesitamos es mirar el rostro de Jesús mientras se mueve entre los paralíticos, las viudas y los leprosos. A diferencia de otros en sus días, Jesús mostró una ternura poco común hacia aquellos con una historia de pecados sexuales; piense en cómo se dirigió a la mujer samaritana en el pozo, a la mujer de mala reputación que lavó los pies con sus lágrimas y a la mujer que fue sorprendida en el acto de adulterio. En Jesús, dijo Donne, tenemos un gran médico “que conoce nuestras debilidades naturales porque Él las experimentó, y cono el peso de nuestros pecados porque pagó con su muerte el precio de ellos”.<br />
¿Cómo podemos acercarnos a un Dios al que tememos? En respuesta, Donne toma una frase del relato de Mateo sobre la mujer que descubrió la tumba vacía luego de la resurrección de Jesús. Salieron del sepulcro “con temor y gran gozo”, y Donne vio en esto “dos patas: una de temor y otra de gozo” un modelo para sí mismo. Estas mujeres vieron con sus propios ojos la vasta distancia entre el Dios inmortal y el hombre mortal, pero, de repente, fue una distancia que les inspiró gozo. Dios usó su gran poder para conquistar el último enemigo, la muerte. Por esa razón, la mujer sintió a la vez temor y gran gozo. Y por esa razón, Donne encontró al fin un temor del cual no necesitaba asustarse.<div class="blogger-post-footer">Phillip Yancey en Español.</div>Anyulhttp://www.blogger.com/profile/13970052852527981843noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8946395308558543919.post-66486453867897527862009-02-15T08:00:00.004-04:302009-02-15T08:20:38.656-04:30John Donne - 02<em>¿Cómo vendrán a Ti aquellos a los que has clavado a sus camas?</em><br />
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No importa por dónde empiece, casi siempre termino escribiendo acerca del dolor. Mis amigos me han sugerido diversas razones que justifiquen esta propensión: alguna herida profunda de la niñez o, tal vez, una sobredosis bioquímica de melancolía. No lo sé. Todo lo que sé es que me preparo para escribir acerca de algo encantador, como las diáfanas alas de una cachipolla y no pasa mucho tiempo antes de que me entregue en las sombras, escribiendo acerca de la breve y trágica vida de una cachipolla.<br />
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“¿Cómo podría escribir acerca de otra cosa?, es la mejor explicación que puedo encontrar. ¿Existe algún hecho más fundamental de la existencia humana? Nací en medio del dolor, abriéndome paso en medio de tejidos rasgados y ensangrentados y, como primera evidencia, ofrecí un quejido. Es probable que también muera en medio del dolor. En medio de esos paréntesis de dolor, vivo mis días, avanzando con dificultad desde uno hacia el otro. Como lo expresó el contemporáneo de Donne, George Herbert: “al nacer, lloré y cada día demuestro por qué”.<br />
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la enfermedad de John Donne no fue más que el último encuentro con el dolor en una vida marcada por el sufrimiento. su padre murió cuando tenía 4 años. La fe católica de su familia demostró tener una discapacidad invalidante en aquellos días de la persecución protestante: los católicos no podían ocupar puestos públicos, los multaban por asistir a misa y a muchos los torturaban por sus creencias.( la palabra “oprimido” deriva de una técnica popular: a los católicos que no se arrepentían los ponían debajo de una plancha sobre la cual se amontonaban pesadas rocas hasta que a los mártires propiamente les sacaban la vida a presión). Luego de destacarse en Oxford y Cambridge, a Donne le negaron su título debido a su afiliación religiosa. Su hermano murió en prisión, cumpliendo una sentencia por haber albergado a un sacerdote.<br />
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Al comienzo, Donne respondió a estas dificultades rebelándose contra la fe. Tenía mala fama de don Juan y celebró sus explotaciones sexuales en algunos poemas más francamente eróticos de toda la literatura inglesa. Al final, deshecho por la culpa, renunció a sus comportamientos promiscuos a favor del matrimonio. había caído bajo el hechizo de una belleza de diecisiete años tan rápida y brillante que le recordaba a un rayo de sol.<br />
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Como una amarga ironía, justo cuando Donne decidió asentarse, su vida tomó un giro calamitoso. El padre de Anne More decidió castigar a su nuevo yerno, al cual consideraba poco apropiado. Hizo que a Donne lo despidieran de su trabajo como secretario de un noble e hizo que lo arrojaran a prisión junto con el ministro que había celebrado la ceremonia. desconsolado, Donne escribió su poema más desgarrador: “<em>John Donne, Anne Donne, Undone</em>” [John Donne, Anne Donne, Deshechos]<br />
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Una vez que salió de la prisión, Donne, marcado, no pudo encontrar ningún empleo. Había perdido toda posibilidad de cumplir su ambición de servir en la corte del rey Jacobo. Durante casi una década, él y su esposa vivieron en la pobreza, en una casa muy pequeña adonde se iban apretujando con los hijos que nacían a razón de uno por año. Anne sufría de periódicas depresiones, y más de una vez estuvo a punto de morir al dar a luz. John, probablemente desnutrido, sufría de fuertes dolores de cabeza, de retortijones intestinales y de gota. Su trabajo más largo durante este periodo fue un extenso ensayo acerca de las ventajas del suicidio.<br />
En algún momento durante aquella sombría década, John Donne se convirtió a la iglesia de Inglaterra. su carrera se veía obstaculizada a cada momento, por lo tanto, a los cuarenta y dos años de edad procuró que lo ordenaran como sacerdote anglicano. Sus contemporáneos chismorreaban acerca de su “conversión por conveniencia” y se mofaban diciendo que en realidad había deseado ser “embajador en Venecia y no embajador de Dios”. Pero Donne lo consideraba un llamado genuino. Obtuvo el titulo de doctor en Divinidades en Cambridge, prometió dejar de lado la poesía por el bien del sacerdocio y se dedicó exclusivamente al trabajo parroquiano.<br />
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Al año siguiente de que Donne se hiciera cargo de su primera iglesia, Anne murió. Había tenido doce hijos en total, cinco de los cuales murieron durante la infancia. John predicó el sermón en el funeral de su esposa, y escogió un texto del libro de lamentaciones, cuya palabras eran dolorosamente autobiográficas: “yo soy el hombre que ha visto aflicción”. hizo un voto de no volver a casarse, no ser que una madrastra la causara más dolor a sus hijos y, como consecuencia tuvo que asumir muchas tareas del hogar y tuvo que usar unos preciados ahorros para pagar ayuda de afuera. Este fue, entonces, el sacerdote asignado a la catedral de San Pablo en 1621: un melancólico incorregible, atormentado por los pecados de su juventud, fracasado en todas sus ambiciones (excepto en la poesía a la cual había renunciado), mancillado por las acusaciones de insinceridad. No parecía el candidato ideal para levantar el ánimo de la nación en los tiempos de la plaga. De todas maneras, Donne se entregó a su nueva tarea con vigor. Se negó a unirse a los muchos que evacuaban Londres y, en cambio, se quedó con sus atribulados parroquianos. Se levantaba todas las mañanas a las cuatro y estudiaba hasta las diez. En la era de la Biblia King James y de William Shakespeare, los londinenses educados honraban la elocuencia y la declamación, y en estas cosas, John Donne no tenía igual. Daba sermones con tanto poder que pronto, a pesar de que la población de Londres se reducía, la vasta catedral estaba atestada de adoradores. Entonces llegó su enfermedad y, con ella, la sentencia de muerte.<br />
Algunos escritores dicen que el conocimiento de la muerte inminente produce un estado de elevado concentración, algo parecido a un ataque de epilepsia; tal vez Donne sintió eso mientras trabajaba en el diario de su enfermedad. este escrito carece de su habitual control estricto. Las oraciones, densas, presentadas como una libre asociación de ideas, superponen los conceptos, reflejando el estado febril de la mente de Donne. Escribía como si tuviera que volcar en palabras cada pensamiento o emoción significativa que alguna vez se le hubiera ocurrido.<br />
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“Cuan variable, y por lo tanto miserable, es la condición del hombre. En aquel minuto estaba bien y al siguiente minuto estaba enfermo”, comienza el libro. Cualquiera que haya estado confinado a una cama durante más de unos días se puede identificar con las circunstancias triviales, pero a la vez abrumadores, que Donne procede a describir: una noche sin dormir, el aburrimiento, los médicos consultándose en voz baja, la falsa esperanza de remisión seguida por la temida realidad de la recaída.<br />
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El modo del escrito cambia con rapidez y violencia a medida que la enfermedad progresa. El temor, la culpa y la tristeza de un corazón deshecho se turnan en acosar la paz interior. Donne se preocupa por su pasado:¿Acaso Dios lo había “clavado a la cama” como un castigo burlón por su pecados sexuales pasados? En sus oraciones, trata de reunir alguna alabanza, o al menos algo de gratitud, pero casi siempre fracasa. Por ejemplo, una meditación comienza con valor mientras Donne se aferra a la esperanza pensando que en el sueño, Dios nos ha dado una manera de ir acostumbrándonos a la noción de la muerte. Perdemos la conciencia, pero nos levantamos de nuevo al día siguiente renovados y mejorados: ¿no es este un cuadro de lo que nos sucederá después de la muerte? Entonces, sobresaltado se da cuenta de que la enfermedad le había quitado hasta este problema de esperanza: “no duermo ni de noche, ni de día…” ¿por qué algo de la pesadez de mi corazón no se traslada a mis párpados? EL insomnio le había dejado un espacio intacto en el cual podía preocuparse por la muerte, y no le permitía descansar para renovarse de esa preocupación.<br />
Donne se describe a sí mismo como un marinero lanzado de aquí para allá por las imponentes olas de un océano agitado por la tormenta: puede divisar la distante tierra lejana, pero ante la siguiente ola la pierde de vista. Otros escritores han descrito las vicisitudes de la enfermedad con un poder similar; lo que distingue al trabajo de Donne es la audiencia a quien le escribe: Dios. Siguiendo la tradición de Job, de Jeremías y de los salmistas, Donne utiliza el campo de sus pruebas personales como el terreno para su gran lucha con el Todopoderoso. Luego de pasar una vida en un confuso andar errático, finalmente ha llegado a un lugar en el que puede ofrecerle algún servicio a Dios, y ahora, en ese preciso momento, una enfermedad mortal le asesta su golpe. En el horizonte no aparece otra cosa que no sea fiebre, dolor y muerte. ¿Qué hacer con esto?<br />
En <em>Devotions </em>[Devociones], John le pide a Dios que entre en acción. “No tengo la justicia de Job, pero tengo su deseo: hablaré con el Todopoderoso y razonaré con Dios”. A veces, hostiga a Dios, otras se humilla y ruega por perdón, algunas veces discute enérgicamente. Sin embargo, ni una sola vez, Donne deja de lado a Dios en el proceso. El director de escena invisible sigue como una sombra cada pensamiento, cada oración.<br />
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<div style="text-align: right;"><span class="Apple-style-span" style="font-weight: bold;">Tomado de "Sobreviviente, a pesar de todo mi fe sobrevive", págs. 277-304. Editorial Unilit.</span></div><div class="blogger-post-footer">Phillip Yancey en Español.</div>Anyulhttp://www.blogger.com/profile/13970052852527981843noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8946395308558543919.post-17760109846764602682009-02-08T08:00:00.002-04:302009-02-08T08:00:00.882-04:30John Donne - 01<i>En el lecho de muerte</i><br />
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<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="http://faculty.smu.edu/tmayo/donne01.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="200" src="http://faculty.smu.edu/tmayo/donne01.jpg" style="float: right;" width="164" /></a></div>Al final de la década de los ochenta, cuando la epidemia de SIDA diezmaba la comunidad homsexual y el Director de Salud Pública, Koop, recibía críticas por su actitud compasiva, un amigo mío contrajo la enfermedad. Llegué a conocer a David a través de la música clásica. Como miembro de la junta de Chicago Symphony, nos invitó a Janet y a mi a varios conciertos y nos presentó a los músicos de la orquesta.<br />
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Cuando nuestra amistad fue creciendo, David nos contó acerca de su peregrinaje. Había crecido en un hogar cristiano y había asistido a una universidad cristiana conservadora. Fue allí, en realidad, donde tuvo sus primeros contactos homosexuales. Más tarde declaró públicamente pertenecer a la comunidad homosexual y escogió un compañero. "sigo considerándome un cristiano evangélico", me dijo. "Creo que todo lo que dice la Biblia, bueno, casi todo. No sé que hacer con esos dos o tres versículos que hablan del contacto entre personas del mismo sexo. Tal vez esté pecando en mi estilo de vida. Tal vez esos versículos hablen de algo diferente. No se como reconciliar todas las cosas; pero si amo a Jesús y deseo servirlo".<br />
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Yo tampoco sabía como reconciliarlas. David daba testimonio a otros de su fe y donaba grandes sumas de dinero para causas cristianas, incluyendo los programas orientados a la sociedad que llevaba a cabo nuestra iglesia, a la cual él solía asistir. Ahora iba a la <i>Moody Memorial Church</i>, mantenía un perfil bajo y se estremecía cada vez que el pastor condenaba a la homosexualidad desde el púlpito. Pero le gustaba la música, y de todas las iglesias a las que había asistido, esta era la que se acercaba más a reflejar su propia teología. "La mayoría de los cristianos homosexuales son bastante conservadores en el aspecto teológico", explicó. "En la iglesia se nos acusa tanto que no nos molestaríamos en ir si no creyeramos que es la verdad".<br />
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Janet y yo tratamos de sr amigos fieles de David a pesar de nuestras diferencias. La enfermedad afectó su cuerpo de una manera lenta y terrible. Pasó las ultimas semanas de vida en el hospital, y lo visitábamos tan a menudo como mpodiamos. Algunas veces, lo encontrabamos lúcido y reflexivo. Otras, alucinaba, se imaginaba que éramos parientes o personas pertenecientes a su pasado. Cerca del final, su cuerpo se llenó de llagas púrpura, se le hinchó la lengua y al tener la boca llena de aftas, no podía hablar.<br />
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Cuando David finalmente murió, su compañero, consternado, me pidió que hablara en el funeral. "Puede decir lo que desee", me dijo. "Pero le pido una sola cosa: por favor, no predique acerca del juicio. La mayoría de las personas que vendrán no han ido a la iglesia en años. En la iglesia no han escuchado otra cosa que no sea juicio. Necesitan escuchar acerca de un Dios de gracia y misericordia, el Dios al cual David adoraba. Necesitan esperanza"<br />
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Durante los dos días siguientes, no fue mucho lo que hice. Escribí y rompí varios borradores de lo que iba a decir. El día previo al funeral, en un repentino momento de inspiración, me acerqué a la biblioteca y saqué un pequeño libro que no había mirado por años: "<i>devociones para ocasiones de emergencia</i>" de John Donne. Tenía las puntas superiores dobladas y estaba subrayado con muchas notas al margen, y al leerlo de nuevo me di cuenta de que no hubiera podido encontrar un mensaje más "moderno" y apropiado que aquel escrito por un poeta de la época isabelina, casi cuatro siglos atrás.<br />
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Miré a la audiencia mientras me encontraba de pie frente al púlpito la noche del funeral de David. Sus amistades eran un grupo de personas sofisticadas, amantes de la diversión, y muchos se habían reunido para honrar su vida. Algunos músicos de la<i> Chicago Symphony</i> se habían ido temprano del concierto vespertino y rápidamente se habían dirigido a la iglesia para brindar un tributo musical. Había observado que mientras cantábamos unos pocos himnos, muchos se sentían incómodos hasta de usar un himnario y mucho más de cantar. Sin lugar a dudas, este grupo no era un grupo de iglesia. Sin embargo, era un grupo dolorido: parecían pajarillos indefensos, hambrientos de palabras de consuelo y esperanza. La mayoría de ellos había perdido a otros amigos devorados por el SIDA en los años anteriores. Sentían culpa y confusión y también dolor. La tristeza imprenaba el santuario como si fuera niebla. Comencé contando la historia de John Donne (1573-1631), un hombre que conocía muy bien el dolor. Durante el lapso en que sirvió como decano de la Catedral de San Pablo, la iglesia más grande de Londres, tres oleadas de la Gran Plaga arrasaron la ciudad; tan solo la última epidemia mató a 40.000 personas. En total, la tercera parte de Londres murió, y otra tercera parte huyó al campo, trasnformando a vecindarios enteros en cuidades fantasma. La hierba crecía en medio de los adoquines. Profetas medio locos, con las ropas caídas, asolaban las calles desiertas proclamando a gritos el juicio y, en realidad, nadie creía que Dios había enviado la plaga como un flagelo por los pecados de Londres. En aquel momento de crisis, los londinenses rodearon a Donne en busca de una explicación; o al menos, una palabra de consuelo. Entonces, las primeras manchas de la enfermedad aparecieron en su propio cuerpo.<br />
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Los médicos le dijeron que se trataba de la plaga. Le quedaba poco tiempo. Durante seis semanas, estuvo tendido en en umbral de la muerte. Los tratamientos que le prescrbían eran tan crueles como la enfermedad: sangrías, cataplasmas tóxicas, aplicaciones de víboras y de palomas para quitar los "vapores del mal". Durante todo este período oscuro, Donne, que tenía prohibido leer o estudiar pero si podía escribir, compuso el libro <i>Devociones</i>. Mientras yacía en la cama, convencido que iba a morir, tuvo una lucha sin tregua con el Dios Todopoderoso y la dejó registrada para la posteridad.<br />
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Aquel antiguo libro me ha servido como guía indispensable al pensar en el dolor. No solo cuando muere un amigo, sino cada vez que me siento avasallado por el sufrimiento, recurro a él para lograr una mejor comprensión. John Donne es insicivo sin ser blasfemo, es profundo si nser abstracto o impersonal. Cambió para siempre mi manera de pensar acerca del dolor y la muerte, y acerca de cómo mi fe les habla a estras crisis inevitables.<br />
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Tomado de "Sobreviviente, a pesar de todo mi fe sobrevive", págs 277-304. Editorial Unilit.<br />
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Cuando el misionero Jesuita Matteo Ricci fue a China en el siglo dieciséis, se llevó ejemplares de arte religioso para ilustrar la enseñanza cristiana ante personas que nunca antes la habían oído. Los chinos acogieron de inmediato con agrado los retratos de la Virgen María con su hijo en brazos, pero cuando les mostró cuadros de la crucifixión y trató de explicarles que, cuando el niño Dios llegó a adulto lo crucificaron, el auditorio reaccionó con repugnancia y horror. Prefirieron mucho más a la virgen e insistieron en rendirle culto a ella y no al Dios crucificado.<br />
}<br />
Cuando vuelvo a revisar el montón de tarjetas de navidad, me doy cuenta que en los países cristianos hacemos lo mismo. Celebramos una festividad blanda, domesticada, exenta de cualquier indicio de escándalo. Sobre todo, eliminamos de ella cualquier recordatorio de como el relato que comenzó en Belén acabó en el Calvario.<br />
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<div style="text-align: right;">Fuente: <a href="http://preachingtoday.com/illustrations/weekly/08-11-17/5111708.html">http://preachingtoday.com/illustrations/weekly/08-11-17/5111708.html</a></div><br />
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Nuestra fe proclama a un Dios ante el cual aun los más grandes santos se quitaron el calzado, cayeron sobre su rostro y se arrepintieron en polvo y cenizas. A la misma vez, revela a un Dios que se presentó sobre la tierra en forma de bebé, mostró tiernas bondades hacia los niños y los débiles, nos enseñó a llamarle «Abba» y amó y fue amado. El Señor es, a la vez, trascendente e inmanente, según nos dicen los teólogos. Nos inspira al espanto como al amor, al temor como a la amistad.</p><p class="p1" align="justify">A la mayoría en esta época, sin embargo, se le hace sumamente difícil sentir temor. Hemos domesticado a los ángeles para convertirlos en juguetes y decoraciones navideñas, creado caricaturas de Pedro frente a las puertas del cielo, amansado el fenómeno de la resurrección con huevitos de pascua, y sustituido el asombro de los pastores y reyes magos por graciosos duendes y un simpático gordo vestido de rojo. Nos referimos al Dios todopoderoso con apodos tales como «el jefe» o «el de allá arriba».</p><p class="p1" align="justify">En un artículo publicado en la revista <i>Christianity Today</i>, en febrero de 2005, volví a escribir sobre un tema recurrente en mi vida. ¿Cómo es que la palabra <i>adoración </i>se convirtió en sinónimo de música? Por varios meses mi propia congregación salió a buscar un «pastor de adoración», y un desfile de candidatos con guitarra aparecieron en la iglesia, acompañados de sus músicos. Algunos oraron: «Señor, tú sabes, acompáñanos esta noche, como que queremos sentirte, ¿entiendes?» Pocos revelaron algún conocimiento de teología; ni uno solo logró conducirnos hacia una experiencia de asombro. La adoración, hoy, significa llenar con elevados decibeles cada espacio de silencio.</p><p class="p1" align="justify">Doy gracias por el espíritu de celebración y gozo que acompañan muchas de las innovaciones musicales en la Iglesia. No obstante, me pregunto qué es lo que se nos ha perdido cuando intentamos reducir la distancia entre criatura y Creador, una distancia tan admirablemente descripta por Job, Isaías y los salmistas. Juan, el discípulo amado por Jesús, en cuyo pecho se había recostado, nos dice en el Apocalipsis que, frente a la aparición de Cristo en toda su gloria, ¡cayó como muerto a sus pies!</p><p class="p1" align="justify">El estilo de la adoración oscila, como un péndulo, entre un extremo y otro, de lo ortodoxo a lo carismático, de lo anglicano a lo menonita, de lo luterano a lo moravo, de iglesias estatales a movimientos emergentes contraculturales. Quizás necesitemos combinar algo de cada extremo. Søren Kierkegaard alguna vez dijo que hablamos de adoración como si el pastor y los músicos fueran los actores, y la congregación los espectadores. En realidad, Dios debería ser el espectador, el pastor y los músicos los apuntadores y la congregación los verdaderos participantes. </p><p class="p1" align="justify">Todo esto nos lleva a una interesante pregunta: ¿Qué clase de música prefiere Dios? Tendremos mucho tiempo para descubrir la respuesta a esto, pues el Apocalipsis nos revela muchas escenas en que las criaturas adoran a Dios con música y oración.</p><p class="p1" align="justify">El filósofo y escritor judío Abraham Herschel nos dice que «el asombro, a diferencia del temor, no nos lleva a alejarnos del objeto que nos inspira este asombro sino, por el contrario, a acercarnos cada vez más a él». Se dice que Martín Lutero oraba con la reverencia de quien se dirige a Dios y la osadía de quien se acerca a un amigo.</p><p class="p1" align="justify">Conozco un líder de adoración, con un creciente impacto sobre la música cristiana, que intenta mantener una sana tensión entre los elementos de la amistad y el temor. Matt Redman, autor de varias canciones de profundo contenido, dirige el grupo <i>Soul Survivor, </i>que se reúne en un gran depósito en Londres, Inglaterra. Un año, preocupados por la tendencia en la adoración de centrarse cada vez más en los músicos, él y el pastor de la congregación tomaron una atrevida decisión: quitaron la música de los cultos. El resultado de ese período de «ayuno musical» fue una más acabada comprensión de la adoración. Tal como lo compartiera en una entrevista radial, Redman dice:</p><p class="p6" align="justify">Efesios 5.10 resume con elocuencia lo que significa la adoración cuando nos anima a «comprobar lo que es agradable a Dios». Si estamos hablando de la música resulta claro que debemos traer a él una ofrenda que le resulte gratificante. Es obvio que la preocupación del Señor no es por el estilo o el ritmo que tenga la música. Cuando nos derramamos por medio de la música y lo respaldamos con las acciones de nuestra vida, nos hemos acercado a la esencia de lo que significa ser un adorador.</p><p class="p1" align="justify">Un álbum que grabó Redman en 1998, <i>The Friendship and the Fear</i> (La amistad y el temor), toma su título de un verso del Salmo 25: «La comunión íntima de Jehová es con los que lo temen» (v. 14). </p><span class="Apple-style-span" style="font-family: Arial; font-size: 13px; ">Redman continúa explorando la relación entre la amistad y el temor, pues la adoración auténtica abarca ambos aspectos. Es la respuesta apropiada a un Dios santo que extiende a seres humanos imperfectos una invitación a la intimidad. En el texto hebreo del Antiguo Testamento la palabra principal para adoración significa «postrarse en una actitud de reverencia y sumisión». En el texto griego del Nuevo Testamento, la expresión más común para adoración significa «adelantarse para besar». Entre estas dos posturas —o la combinación de ambas— se encuentra nuestra mejor ofrenda a Dios.</span><p></p><p style="text-align: right;"><span class="Apple-style-span" style="font-weight: bold;">Fuente:</span> <a href="http://www.desarrollocristiano.com/site.asp?seccion=arti&articulo=2075">desarrollocristiano.com</a></p><p>© Christianity Today, <b>Mes 10, Año 2005</b>. Usado con permiso. Los Temas de la Vida Cristiana, volumen III, número 5. Todos los derechos reservados.</p><br /><a href="http://www.feedburner.com/fb/a/emailverifySubmit?feedId=2168944&loc=es_ES">Subscribete a Philip Yancey | Español por Email</a><div class="blogger-post-footer">Phillip Yancey en Español.</div>Anyulhttp://www.blogger.com/profile/13970052852527981843noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-8946395308558543919.post-21648569376358196782008-12-10T12:42:00.001-04:302008-12-10T12:43:15.147-04:30Escapando de las balas<p><em>Una gira de conferencias en India dio lugar a unas cuantas llamadas cercanas</em></p> <p>Mientras mi esposa y yo estábamos partiendo de la India la semana pasada, un tiroteo se desató en el aeropuerto de Nueva Delhi. por suerte, para esa hora, ya estábamos a 40.000 pies de altura.</p> <p>Janet y yo estábamos en una gira de conferencias en la India cuando los ataques terroristas se iniciaron en Mumbai donde la vida se detuvo virtualmente, así como lo hizo en Estados Unidos luego del 11 de septiembre del 2001. La mayor parte de los ataques tuvieron lugar repentinamente y finalizaron de igual forma en India; este último en Mumbai duró unas 60 horas.</p> <p>Todas las otras noches, nos hospedamos en un hotel para turistas, el tipo de hotel que buscan los terroristas en Mumbai (anteriormente Bombay). Pero cuando llegamos a Mumbai, nos hospedamos con un doctor de la localidad que dirige un gran hospital para los pobres y un hospital para los enfermos de SIDA.</p> <p>Todos los días, los periódicos de la India contaban las historias del drama que estaba sucediendo. Una conocida periodista envió por mensaje de texto un artículo de media página relacionado con ser tomada como rehén un su cuarto de hotel, describiendo los disparos  y las explosiones de granadas de las batallas que se efectuaban en el pasillo del hotel, y el humo entrando bajo las puertas. su último mensaje fue “<em>el terrorista está en el baño, yo estoy bajo la cama…</em>” los comandos encontraron allí su cuerpo horas después.</p> <p>Una pareja Musulmán escuchó un ruido que sonaba como petardos. Se asomaron por la ventana hacia un café popular y fueron asesinados por una lluvia de balas mientras su joven hijo observaba.</p> <p>Los rumores se propagaban como la mala hierba con los resultados de cuerpos flotando en la piscina del hotel, y los explosivos usados para destruir edificios enteros.</p> <p>Al igual que el 11 de septiembre, surgieron a la superficie historias de suerte y heroísmo. El administrador del Hotel y Palacio Taj Majal estuvo ayudando a esconder a los huéspedes en un armario de comida localizado en el sótano aun cuando su esposa y dos hijos murieron quemados en su suite ejecutiva varios pisos más arriba. Las niñera india que cuidaba el hijo de dos años de un Rabino lo sacó de contrabando de un centro judío, salvándolo de la tortura y la muerte que esperaba a sus padres. (Israel la nombró una “Gentil Justa” y le ofreció su ciudadanía).</p> <p>En lo que respecta al hotel Taj, un Indio me contó, “<em>no puede imaginar lo que significa el Hotel Palacio Taj Majal para la gente de la India. Es una gran fuente de orgullo nacional, un ícono, como la Estatua de la Libertad lo es para usted</em>”. Sin duda ha visto fotos del magnifico edificio, construido en 1903 por un Indio rico al que le habían rehusado la entrada a un hotel “<em>solo para blancos</em>”.</p> <p>Teníamos programado tener una reunión esa noche en un auditorio no muy lejos de la acción, pero fue cancelada, por supuesto. Me sentí mal por los organizadores que habían trabajado por meses planificando el programa, diseñando los banners, y ordenando libros. En lugar de eso, tuvimos una reunión improvisada en Thane, una ciudad a unas 20 millas de distancia. Con la noticia a unas pocas horas, más de 200 personas asistieron.</p> <p>Inicié contándoles lo sucedido en la sala de emergencias el día que me rompí el cuello en un accidente automovilístico. El doctor me tocaba la espalda con una pinza aquí y allá, preguntando: “¿<em>esto duele?”,</em> cada vez que respondía: <em>“¡si!”</em> y el sonreía y respondía “¡<em>bien!</em>” un cuerpo solo está sano cuando siente dolor en todas sus partes. El montón de Emails que recibí durante ese día en Nueva Delhi demostraba que la gente alrededor del mundo estaba preocupada profundamente por lo que estaba transpirando en la India, compartiendo en su dolor.</p> <p>Alguien que visita por primera vez la India usualmente se asombra por el caos aparente de millones de personas, muchas de las cuales viven una pobreza inimaginable en el Occidente. Sin embargo bajo la superficie, encuentras muchos signos de compasión, y regresa asombrado por la resistencia de la India, su amabilidad y su hospitalidad sin límites.</p> <p>Durante nuestro viaje, visitamos un destacado hospital fundado por Stephen Alfred, un doctor Indio que renunció a su practica lucrativa en Inglaterra para regresar a servir a la gente pobre que no tiene acceso a cuidados médicos. El viejo hospital de 80 camas será usado para la rama del VIH/Sida, y ahora funciona como una pequeña clínica.</p> <p>En nuestro último día, en Nueva Delhi, conocimos gente notable trabajando entre los 500 millones de miembros de “<em>otras castas atrasadas</em>”. Sunil Sardar, quien vivió en USA y se casó con una mujer americana, lanza esta iniciativa con una organización conocida como “<em>los buscadores de la verdad</em>”. Él provee un hogar y un centro para varios líderes de castas de todas los tipos de fe. Compartimos un almuerzo con el líder de la casta de los pastores, líder de 60 millones, así como con la cabeza de la unión de 2 millones de granjeros, un autor de renombre, y otros líderes en la lucha. Un estudioso nos dijo “<em>ustedes los americanos están celebrando la elección de un hombre negro luego de 250 años de esclavitud. Nosotros todavía esperamos la liberación luego de 4000 años de vivir bajo las castas</em>”.</p> <p>Uno escucha sobre “<em>la nueva India</em>”, y de hecho, India ha cambiado mucho en las dos décadas desde la última vez que la visité. Pero en la India, nada desaparece, las capas simplemente se acumulan. Los cables Eléctricos cruzan las grandes ciudades, y los monos las usan ahora como carreteras. Automóviles exóticos llenan las autopistas, pero también tienen que compartirlas con animales como elefantes y camellos ocasionalmente. Cada conquistador ha dejado una marca: los Arios trajeron el sistema de castas hindúes, los Mogoles trajeron el Islamismo (India tiene la segunda población Musulmana en el mundo, después de Indonesia); y los sirios, portugueses y los británicos introdujeron el Cristianismo. También existen millones de budistas, Sikhs, y Janos (quienes cubren sus bocas con ropas para evitar mata inadvertidamente cualquier cosa viviente, incluso insectos)</p> <p>Las estadísticas en la India asombran la mente. Existen 160 millones de Dalits, al final de la escalera de castas. Aunque hindúes nominalmente, ni siquiera se les permite la entrada en los templos hindúes, y en años recientes se han vuelto al Islamismo, Budismo y Cristianismo. Justo por encima de ellos están otras castas atrasadas, que componen más de la mitad de la población de la India: 500 millones de personas. Algunos de los activistas procedentes de estas castas miran el hinduismo como una estructura social opresiva, diseñada para mantenerlos “<em>en su lugar</em>”. Y, por supuesto, cualquier signo de agitación levanta un arrebato de los hindúes fundamentalistas que quieren mantener las cosas tal y como están. Esto explica parcialmente el reciente estallido de violencia en Orissa en el noreste de la India, donde en agosto solamente, 50.000 cristianos fueron perseguidos hasta sus casas y docenas de ellos asesinados.</p> <p>Todo el mundo habla de “<em>la nueva India</em>”, y, por supuesto, cuando pides ayuda con tu computador o <em>software, </em>muchas veces terminas hablando con algún muchacho genio de Bangalore o Hyderabad. Al apartarse de las ciudades, sin embargo, surge de nuevo la vieja India. Mujeres caminado a lo largo de la carretera con montones de paja, cubos de agua, ollas y sartenes balanceándose precariamente sobre sus cabezas. Búfalos tirando del arado para surcar la tierra. Hombres corren sistemas de irrigación manteniéndose todo el día depositando agua de un canal a otro. Mujeres ancianas inclinadas barriendo las calles con escobas de paja sin asas hechas a mano. Más indios tienen teléfonos celulares, nos contaron, que los que tienen acceso a agua limpia. En el centro de la ciudad, me contó un indio, “<em>no hay habitaciones ni para morirse</em>”.</p> <p>En Hyderabad, pasamos el día observando el trabajo hecho por nuestros anfitriones aquí, Libros OM. Además de publicar, ellos mantienen muchos programas de acción social, incluyendo 80 escuelas para Dalits, conocidos anteriormente como los intocables. Estos niños son la primera generación de Dalits que obtienen  educación en 4.000 años; más aún, la están obteniendo en inglés, asegurándoles un empleo decente. Ellos regresan a sus hogares orgullosos, elevando el espíritu de toda la comunidad.</p> <p>También visitamos una fabrica de ropa que realiza trajes de alta costura para <a target="_blank" href="http://es.wikipedia.org/wiki/Outlet">tiendas outlets</a> en Colorado organizado por un amigo. Conocimos a 6 hermosas mujeres Dalits cortando patrones y cosiendo chaquetas de seda a mano, averiguando un poco la trágica vida que tuvieron. Nuestro guía nos complementó la información: una fue violada tres veces antes de llegar a los 14 años, otra fue botada de su casa cuando dio a luz una bebé.</p> <p>Debo admitir, que parece surrealista manejar desde el aeropuerto hasta aquí y ver todos los autos procediendo de manera ordenada en sus respectivos carriles, sin vacas, cabras, o búfalos entre el tráfico. El aire es tan limpio. Y la atmosfera es tan tranquila: muchos camiones en la India tienen un aviso, “<em>está bien, toca la bocina, por favor</em>”, pintado en la parte trasera, la única norma de tráfico que todos los conductores en la India obedecen sin falta.</p> <p>Ah, la India. Sufriente, mágica, desconcertante, misteriosa, caótica – cualquier adjetivo que se le pueda ocurrir aplica.</p> <div class="blogger-post-footer">Phillip Yancey en Español.</div>Anyulhttp://www.blogger.com/profile/13970052852527981843noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8946395308558543919.post-74498799710682988952008-12-05T07:50:00.000-04:302008-12-05T08:03:58.900-04:30La ineficiencia santa de Henri Nouwen<span class="Apple-style-span" style="font-style: italic;"></span><br />
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">Difícilmente puedo imaginar un mejor simbolo de la encarnación.<o:p></o:p></i></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">Por Philip Yancey<o:p></o:p></i></b></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-weight: bold;"><br />
</span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-style: normal;">Una vez cuando estaba cenando con un grupo de escritores, la conversación giró en torno a las cartas que obtenemos de nuestros lectores. Richard Foster y Eugene Peterson mencionaron a un joven intenso que estaba buscando dirección espiritual de parte de ellos. Ellos respondieron lo mejor que pudieron, respondiendo preguntas por correo y recomendando libros sobre espiritualidad. Foster se acababa de dar cuenta que el lector había contactado también a Henri Nouwen. “no creerás lo que hizo Nouwen”, me dijo. “él invitó a este extraño a vivir con él por un mes para así mentorearlo en persona”.</span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-style: normal;">La mayoría de los escritores protegen celosamente su privacidad y su agenda de actividades. Nouwen, quién murió de un ataque al corazón el septiembre pasado, rompió tales barreras de profesionalismo. Su vida entera, de hecho, mostró una “ineficiencia santa”.</span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-style: normal;">Graduado en Holanda como psicólogo y teólogo, Nouwen pasó sus años tempranos alcanzando logros. Enseñó en Notre Dame, Yale y Harvard, con un promedio de un libro por año, y viajó extensamente como conferenciante. Tenía un resumen curricular para morirse – ese era el problema, exactamente. La agenda que lo presionaba y la competencia implacable estaban sofocando su propia vida espiritual.</span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-style: normal;">Nouwen fue a Suramérica por seis meses, explorando un nuevo papel para si mismo como misionario en el Tercer Mundo. Una agitada agenda de conferencias a su llegada a los Estados Unidos solo hizo las cosas peor. Finalmente, Nouwen cayó en los brazos de la comunidad L’Arche en Francia, un hogar para los que están seriamente discapacitados. Se sintió tan nutrido por ellos que estuvo de acuerdo volverse sacerdote en la residencia de un hogar similar en Toronto llamado Amanecer. Allí, Nouwen pasó sus últimos 10 años, aún escribiendo y viajando para dar charlas aquí y allá, pero siempre retornando al paraíso de Amanecer.</span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-style: normal;">Una vez visité a Nouwen, compartiendo el almuerzo con él en su pequeña habitación. Tenía una cama individual, una biblioteca y unas pocas piezas de mueblería al estilo de Shaker. Las paredes estaban sin adornos excepto por una copia de una pintura de Van Gogh y unos pocos símbolos religiosos. Alguien del personal de Amanecer nos sirvió un plato de ensalada Cesar y una rebanada de pan. Sin fax, ni computadora, ni un calendario de actividades en la pared de su cuarto, al menos, Nouwen encontró serenidad. La “industria” de la iglesia se veía bien lejos.</span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-style: normal;">Luego del almuerzo celebramos una eucaristía especial para Adam, el joven al que Nouwen buscaba. Con solemnidad, pero también con un brillo en su ojo, Nouwen dirigió la liturgia en honor al cumpleaños 26 de Adam. Incapaz de hablar, o vestirse a sí mismo, profundamente retardado, Adam no mostró signos de comprensión. Parecía reconocer, al menos, que su familia había llegado. Él gemía durante la ceremonia y gruñó fuertemente algunas veces.</span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-style: normal;">Luego Nouwen me contó que le tomó cerca de dos horas preparar a Adam cada día. Bañarlo y afeitarlo, cepillando sus dientes, peinando su cabello, guiando sus manos mientras trataba de desayunar – estos actos simples y repetitivos se habían vuelto para él casi en una hora de meditación.</span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-style: normal;">Debo admitir que tuve una duda fugaz acerca si este podría ser el mejor uso del tiempo de un sacerdote ocupado. ¿No podría otro hacerse cargo de las actividades manuales? Cuando le abordé </span><span style="mso-spacerun: yes;"><span class="Apple-style-span" style="font-style: normal;"> </span></span><span class="Apple-style-span" style="font-style: normal;">con cautela el tema al mismo Nouwen, me informó que lo había malinterpretado completamente. “no estoy renunciando a nada”, insistió. “soy yo, no Adam, quien recibe el beneficio principal de nuestra amistad”.</span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-style: normal;">Todo el día estuve dándole vueltas a esta pregunta, trayendo al caso varias maneras en que él se podría beneficiar de esta relación con Adam. Ha sido difícil para él al principio, me dijo. El contacto físico, afecto y el desorden al cuidar a una persona que con falta de coordinación no le se le hizo muy fácil. Pero aprendió a amar a Adam, amarlo verdaderamente. En el proceso aprendió que debe ser igual para Dios amarnos a nosotros – personas espiritualmente no coordinadas, retardadas, capaces de responder con lo que debiera parecer para Dios gruñidos y gemidos desarticulados. De hecho, trabajando con Adam le había enseñado a él la humildad y la “sensación de vacío” lograda por ciertos monjes solo luego de mucha disciplina.</span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-style: normal;">Nouwen ha dicho que toda su vida dos voces competían dentro de él. Una lo animaba a tener éxito y ser triunfador, mientras que la otra lo llamaba sencillamente a descansar en la comodidad de ser “el amado” de Dios. Solo en la última década de su vida escuchó verdaderamente a esa segunda voz.</span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-style: normal;">Finalmente Nouwen concluyó que “el objetivo de la educación y la formación para el ministerio es reconocer la voz del Señor continuamente, su rostro, y su toque en cada persona que conocemos”. Leyendo esa descripción en su libro ¡gracias!, entiendo por qué no pensaba que era una pérdida de tiempo invitar a un extraño a vivir con él por un mes, o dedicar dos horas diarias al cuidado de Adam.</span></div><div class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span class="Apple-style-span" style="font-style: normal;">Voy a extrañar a Henri Nouwen. Para algunos, su legado consiste en sus muchos libros, para otros su rol como puente entre católicos y protestantes, para otros su carrera distinguida en la liga de universidades Ivy. Para mí, sin embargo, una sola imagen lo captura mejor: el sacerdote enérgico, con su cabello desordenado, usando sus manos incansables tanto para una homilía de la nada, celebrar una elocuente eucaristía de cumpleaños para un niño-hombre inerte tan dañado que muchos padres lo habrían abortado. Difícilmente puedo imaginar un mejor símbolo de la encarnación.</span></div><br />
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© Christianity Today, 9 de Diciembre<b>, 1996</b>. Usado con permiso. Los Temas de la Vida Cristiana, <span class="Apple-style-span" style="-webkit-border-horizontal-spacing: 2px; -webkit-border-vertical-spacing: 2px; font-family: Georgia;">Vol. 40, No. 14, página 80</span>. Todos los derechos reservados.<br />
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<a href="http://www.feedburner.com/fb/a/emailverifySubmit?feedId=2168944&loc=es_ES">Subscribete a Philip Yancey | Español por Email</a><div class="blogger-post-footer">Phillip Yancey en Español.</div>Anyulhttp://www.blogger.com/profile/13970052852527981843noreply@blogger.com3tag:blogger.com,1999:blog-8946395308558543919.post-48954428729849257662008-11-09T08:00:00.000-04:302008-11-09T08:00:00.590-04:30Cita del día - El grito de Dios en la cruz<blockquote> <p>Para algunos, la imagen de un cuerpo pálido brillando con luz trémula en una noche oscura les suena a derrota. ¿Cuán bueno puede ser un Dios que no controla el sufrimiento de su Hijo? Pero otra voz puede escucharse: el grito de un Dios gritando a los seres humanos, "YO LOS AMO".</p> <p>El amor fue comprimido para toda la historia en aquella figura solitaria en la cruz, quien dijo que podía llamar ángeles en cualquier momento en su rescate, pero escogió no hacerlo - por causa de nosotros. En el Calvario, Dios aceptó sus propios términos inquebrantables de la justicia.</p> <p>Cualquier discusión sobre como el dolor y el sufrimiento encajan en el esquema de Dios nos llevan en ultima instancia de vuelta a la cruz.</p> </blockquote> <p align="right">Fuente: <a target="_blank" href="http://kingdavid.wordpress.com/2008/11/08/quote-of-the-day-philip-yancey/">King David's blog</a></p> <div class="blogger-post-footer">Phillip Yancey en Español.</div>Anyulhttp://www.blogger.com/profile/13970052852527981843noreply@blogger.com3tag:blogger.com,1999:blog-8946395308558543919.post-12651301544333879362008-10-21T10:56:00.000-04:302008-10-21T10:56:00.813-04:30La Muerte: La semana definitiva<span style="font-style: italic;">Una vez más los judíos se habían reunido en Jerusalén para recordar el éxodo y celebrar la Pascua; la esperanza había salido a flote: ¡El Mesías ha llegado! decía un rumor. Y luego, como un dardo disparado al corazón de la esperanza, llegaron la traición, el juicio y la muerte de Jesús... </span> <blockquote>¿Por qué la Porvidencia ocultó su rostro «en el momento más decisivo» … como si quisiera someterse voluntariamente a las leyes ciegas, estúpidas, implacables de la naturaleza?<strong><br /></strong><div style="text-align: right;"><strong>Fedor Dostoyevski</strong></div></blockquote><br /><p></p><span style="font-size:85%;"><span style="font-size:85%;"> </span></span><p align="justify" style="font-family:trebuchet ms;"><span style="font-size:100%;">La iglesia en la que crecí solía pasar por alto los acontecimientos de la Semana Santa para apresurarse a escuchar la exultación de la Pascua de Resurrección. Nunca nos reuníamos para un culto el Viernes Santo. Celebrábamos la Cena del Señor sólo una vez por trimestre, desmañada ceremonia en la que solemnes diáconos vigilaban el avance de las bandejas con copitas como dedales y galletas partidas.</span></p> <p align="justify" style="font-family:trebuchet ms;"><span style="font-size:100%;">Los católicos no creían en la resurrección, me decían, lo cual explicaba por qué las muchachas católicas llevaban crucecitas «con el hombrecito clavado». Me enteré de que celebraban la misa con velas encendidas en una especie de rito sectario, síntoma de su obsesión con la muerte. Nosotros, los protestantes, éramos diferentes. Reservábamos para el Día de Resurrección nuestra mejor ropa, nuestros himnos más entusiastas y nuestros pocos adornos del templo.</span></p> <p align="justify" style="font-family:trebuchet ms;"><span style="font-size:100%;">Cuando comencé a estudiar teología e historia de la Iglesia descubrí que mi iglesia estaba equivocada en cuanto a los católicos, quienes creían en la Resurrección con la misma fuerza que nosotros y quienes, en realidad, escribieron muchos de los credos que expresan mejor esa creencia. De los evangelios aprendí que, a diferencia de mi iglesia, el relato bíblico se vuelve más lento, en lugar de acelerarse, cuando llega a la Semana Santa. Los evangelios, dijo uno de los primeros comentaristas cristianos, son crónicas de la última semana de Jesús con introducciones cada vez más extensas.</span></p> <p align="justify" style="font-family:trebuchet ms;"><span style="font-size:100%;">De las biografías que he leído, pocas dedican más del diez por ciento de sus páginas al tema de la muerte; incluso las biografías de hombres como Martín Luther King Jr. y Gandhi, quienes sufrieron muertes violentas y políticamente significativas. Los evangelios, sin embargo, dedican casi una tercera parte del texto a la última semana que culmina la vida de Jesús. Mateo, Marcos, Lucas y Juan consideraron que la muerte de Jesús fue el misterio central de su vida. </span></p> <p align="justify" style="font-family:trebuchet ms;"><span style="font-size:100%;">Sólo dos de los evangelios mencionan los acontecimientos de su nacimiento, y los cuatro incluyen sólo unas pocas páginas acerca de su resurrección. Los cuatro, sin embargo, ofrecen sendos relatos detallados de los sucesos que condujeron a la muerte de Jesús. Nunca antes había sucedido nada ni remotamente parecido. Los seres celestiales habían aparecido esporádicamente en nuestro horizonte antes de la Encarnación (recordemos el ángel con que Jacob luchó y los visitantes de Abraham), y unos pocos seres humanos habían regresado de la muerte. Pero cuando el Hijo de Dios murió en el planeta tierra, ¿como podía ser que un Mesías fuera derrotado, un Dios fuera crucificado? La naturaleza misma se convulsionó ante semejante hecho: la tierra tembló, las rocas se partieron y el cielo se oscureció.</span></p> <p align="justify" style="font-family:trebuchet ms;"><span style="font-size:100%;">Por años, al irse acercando la Semana Santa, he leído juntos los cuatro relatos de los evangelios, a veces uno después de otro, a veces entrelazados en un formato de «concordancia de los evangelios». Cada vez me siento abrumado por el puro drama. La exposición sencilla, sin floreos, tiene un poder demoledor y casi puedo escuchar en el fondo un repique de tambor que resuena lleno de tristeza. No se producen milagros, no hay intentos sobrenaturales de rescate. Es simple tragedia, más que las de Sófocles o Shakespeare.</span></p> <p align="justify" style="font-family:trebuchet ms;"><span style="font-size:100%;">Las fuerzas del mundo, el sistema religioso más complicado de ese tiempo, aliado con el Imperio político más poderoso, se confabulan en contra de un personaje solitario, el único hombre perfecto que haya jamás vivido. Aunque los poderosos se burlan de Él y sus amigos lo abandonan, sin embargo, los evangelios transmiten la fuerte e irónica impresión de que Él mismo está supervisando todo el largo proceso. Se ha encaminado en forma decidida hacia Jerusalén, sabiendo el destino que le aguarda. La cruz ha sido siempre su objetivo. Ahora, al acercarse la muerte, lleva la voz cantante.</span></p> <p align="justify" style="font-family:trebuchet ms;"><span style="font-size:100%;">Un año me adentré en los relatos de los evangelios cuando acababa de leer todo el Antiguo Testamento. En mi itinerario por los libros de historia, de poesía y de profecía, había conocido a un Dios de mucho poder. Caían cabezas, se derribaban imperios, desaparecían naciones enteras de la faz de la tierra. Todos los años los judíos hacían una pausa como nación para recordar la gran hazaña de Dios al liberarlos de Egipto, acontecimiento repleto de milagros. Descubría resonancias del Éxodo en los Salmos y profetas, indicios para una tribu acorralada de que el Dios que en otro tiempo había respondido a sus oraciones, lo podía volver a hacer.</span></p> <p align="justify" style="font-family:trebuchet ms;"><span style="font-size:100%;">Con esos relatos resonando todavía en mis oídos, llegué a la descripción detallada que hace Mateo de la última semana de Jesús. Una vez más los judíos se habían reunido en Jerusalén para recordar el éxodo y celebrar la Pascua. Una vez más la esperanza había salido a flote: ¡El Mesías ha llegado! decía un rumor. Y luego, como un dardo disparado al corazón de la esperanza, llegaron la traición, el juicio y la muerte de Jesús.</span></p> <p align="justify" style="font-family:trebuchet ms;"><span style="font-size:100%;">¿Cómo podemos nosotros, que conocemos de antemano el final, comprender jamás la sensación terrible que se apoderó de los seguidores de Jesús? Con el paso de los siglos el relato se ha vuelto algo común, y no puedo comprender y mucho menos recrear, el efecto de esa última semana en los que la vivieron. Me limitaré a relatar lo que me parece más destacado en este nuevo repaso del episodio de la Pasión.</span></p> <span style=";font-family:trebuchet ms;font-size:100%;" ><b> <p align="justify"><br />La entrada triunfal</p></b> </span><p align="justify" style="font-family:trebuchet ms;"><span style="font-size:100%;">Los cuatro evangelios mencionan este acontecimiento que a primera vista parece la única vez en que Jesús se desvió de su aversión a las aclamaciones. La multitud extendió mantos y ramas de árbol sobre el camino para mostrar su adoración. «¡Bendito el que viene en el nombre del Señor!» exclamaban. Aunque Jesús normalmente le tenía aversión a semejantes manifestaciones de fanatismo, esta vez los dejó gritar. A los indignados fariseos les explicó: «Os digo que si éstos callaran, las piedras clamarían.»</span></p> <p align="justify" style="font-family:trebuchet ms;"><span style="font-size:100%;">¿Se estaba reivindicando el profeta de Galilea en Jerusalén? «Mirad, el mundo se va tras él», exclamaron alarmados los fariseos. En ese momento, con varios centenares de miles de peregrinos reunidos en Jerusalén, le parecía a todo el mundo que el Rey había llegado con todo su poder para reclamar el trono al que tenía derecho.</span></p> <p align="justify" style="font-family:trebuchet ms;"><span style="font-size:100%;">Recuerdo de niño al volver a casa del culto del Domingo de Ramos, cortando de manera distraída las hojitas de las palmas, pasando rápidamente las páginas del boletín trimestral de la Escuela Dominical para llegar al tema siguiente. No tenía sentido. Si la multitud se le arrojaba a los pies una semana, ¿cómo lo arrestaban y mataban la semana siguiente?</span></p> <p align="justify" style="font-family:trebuchet ms;"><span style="font-size:100%;">Cuando leo los evangelios ahora encuentro tendencias subyacentes que ayudan a explicar el brusco cambio. En el Domingo de Ramos lo acompañaba un grupo de Betania, todavía alborozado por el milagro de Lázaro. Sin duda que los peregrinos de Galilea, que lo conocían muy bien, constituían otra gran parte de la multitud. Mateo señala que también lo aclamaban los ciegos, los tullidos y los niños. Aparte de estos grupos, sin embargo, el peligro acechaba. Las autoridades religiosas se sentían ofendidas por Jesús, y las legiones romanas, que había sido traídas para controlar a las multitudes que habían acudido para las fiestas, prestarían atención a la opinión del Sanedrín en cuanto a quién podía significar una amenaza para el orden público.</span></p> <p align="justify" style="font-family:trebuchet ms;"><span style="font-size:100%;">Jesús mismo tuvo sentimientos encontrados durante el clamoroso desfile. Lucas relata que al acercarse a la ciudad lloró. Sabía cuán fácilmente podía cambiar el humor de una multitud. Las voces que gritan: «¡Hosanna!» una semana después pueden vociferar: «¡Crucifícale!»</span></p> <p align="justify" style="font-family:trebuchet ms;"><span style="font-size:100%;">La entrada triunfal está rodeada de un ambiente de ambivalencia. Cuando leo los relatos juntos, lo que me parece que destaca es la naturaleza desconcertante de toda la situación. Me imagino a un oficial romano acudiendo a galope para ver si había disturbios. Ha visto procesiones en Roma, donde hacen las cosas bien. El general triunfador va en un carruaje dorado, con corceles que tiran de las riendas y las espigas de las ruedas resplandecientes a la luz del sol. Detrás de él, soldados en bruñidas armaduras despliegan los estandartes capturados a los ejércitos derrotados. Detrás sigue una procesión destartalada de esclavos y prisioneros encadenados, prueba viviente de lo que sucede cuando se desafía a Roma.</span></p> <p align="justify" style="font-family:trebuchet ms;"><span style="font-size:100%;">En la entrada triunfal de Jesús, el destartalado séquito no es más que la multitud entusiasmada: los tullidos, los ciegos, los niños, los campesinos de Galilea y Betania. Cuando el oficial busca al objeto de su atención, vislumbra a una figura melancólica que llora, cabalgando no en un corcel o carruaje sino a lomo de un pollino, con un manto prestado cubriendo el lomo de la bestia a modo de silla de montar.</span></p> <p align="justify" style="font-family:trebuchet ms;"><span style="font-size:100%;">Sí, se desprendía un aroma de triunfo el Domingo de Ramos, pero no la clase de triunfo que pudiera impresionar a Roma ni por mucho más tiempo a las multitudes en Jerusalén. ¿Qué clase de rey era ése?</span></p> <span style=";font-family:trebuchet ms;font-size:100%;" ><b> <p align="justify"><br />La última cena</p></b> </span><p align="justify" style="font-family:trebuchet ms;"><span style="font-size:100%;">Cada vez que leo el relato de Juan me sorprende su tono «moderno». Como en ninguna otra parte, uno de los autores de los evangelios ofrece un retrato realista, a cámara lenta. Juan cita extensos fragmentos de diálogo y subraya la relación emocional entre Jesús y sus discípulos. Tenemos en Juan capítulos 13 al 17, una memoria íntima de la noche más angustiosa de Jesús en la tierra.</span></p> <p align="justify" style="font-family:trebuchet ms;"><span style="font-size:100%;">Hay muchas sorpresas reservadas para los discípulos esa noche en la que celebran el rito de la Pascua, cargado de simbolismo. Cuando Jesús lee en voz alta la historia del Éxodo, la mente de los discípulos puede muy bien haber sustituido «Egipto» por «Roma». Qué mejor plan podía tener Dios que repetir ese ejercicio de fuerza en un momento así, con todos los peregrinos congregados en Jerusalén. La rotunda afirmación de Jesús avivó sus sueños más locos: «Yo, pues, os asigno un reino», dijo con tono magistral, y: «Yo he vencido al mundo.»</span></p> <p align="justify" style="font-family:trebuchet ms;"><span style="font-size:100%;">Al leer el relato de Juan me encuentro volviendo a un curioso incidente que interrumpe la comida. «Sabiendo Jesús que el Padre le había dado todas las cosas en las manos», comienza Juan en forma dramática, para luego agregar este final incongruente: «se levantó de la cena, y se quitó su manto, y tomando una toalla, se la ciñó.» Vestido como un esclavo, se inclinó para lavar la suciedad de las calles de Jerusalén de los pies de los discípulos.</span></p> <p align="justify" style="font-family:trebuchet ms;"><span style="font-size:100%;">Qué forma tan extraña de actuar del invitado de honor en la última comida con sus amigos. Qué conducta tan incomprensible de parte de un gobernante que luego iba a anunciar: «Yo os asigno un reino.» En esos días, lavar los pies se consideraba tan degradante que el amo no se lo podía exigir al esclavo judío. Pedro palideció ante esto.</span></p> <p align="justify" style="font-family:trebuchet ms;"><span style="font-size:100%;">La escena del lavamiento de los pies se destaca, para el autor M. Scott Peck, como uno de los acontecimientos más significativos de la vida de Jesús. «Hasta ese momento lo importante en todas las situaciones había sido que alguien llegara a lo más alto y que, una vez ahí, permaneciera en esa posición o tratara de subir todavía más. Pero en este caso, este hombre que ya había llegado a lo más alto —quien era rabino, maestro— de repente desciende a lo más bajo y comienza a lavar los pies de sus seguidores. Con esa sola acción Jesús dio simbólicamente un vuelco completo a todo el orden social. No pudiendo comprender lo que sucedía, incluso sus propios discípulos se sintieron horrorizados ante tal conducta.»</span></p> <p align="justify" style="font-family:trebuchet ms;"><span style="font-size:100%;">Jesús nos pidió a sus seguidores que hiciéramos tres cosas en recuerdo suyo. Nos pidió que bautizáramos a otros, como Él había sido bautizado por Juan. Nos pidió que recordáramos la comida que compartió esa misma noche con los discípulos. Por último, nos pidió que nos laváramos los pies unos a otros. La iglesia siempre ha cumplido con dos de estos mandatos, aunque en medio de muchas discusiones acerca de qué significan y cuál es la mejor manera de cumplirlos. Pero en la actualidad, tendemos a asociar el tercero, lavar los pies, con pequeñas denominaciones escondidas en las colinas de los montes Apalaches. Sólo unas pocas denominaciones practican el lavamiento de pies; para las demás, toda esta idea parece primitiva, rural y poco complicada. Se puede debatir acerca de si Jesús quiso que ese mandato fuera sólo para los doce discípulos o para todos lo que vendríamos después, pero tampoco hay indicios de que los doce siguieran dichas instrucciones.</span></p> <p align="justify" style="font-family:trebuchet ms;"><span style="font-size:100%;">Esa misma noche, algo más tarde, se produjo una discusión entre los discípulos acerca de cuál de ellos era el mayor. De manera intencional, Jesús no negó el instinto humano de competencia y ambición. Simplemente lo orientó en otra dirección: «Sea el mayor entre vosotros como el más joven, y el que dirige como el que sirve.» Entonces fue cuando proclamó: «Yo, pues, os asigno un reino»; un reino, en otras palabras, fundado en el servicio y la humildad. En el lavamiento de los pies, los discípulos habían visto un cuadro vivo de qué quería decir. Seguir ese ejemplo no se ha vuelto para nada más fácil en dos mil años.</span></p> <span style=";font-family:trebuchet ms;font-size:100%;" ><b> <p align="justify"><br />Traición</p></b> </span><p align="justify" style="font-family:trebuchet ms;"><span style="font-size:100%;">En medio de esta velada íntima con sus amigos más cercanos Jesús dejó caer una bomba: uno de los doce hombre reunidos a su alrededor lo entregaría esa noche a las autoridades. Los discípulos «se miraban unos a otros, dudando de quién hablaba», y comenzaron a preguntarse unos a otros.</span></p> <p align="justify" style="font-family:trebuchet ms;"><span style="font-size:100%;">Jesús había tocado un punto susceptible. «¿Desde luego que no soy yo?» respondieron los discípulos por turno, poniendo de manifiesto sus dudas subyacentes. La traición no resultaba un pensamiento extraño. En la Jerusalén llena de conspiraciones, quién sabe a cuantos discípulos se les habían acercado los enemigos de Jesús para tantearlos. La misma Última Cena estuvo rodeada de peligro; el aposento alto lo había preparado clandestinamente un hombre misterioso que llevaba un cántaro de agua.</span></p> <p align="justify" style="font-family:trebuchet ms;"><span style="font-size:100%;">Unos momentos después que Jesús dejara caer la bomba, Judas salió sigilosamente de la habitación, sin despertar sospechas. Es claro que el tesorero del grupo quizá se excusó diciendo que iba a comprar suministros o a ocuparse de algún asunto caritativo.</span></p> <p align="justify" style="font-family:trebuchet ms;"><span style="font-size:100%;">El nombre «Judas», común en otro tiempo, casi ha desaparecido. Ningún padre desea poner a su hijo el nombre del traidor más famoso de la historia. Y sin embargo, para mi sorpresa, cuando leo ahora los relatos evangélicos lo que sobresale es su condición de hombre común y corriente, no su villanía. Al igual que los otros discípulos, Jesús lo había escogido después de una larga noche de oración. Como tesorero, obviamente gozaba de la confianza de los demás. Incluso en la Última Cena se sentó en un lugar de honor cerca de Jesús. Los evangelios no ofrecen ninguna pista en el sentido de que Judas pudiera haber sido un «espía» que se infiltró en el círculo más íntimo para planificar esta perfidia.</span></p> <p align="justify" style="font-family:trebuchet ms;"><span style="font-size:100%;">¿Cómo fue posible, pues, que Judas traicionara al Hijo de Dios? En el momento de hacerme la pregunta pienso en los otros discípulos que abandonan a Jesús en Getsemaní y en Pedro que jura: «No conozco al hombre», cuando lo presionan en el atrio, en la casa del sumo sacerdote, y en los once que obstinadamente se niegan a creer las noticias de la resurrección de Jesús. El acto traicionero de Judas difirió en cuanto a grado, pero no en cuanto a clase de las muchas otras deslealtades. </span></p> <p align="justify" style="font-family:trebuchet ms;"><span style="font-size:100%;">Lleno de curiosidad por ver cómo presentaría Hollywood el acto de traición, proyecté quince versiones de la acción de Judas. Me encontré con muchas teorías. Según unos, codiciaba el dinero. Otros lo presentaban como temeroso, que llega a la decisión de cerrar trato cuando los enemigos de Jesús lo fueron acosando. Otros lo retrataban como desilusionado, preguntándose: ¿por qué Jesús limpió el templo sagrado con un látigo en vez de movilizar un ejército en contra de Roma? Quizá se había cansado de la «blandura» de Jesús: como los militantes en la moderna Palestina o Irlanda del Norte, Judas no tuvo paciencia para una revolución lenta, no violenta. O, por el contrario, ¿esperaba acaso forzar a Jesús a actuar? Si Judas preparaba el arresto, sin duda que Jesús se vería obligado a declararse abiertamente y a establecer su reino.</span></p> <p align="justify" style="font-family:trebuchet ms;"><span style="font-size:100%;">Hollywood prefiere presentar a Judas como un rebelde complicado, heroico. La Biblia simplemente dice: «Satanás entró en él» cuando dejó la mesa para llevar a cabo su acción. En cualquier caso, el desencanto de Judas difirió, de nuevo, sólo en grado de lo que otros discípulos habían sentido. Cuando se vio claramente que la clase de reino que Jesús proponía conducía a una cruz, no a un trono, todos ellos fueron desapareciendo en la oscuridad.</span></p> <p align="justify" style="font-family:trebuchet ms;"><span style="font-size:100%;">Judas no fue la primera ni la última persona que haya traicionado a Jesús, sino la más famosa. Shusako Endo, el novelista cristiano de Japón, tomó la traición como tema central de muchas de sus novelas. Silence (Silencio), la más conocida, habla de cristianos japoneses que negaron su fe bajo la persecución de los shoguns. Endo había leído muchos relatos sobrecogedores acerca de los mártires cristianos, pero no había encontrado ninguno acerca de los traidores cristianos. ¿Cómo hubiera podido encontrarlos? Nadie había escrito ninguno. Sin embargo, para Endo, el mensaje más poderoso de Jesús fue su amor inextinguible, incluso y especialmente por quienes lo traicionaron. Cuando Judas guió hasta el huerto a una turba dispuesta a linchar a Jesús, éste se dirigió a él como «amigo». Los otros discípulos lo abandonaron, pero siguió amándolos. Su pueblo lo hizo ejecutar; pero estando en la cruz, desnudo, en la posición de ignominia definitiva, Jesús, con un esfuerzo supremo, exclamó: «Padre, perdónalos…» </span></p> <p align="justify" style="font-family:trebuchet ms;"><span style="font-size:100%;">No conozco ningún otro contraste más agudo entre dos seres humanos que el que se da entre Pedro y Judas. Ambos tuvieron liderazgo dentro del grupo de los discípulos de Jesús. Ambos vieron y escucharon cosas maravillosas. Ambos pasaron por el mismo ciclo agitado de esperanza, temor y desilusión. Cuando aumentaron los riesgos, ambos negaron al Maestro. Ahí termina la semejanza. Judas, con pesar pero al parecer sin arrepentimiento, aceptó las consecuencias lógicas de su acción, se quitó la vida, y pasó a la historia como el traidor más grande de todos los tiempos. Murió sin querer recibir lo que Jesús vino a ofrecerle. Pedro, humillado, pero siempre receptivo al mensaje de gracia y perdón de Jesús, pasó a dirigir un avivamiento en Jerusalén y no se detuvo hasta que llegó a Roma.</span></p> <span style=";font-family:trebuchet ms;font-size:100%;" ><b> <p align="justify"><br />Getsemaní</p></b> </span><p align="justify" style="font-family:trebuchet ms;"><span style="font-size:100%;">Desde el aposento alto en Jerusalén, saturado de olores de cordero, hierbas amargas y cuerpos sudorosos, Jesús y su grupo de once se levantaron para dirigirse a los olivares frescos y espaciosos de un huerto llamado Getsemaní. La primavera estaba en todo su esplendor, el aire de la noche lleno de fragancia de flores. Acostados bajo la luna y las estrellas, en un ambiente pacífico lejos del ajetreo de la ciudad, los discípulos se adormecieron rápidamente.</span></p> <p align="justify" style="font-family:trebuchet ms;"><span style="font-size:100%;">Jesús, sin embargo, no experimentaba semejante paz. «Comenzó a entristecerse y a angustiarse en gran manera», dice Mateo. Lo mismo escribe Marcos. Y ambos escritores mencionan sus palabras quejumbrosas a los discípulos: «Mi alma está muy triste hasta la muerte; quedaos aquí y velad». Jesús había ido con frecuencia a orar solo, a veces enviando a los discípulos lejos en una barca de modo que pudiera pasar la noche a solas con el Padre. Esa noche, sin embargo, necesitaba la presencia de ellos.</span></p> <p align="justify" style="font-family:trebuchet ms;"><span style="font-size:100%;">Por instinto, los seres humanos necesitamos a alguien a nuestro lado en el hospital la noche antes de una operación, en el hogar de ancianos cuando la muerte se aproxima, en cualquier momento importante de crisis. Necesitamos el contacto tranquilizador de la presencia humana. La reclusión sin comunicación es el peor castigo que nuestra especie haya inventado. Encuentro en el relato de los evangelios acerca de Getsemaní una intensidad profunda de soledad que Jesús no había experimentado nunca antes.</span></p> <p align="justify" style="font-family:trebuchet ms;"><span style="font-size:100%;">Quizá si se hubiera incluido a mujeres en la Última Cena, Jesús no hubiera tenido que pasar esas noches solo. La madre de Jesús, llena de presentimiento, había acudido a Jerusalén; ésta es la primera mención que se hace de ella en los evangelios desde el comienzo del ministerio de su hijo. Las mismas mujeres que se quedaron junto a la cruz, envolvieron su cuerpo rígido y acudieron rápidamente al sepulcro al amanecer, sin duda que hubieran permanecido junto a Él en el huerto, hubieran sostenido su cabeza y enjugado sus lágrimas. Pero a Jesús sólo lo acompañaron amigos. Amodorrados por la comida y el vino, se durmieron mientras Jesús soportaba la prueba solo.</span></p> <p align="justify" style="font-family:trebuchet ms;"><span style="font-size:100%;">Cuando los discípulos le fallaron, Jesús no trató de ocultar que se sentía herido: «¿Así que no habéis podido velar conmigo una hora?» Estas palabras sugieren algo más ominoso que la soledad. ¿Es posible que, por primera vez, no deseara estar a solas con el Padre?</span></p> <p align="justify" style="font-family:trebuchet ms;"><span style="font-size:100%;">Se estaba desarrollando un gran conflicto, y los evangelios describen el tormento de Jesús en una forma muy poco parecida a los relatos judíos y cristianos de martirios. «Pase de mí esta copa», suplicó. No se trataba de oraciones piadosas y formales: «estando en agonía, oraba más intensamente; y era su sudor como grandes gotas de sangre que caían hasta la tierra». ¿En qué consistía exactamente el conflicto? ¿Temor del dolor y de la muerte? Desde luego. A Jesús no le agradaba esa perspectiva más que a usted o a mí. Pero algo más estaba en juego, una nueva experiencia para Jesús que sólo se puede llamar abandono por parte de Dios. En esencia, Getsemaní describe, después de todo, el caso de una oración no respondida. La copa del sufrimiento no fue quitada.</span></p> <p align="justify" style="font-family:trebuchet ms;"><span style="font-size:100%;">El mundo había rechazado a Jesús: prueba de esto era el desfile a la luz de las antorchas que se aproximaba por los senderos del huerto. Pronto los discípulos lo iban a abandonar. Durante la oración, la oración angustiada que se topó con un muro de silencio, sin duda debe haber sentido como si también Dios le hubiera vuelto la cara.</span></p> <p align="justify" style="font-family:trebuchet ms;"><span style="font-size:100%;">John Howard Yoder conjetura acerca de lo que habría podido suceder si Dios hubiera intervenido para concederle la petición: «Pasa de mí esta copa.» Jesús no era en forma alguna impotente. Si hubiera insistido en hacer su propia voluntad y no la de su Padre, hubiera llamado a doce legiones de ángeles (setenta y dos mil) para que pelearan una Guerra Santa por Él. En Getsemaní, Jesús revivió la tentación de Satanás en el desierto. En ambos casos hubiera podido solucionar el problema del mal por la fuerza, con una rápida puñalada al tentador en el desierto o una violenta batalla en el huerto. No hubiera habido historia de la Iglesia —ni Iglesia—, se hubiera detenido toda la historia humana y hubiera concluido la era actual. Todo esto entraba dentro del poder de Jesús, si hubiera dicho una sola palabra, si hubiera pasado por alto el sacrificio personal y descartado el complicado futuro de la redención. Ningún reino se hubiera desarrollado como una semilla de mostaza; el reino hubiera más bien descendido como una granizada.</span></p> <p align="justify" style="font-family:trebuchet ms;"><span style="font-size:100%;">Sin embargo, como nos lo recuerda Yoder, la cruz, la «copa» que ahora parecía tan terrible, era la razón misma de la venida de Jesús a la tierra. «En la cruz está el hombre que ama a sus enemigos, el hombre cuya justicia es mayor que la de los fariseos, quien siendo rico se hizo pobre, quien dio su manto a quienes le robaron la túnica, quien ora por quienes lo utilizan en forma insultante. La cruz no es un rodeo o un obstáculo en el camino del reino, ni siquiera es el camino al reino; es el reino que ha venido.»</span></p> <p align="justify" style="font-family:trebuchet ms;"><span style="font-size:100%;">Después de varias horas de atormentada oración, Jesús llegó a una decisión. Su voluntad y la del Padre convergieron. «¿No era necesario que el Cristo padeciera estas cosas?» es como lo expresó luego. Despertó a sus adormecidos amigos por última vez y se dirigió decididamente, en medio de la oscuridad, hacia quienes querían matarlo.</span></p> <span style=";font-family:trebuchet ms;font-size:100%;" ><b> <p align="justify"><br />Los juicios</p></b> </span><p align="justify" style="font-family:trebuchet ms;"><span style="font-size:100%;">En nuestro tiempo los programas de televisión y las novelas de gran éxito nos han familiarizado con el mundo, antes tan secreto de los procesos legales. Para quienes desean un mayor realismo, un canal por cable transmite en vivo los juicios criminales más horrendos y los casos de acoso sexual más sugerentes. Una y otra vez el público norteamericano ha seguido fascinado a los abogados que elaboran inteligentes defensas que consiguen que declaren inocentes a personas famosas aunque quienes lo ven por televisión saben que los acusados son tan culpables como el pecado.</span></p> <p align="justify" style="font-family:trebuchet ms;"><span style="font-size:100%;">En un espacio de menos de veinticuatro horas, Jesús tuvo que enfrentarse con hasta seis interrogatorios, uno de parte de los judíos y otros de los romanos. Al final, un irritado gobernador emitió el veredicto más fuerte que permitía la ley romana. Cuando uno lee las transcripciones de los juicios, lo que más llama la atención es la poca defensa de Jesús. Ni un solo testigo salió en su defensa. Ningún líder tuvo la valentía de denunciar la injusticia que se estaba cometiendo. Ni siquiera Jesús trató de defenderse. Y en ningún momento Dios el Padre dijo ni una sola palabra.</span></p> <p align="justify" style="font-family:trebuchet ms;"><span style="font-size:100%;">La secuencia de los juicios parece como un ejercicio de pasarse la pelota. Nadie parece querer asumir la plena responsabilidad de hacer ejecutar a Jesús, aunque todos desean hacerlo. Los estudiosos han escrito millares de palabras para definir con exactitud qué parte de la responsabilidad por la muerte de Jesús recae sobre Roma y qué parte sobre los judíos.<b>1</b> En realidad, ambos grupos participaron en la decisión. Si se buscan sólo las irregularidades en los procesos, se corre el riesgo de pasar por alto el punto más importante: Jesús significaba una verdadera amenaza para los poderes establecidos en Jerusalén.</span></p> <p align="justify" style="font-family:trebuchet ms;"><span style="font-size:100%;">Como líder cautivante con muchos seguidores, Jesús había despertado desde hacía tiempo las sospechas de Herodes en Galilea y del Sanedrín en Jerusalén. No comprendieron la naturaleza de su reino, es cierto, pero poco antes de su arresto Jesús había de hecho utilizado la fuerza para expulsar del templo a los cambistas. Para un gobierno títere como el Sanedrín, que quería la «paz a toda costa» para sus amos romanos, un suceso como ése les causó alarma. Además, se había difundido el rumor de que Jesús afirmaba que podía destruir el templo y reedificarlo en tres días. Los líderes judíos no lograban conseguir testigos que estuvieran de acuerdo en las palabras exactas que Jesús había dicho, pero era comprensible que se alarmaran. Imagínense la reacción hoy si un árabe fuera por las calles de la ciudad de Nueva York gritando: «Volaré en pedazos el World Trade Center y lo reconstruiré en tres días.»</span></p> <p align="justify" style="font-family:trebuchet ms;"><span style="font-size:100%;">Para los sacerdotes y la gente piadosa, estas amenazas políticas palidecían ante los informes de las pretensiones religiosas de Jesús. Los fariseos habían palidecido ante el atrevimiento de Jesús de perdonar unilateralmente los pecados y de llamar a Dios su propio Padre. Su aparente falta de consideración por el sábado era una ofensa capital. Jesús significaba una amenaza para la ley, para el sistema de sacrificios, para el templo, para las normas de alimentación y para las muchas distinciones entre puros e impuros.</span></p> <p align="justify" style="font-family:trebuchet ms;"><span style="font-size:100%;">Por último, en el juicio el sumo sacerdote había apelado al solemne juramento del testimonio —«Te conjuro por el Dios viviente»— para hacer una pregunta que Jesús, como acusado, debía contestar por ley. «Que nos digas si eres tú el Cristo [el Mesías], el Hijo de Dios.» Por fin Jesús rompió su silencio: «Tú lo has dicho.»</span></p> <p align="justify" style="font-family:trebuchet ms;"><span style="font-size:100%;">El acusado pasó a hablar en términos elevados del Hijo del Hombre que venía en las nubes del cielo. Fue demasiado. Para un judío fiel, por poco que se quisiera ser justo, las palabras de Jesús resultaban blasfemas. «¿Qué mas necesidad tenemos de testigos?» dijo el sumo sacerdote, rasgándose las vestiduras.</span></p> <p align="justify" style="font-family:trebuchet ms;"><span style="font-size:100%;">Sólo quedaba una opción a la blasfemia y a la pena de muerte que conllevaba: que las palabras de Jesús fueran verdaderas y que en realidad fuera el Mesías. ¿Cómo podía ser? Atado, rodeado de guardas armados, la imagen misma de la impotencia, Jesús parecía la figura menos mesiánica de todo Israel.</span></p> <p align="justify" style="font-family:trebuchet ms;"><span style="font-size:100%;">La blasfemia, sin embargo, no tenía ninguna importancia para los romanos, quienes prefirieron mantenerse al margen de las disputas religiosas locales. De camino hacia los jueces romanos, las consecuencias de la pretensión mesiánica cambiaron de blasfemia a sedición. Después de todo, la palabra Mesías significaba rey y Roma no toleraba a ningún agitador que dijera poseer ese título.</span></p> <p align="justify" style="font-family:trebuchet ms;"><span style="font-size:100%;">Ante Herodes, el mismo gobernante que había hecho decapitar a Juan el Bautista y que había deseado desde hacía tiempo examinar a Jesús en persona, Jesús mantuvo un silencio tranquilo. Sólo Pilato consiguió que confesara. «¿Eres tú el Rey de los judíos?» preguntó Pilato. Una vez más Jesús, con las manos atadas a la espalda, el rostro hinchado por la falta de descanso, con las huellas de las manos de los soldados en las mejillas, respondió sencillamente: «Tú lo dices.»</span></p> <p align="justify" style="font-family:trebuchet ms;"><span style="font-size:100%;">Muchas veces antes Jesús había desaprovechado la ocasión de decir quién era. Cuando personas que eran sanadas, discípulos e incluso demonios lo habían reconocido como Mesías, los había hecho callar. En su época de popularidad, cuando las multitudes lo perseguían por el lago como fanáticos que acosan a un personaje famoso, había huido. Cuando estos perseguidores lo alcanzaron, ansiosos de coronarlo de inmediato, les predicó un sermón tan perturbador que casi todos lo abandonaron.</span></p> <p align="justify" style="font-family:trebuchet ms;"><span style="font-size:100%;">Sólo ese día, primero ante las autoridades religiosas y luego ante las políticas, sólo cuando su pretensión iba a parecer el colmo de lo absurdo, admitió quién era. «El Hijo de Dios», dijo a los poderes religiosos que lo tenían en sus manos. «Rey», dijo al gobernador romano, quien debe haberse reído mucho. Un ejemplar lamentable, que probablemente le recordaba a Pilato a un loco romano que había declarado ser César.</span></p> <p align="justify" style="font-family:trebuchet ms;"><span style="font-size:100%;">Frágil, rechazado, condenado, totalmente solo; entonces pensó Jesús que era seguro revelarse y aceptar el título de «Cristo». Como comenta Karl Barth: «No confiesa su mesianidad sino en el momento en que ya ha sido superado el peligro de fundar una religión.»</span></p> <p align="justify" style="font-family:trebuchet ms;"><span style="font-size:100%;">Esa idea era una ofensa, diría más tarde Pablo. Piedra de tropiezo, la clase de piedra que se descarta por inservible, un fastidio en el lugar donde se construye. Pero esa piedra puede significar, con la clase de poder que Dios tiene, la piedra angular de un nuevo reino.</span></p> <span style=";font-family:trebuchet ms;font-size:100%;" ><b> </b></span><p align="justify" style="font-family:trebuchet ms;"><span style="font-size:100%;"><b><br />Calvario<br /><br /></b>En una autobiografía de los años anteriores a la Segunda Guerra Mundial, Pierre Van Paassen nos habla de un acto de humillación que realizaron las tropas de choque nazis que habían detenido a un anciano rabino judío y lo habían llevado al cuartel general. En un extremo de la misma sala, dos colegas estaban golpeando a muerte a otro judío, cuando los que habían detenido al rabino decidieron divertirse a su costa. Lo desnudaron y le dijeron que predicara el sermón que había preparado para el sábado siguiente en la sinagoga. El rabino pidió que le dejaran ponerse su casquete, a lo que los nazis, burlones, accedieron. Hacía la broma más cómica. El tembloroso rabino comenzó a predicar el sermón con voz ronca acerca del qué significa caminar en humildad delante de Dios, mientras los ululantes nazis lo atizaban y acicateaban, y mientras se oían en el otro rincón de la sala los gritos agónicos de su colega.</span></p> <p align="justify" style="font-family:trebuchet ms;"><span style="font-size:100%;">Cuando leo los relatos evangélicos del arresto, tortura y ejecución de Jesús, pienso en el rabino desnudo, humillado, en una comisaría de policía. Incluso después de haber visto docenas de películas acerca del tema, y de leer los evangelios repetidas veces, no puedo llegar a imaginarme la indignidad, la vergüenza por la que pasó el Hijo de Dios en la tierra, desnudo, flagelado, escupido, golpeado en el rostro, coronado de espinas. </span></p> <p align="justify" style="font-family:trebuchet ms;"><span style="font-size:100%;">Tanto los líderes judíos como los romanos querían la burla que iba a producir la parodia del delito por el que se había condenado a la víctima. Mesías, ¿eh? Estupendo, oigamos una profecía. Zas. ¿Quién te ha golpeado? Zas. Vamos, dínoslo, señor profeta. Para ser Mesías, no sabes mucho ¿verdad?</span></p> <p align="justify" style="font-family:trebuchet ms;"><span style="font-size:100%;">¿Dices que eres rey? Bueno, entonces, arrodillémonos ante semejante majestad. Pero ¿qué es esto? ¿Un rey sin corona? Oh, esto no sirve. Ven acá, señor Rey, te vamos a poner una corona, claro. Crujidos. ¿Qué tal esto? ¿Un poco torcida? Te la voy a arreglar. Oye, ¡estáte quieto! Vaya, mira qué modestos somos. Bueno, ¿qué tal una túnica, algo para cubrir esa carnicería que tienes en la espalda? ¿Que sucedió, tuvo su majestad una pequeña caída?Se pasaron el día así, desde el juego violento de adivina quién te pegó en el patio de la mansión del sumo sacerdote, hasta los matones profesionales de los guardas de Pilato y de Herodes, hasta las burlas de los espectadores que acudían a insultar a los delincuentes que avanzaban tambaleándose camino al Calvario, y por fin hasta la cruz misma donde Jesús escuchó un torrente de burlas de los que estaban abajo e incluso de uno crucificado junto a Él. ¿Te llamas a ti mismo Mesías? Entonces, baja de la cruz. ¿Cómo vas a salvarnos a nosotros si ni siquiera te puedes salvar a ti mismo?Me he maravillado, ya veces cuestionado, el dominio de sí mismo que Dios ha demostrado a lo largo de la historia, permitiendo que los Genghis Khans, los Hitlers y los Stalins se salieran con la suya. Pero nada —absolutamente nada— se puede comparar con el dominio de sí mismo que demostró en ese tenebroso viernes en Jerusalén. Con cada latigazo, con cada contacto violento de los puños contra su rostro, Jesús debe de haber recordado la tentación en el desierto y en Getsemaní. Legiones de ángeles estaban a la espera de que les diera la orden. Con una sola palabra suya hubiera terminado la prueba.</span></p> <p align="justify" style="font-family:trebuchet ms;"><span style="font-size:100%;">«La idea de la cruz nunca debiera acercarse a los cuerpos de los ciudadanos romanos», escribió Cicerón, «nunca debiera cruzar su mente, ni llegar a sus ojos u oídos.» Para los romanos, la crucifixión era la forma más cruel de pena máxima que se reservaba para asesinos, esclavos revoltosos y otros crímenes odiosos en las colonias. A los ciudadanos romanos se los decapitaba, no crucificaba. Jesús experimentó su repugnancia —«maldito por Dios es el colgado», decía Deuteronomio— y preferían la lapidación cuando tenían autoridad para llevar a cabo las ejecuciones. </span></p> <p align="justify" style="font-family:trebuchet ms;"><span style="font-size:100%;">Los evangelistas, los arqueólogos y los expertos en medicina han descrito los detalles macabros de la crucifixión en forma tan minuciosa que no me parece necesario repetirlos. Además, si las «últimas siete palabras de Cristo» sugieren algo es que Jesús mismo tuvo en esos momentos otras cosas en qué pensar aparte del dolor. Lo que más se aproximó a una queja física fue su exclamación: «Tengo sed» e incluso entonces rechazó el vino avinagrado que le ofrecieron como anestesia. (La ironía de alguien que había ofrecido litros de vino en una fiesta de bodas, que había hablado de agua viva que iba a calmar la sed para siempre, y que muere con la lengua hinchada y el olor agrio de vinagre que le humedece la barba.)</span></p> <p align="justify" style="font-family:trebuchet ms;"><span style="font-size:100%;">Como siempre, Jesús estaba pensando en otros. Perdonó a quienes habían llevado a cabo la acción. Tomó medidas para que su madre fuera atendida. Dio la bienvenida al paraíso a un ladrón arrepentido.</span></p> <p align="justify" style="font-family:trebuchet ms;"><span style="font-size:100%;">Los evangelios refieren diferentes fragmentos de conversación en el Calvario y sólo dos de ellos concuerdan en cuanto a sus últimas palabras. Lucas pone en su boca: «Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu», un acto final de confianza antes de morir. Juan contiene el resumen conciso de toda su misión en la tierra: «Consumado es.» En cambio, Mateo y Marcos contienen las palabras más misteriosas de todas, la lamentable cita: «Dios mío, Dios mío ¿por qué me has desamparado?»<b>2</b></span></p><span style=";font-family:trebuchet ms;font-size:100%;" > </span><p align="justify" style="font-family:trebuchet ms;"><span style="font-size:100%;">Sólo esta vez, de entre sus todas sus oraciones en los evangelios, utiliza Jesús la palabra distante y formal «Dios» en vez de «Abba» o «Padre». Citaba a un salmo, desde luego, aunque también estaba expresando un profundo sentido de enajenación. Se había abierto una grieta inconcebible en la Deidad. El Hijo se sentía abandonado por el Padre.</span></p> <p align="justify" style="font-family:trebuchet ms;"><span style="font-size:100%;">«El ‘ocultarse’ Dios quizá resulta muchísimo más doloroso en quienes por lo demás están mucho más cerca de Él, y por tanto Dios mismo, hecho hombre, se sentiría el más abandonado de todos los hombres», escribió C. S. Lewis. Sin duda que tiene razón. No importa mucho si me desaira la cajera del supermercado o el vecino que vive a dos cuadras de distancia. Pero si mi esposa con quien he vivido toda mi vida de adulto, de repente corta toda comunicación conmigo, eso sí importa.</span></p> <p align="justify" style="font-family:trebuchet ms;"><span style="font-size:100%;">Ningún teólogo puede explicar adecuadamente la naturaleza de lo que sucedió dentro de la Trinidad ese día en el Calvario. Todo lo que tenemos es un grito de dolor de un hijo que se siente abandonado. ¿Ayudó que Jesús hubiera previsto que su misión en la tierra iba a incluir una muerte así? ¿Le ayudó a Isaac saber que su padre Abraham se limitaba a cumplir órdenes cuando lo ató sobre el altar? ¿Qué hubiera sucedido si no hubiera aparecido ningún ángel y Abraham hubiera atravesado con el cuchillo el corazón de su hijo? ¿Qué hubiera ocurrido entonces? Esto es lo que sucedió en el Calvario y el Hijo lo sintió como abandono.</span></p> <p align="justify" style="font-family:trebuchet ms;"><span style="font-size:100%;">No se nos dice lo que Dios el Padre exclamó en ese momento. Sólo lo podemos imaginar. El Hijo se convirtió en «hecho por nosotros maldición», dijo Pablo en Gálatas, y «al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado», escribió a los corintios. Sabemos qué siente Dios acerca del pecado; el sentido de abandono es probable que se experimentara en ambas direcciones.</span></p> <p align="justify" style="font-family:trebuchet ms;"><span style="font-size:100%;">Dorothy Syers escribe: «Es el único Dios que tiene una cita con la historia… No hay una ubicación más sorprendente de frases que la que, en el Credo de Nicea, coloca estas dos afirmaciones simplemente una junto a otra: ‘Dios de Dios… Padeció bajo Poncio Pilato.’ En todo el mundo, miles de veces al día, los cristianos recitan el nombre de un relativamente insignificante procónsul romano… simplemente porque ese nombre deja establecida, dentro de un margen de pocos años, la fecha de la muerte de Dios.»</span></p> <p align="justify" style="font-family:trebuchet ms;"><span style="font-size:100%;">A pesar de la vergüenza y de la tristeza que todo esto produce, de alguna forma lo que ocurrió en una colina llamada Calvario se pude conjeturar que se convirtió en el hecho más importante de la vida de Jesús, para los autores de los Evangelios y de las Epístolas, para la Iglesia y si es posible la especulación en asuntos como éstos, también para Dios.</span></p> <p align="justify" style="font-family:trebuchet ms;"><span style="font-size:100%;">Le tomó tiempo a la Iglesia reconciliarse con la ignominia de la cruz. Los padres de la Iglesia prohibieron representarla en ninguna forma artística, hasta el reinado del emperador Constantino, quien tuvo una visión de la cruz y quien también la prohibió como forma de ejecución.<b>3</b> Así pues, no fue sino hasta el siglo cuarto en que la cruz se convirtió en símbolo de la fe. (Como señala C. S. Lewis, la crucifixión no se volvió común en el arte hasta que no hubieron muerto todos los que la habían visto en la realidad.)</span></p> <p align="justify" style="font-family:trebuchet ms;"><span style="font-size:100%;">Ahora, sin embargo, el símbolo está en todas partes: los artistas moldean oro para darle la forma del instrumento romano de ejecución, los jugadores de béisbol se hacen la señal de la cruz antes da salir a batear y los fabricantes de dulces incluso hacen cruces de chocolate para que los fieles se las coman en Semana Santa. Por raro que parezca, el cristianismo se ha convertido en una religión de la cruz; la horca, la silla eléctrica y la cámara de gas, en términos modernos.</span></p> <p align="justify" style="font-family:trebuchet ms;"><span style="font-size:100%;">Normalmente pensamos que alguien que muere como un delincuente es un fracasado. Sin embargo, el apóstol Pablo reflexionaría luego acerca de Jesús: «Despojando a los principados y a las potestades, los exhibió públicamente, triunfando sobre ellos en la cruz.» ¿Qué quiso decir? </span></p> <p align="justify" style="font-family:trebuchet ms;"><span style="font-size:100%;">En un nivel, pienso en personas de nuestro tiempo que despojan a las potestades. Los comisarios de policía racistas que encerraron a Martin Luther King Jr. en sus celdas, los soviéticos que deportaron a Solzhenitsyn, los checos que metieron en la cárcel a Václav Havel, los filipinos que asesinaron a Benigno Aquino, las autoridades de Sudáfrica que encarcelaron a Nelson Mandela; todos ellos pensaron que resolvían un problema, pero en lugar de eso, todo concluyó con el desenmascaramiento de su propia violencia e injusticia. El poder moral puede tener un efecto que desarma.</span></p> <p align="justify" style="font-family:trebuchet ms;"><span style="font-size:100%;">Cuando Jesús murió, incluso un torpe soldado romano se sintió movido a exclamar: «Verdaderamente este hombre era justo». Vio con demasiada claridad el contraste entre sus violentos colegas y su víctima, que los perdonó cuando ya expiraba. La pálida figura clavada a un madero ponía de manifiesto que los poderes que mandaban en el mundo era dioses falsos que violaban sus propias elevadas promesas de compasión y justicia. La religión, no la falta de religión, acusó a Jesús; la ley, no la ilegalidad, lo hizo ejecutar. Con sus juicios tendenciosos, sus azotes, su violenta oposición a Jesús, las autoridades políticas y religiosas de ese tiempo pusieron de relieve lo que realmente eran: mantenedores del sistema establecido, defensores sólo de su propio poder. Cada uno de sus ataques a Jesús ponía de manifiesto cuán ilegítimos eran.</span></p> <p align="justify" style="font-family:trebuchet ms;"><span style="font-size:100%;">Los ladrones que fueron crucificados a sendos lados de Jesús mostraron dos respuestas posibles. Uno se burló de la impotencia del Mesías: ¿Un Mesías que ni siquiera se puede salvar a sí mismo? El otro reconoció una clase diferente de poder. Aceptó el riesgo de la fe para pedirle a Jesús: «acuérdate de mí cuando vengas en tu reino.» Nadie más, a no ser en son de burla, se había dirigido a Jesús como rey. El ladrón en trance de muerte vio con más claridad que ningún otro la naturaleza del reino de Jesús.</span></p> <p align="justify" style="font-family:trebuchet ms;"><span style="font-size:100%;">En un sentido, los dos ladrones presentan la elección que la historia toda ha tenido que hacer acerca de la cruz. ¿Vemos en la impotencia de Jesús el ejemplo de la impotencia de Dios o la prueba del amor de Dios? Los romanos, formados con el pensamiento del poder de deidades como Júpiter, pudieron reconocer muy poca semejanza a Dios en un cadáver maltratado que colgaba de un madero. Los judíos devotos, alimentados con relatos de un Jehová poderoso, vieron muy poco digno de admiración en este Dios que moría débil y lleno de vergüenza. Como Justino Mártir muestra en su «Diálogo con el judío Trifón», la muerte de Jesús en la cruz fue para los judíos un argumento decisivo en contra de su condición de Mesías; la crucifixión había colmado la maldición de la ley.</span></p> <p align="justify" style="font-family:trebuchet ms;"><span style="font-size:100%;">Incluso así, con el paso del tiempo fue la cruz en la colina la que cambió el panorama moral del mundo. Escribe M. Scott Peck: No puedo ser más específico acerca de la metodología del amor que citar estas palabras de un anciano sacerdote que pasó muchos años en la línea de combate: «Hay docenas de maneras de ocuparse del mal y varias formas de vencerlo. Todas ellas son facetas de la verdad que la única forma definitiva de vencer el mal es dejar que se consuma dentro de un ser humano vivo y dispuesto. Cuando se absorbe como sangre en una esponja o una lanza en el corazón de uno, pierde su poder y ya no puede continuar.» </span></p> <p align="justify" style="font-family:trebuchet ms;"><span style="font-size:100%;">Sólo se puede curar el mal —científicamente o de cualquier otro modo— con el amor de las personas. Se requiere un sacrificio voluntario… No sé cómo se produce esto. Pero sí sé que lo hace… Cuantas veces ocurre, se produce un ligero cambio en el equilibrio de poderes en el mundo.</span></p> <p align="justify" style="font-family:trebuchet ms;"><span style="font-size:100%;">El equilibrio de poderes cambió más que ligeramente ese día en el Calvario por causa de aquel que absorbió el mal. Si Jesús de Nazareth hubiera sido una víctima inocente más, como King, Mandela, Havel y Solzhenitsyn, hubiera dejado una huella en la historia para luego desaparecer. Ninguna religión hubiera podido surgir a su alrededor. Lo que cambió la historia fue la conciencia que se fue despertando en los discípulos (fue necesaria la resurrección para convencerlos) de que Dios mismo había escogido el camino de la debilidad. La cruz redefine a Dios como el que estuvo dispuesto a abandonar el poder por amor. Jesús se convirtió, en frase de Dorothy Sölle, en «el desarme unilateral de Dios.» </span></p> <p align="justify" style="font-family:trebuchet ms;"><span style="font-size:100%;">El poder, por bien intencionado que sea, tiende a causar sufrimiento. El amor, por ser susceptible, lo absorbe. En un punto de convergencia en una colina llamada Calvario, Dios renunció a uno por el bien del otro.</span></p> <p style="font-family: trebuchet ms;" align="justify"> </p><p style="font-family: trebuchet ms;" align="justify"> </p><ol style="font-family:trebuchet ms;"><span style="font-size:100%;"><li> <div align="justify">Una de las grandes difamaciones de la historia ha sido la de acusar al pueblo judío de ser totalmente responsable de la muerte de Jesús. Nadie ni siquiera piensa en acusar a los italianos actuales por lo que sus antepasados hicieron hace diecinueve siglos. Joseph Klausner escribe: «Los judíos, como nación, fueron mucho menos culpables por la muerte de Jesús de lo que fueron los griegos, como nación, por la muerte de Sócrates; pero ¿a quién se le ocurriría en la actualidad pensar en pedir cuentas a sus compatriotas, el pueblo griego actual, por la sangre de Sócrates el griego? Sin embargo, en estos diecinueve siglos, el mundo ha seguido pidiendo cuentas a los judíos por la sangre de Jesús el judío; los judíos ya han pagado el castigo, y lo siguen pagando en ríos y torrentes de sangre.» Esto a pesar de que Jesús dijo que había venido para «las ovejas perdidas de la casa de Israel», y a pesar de que casi todos los primeros cristianos fueron judíos.</div> </li><li> <div align="justify">Los comentarios han observado que el relato de Mateo y Marcos es una de las pruebas más sólidas de que disponemos de un relato auténtico de lo que sucedió en el Calvario. ¿Por qué razón pondrían los fundadores de una nueva religión semejantes palabras de desesperación en los labios de su héroe moribundo a no ser que fuera esto precisamente lo que dijo?</div> </li><li> <div align="justify">Según el historiador Michael Grant, Constantino tuvo poco interés en la persona misma de Jesús y encontraba desconcertante la crucifixión. En una ironía notable, vio «la cruz no tanto como un emblema de sufrimiento sino como un tótem mágico que confirmaba su propio triunfo. Constantino transformó la cruz de símbolo de amor y humillación por sacrificio en un símbolo de triunfo: la hizo pintar en los escudos de sus soldados. </div></li></span></ol><span style="font-size:85%;"><span style="font-size:85%;"> </span></span> <p align="justify"><span style="font-size:85%;"><span style="font-size:85%;"><span style="font-size:85%;"><strong>Tomado del libro El Jesús que nunca conocí, de Philip Yancey, Editorial VIDA, 1996, pp. 189–208. Usado con permiso.</strong></span></span></span></p><p style="text-align: right;"><span style="font-size:85%;"><span style="font-size:85%;"><span style="font-size:85%;"><strong><span style="font-size:100%;"><span style="font-weight: normal;">Fuente: <a href="http://www.desarrollocristiano.com/site.asp?seccion=arti&articulo=848">Desarrollo Cristiano</a></span></span><br /></strong></span></span></span></p><div class="blogger-post-footer">Phillip Yancey en Español.</div>Anyulhttp://www.blogger.com/profile/13970052852527981843noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-8946395308558543919.post-15001100425748837502008-10-05T10:54:00.001-04:302008-10-05T10:54:00.117-04:30Jesús, reacio hacedor de milagros<span style="font-size:100%;"><i>Los milagros han tenido un rol extraño en la historia del cristianismo, proveyendo ocasionalmente una buena razón para la fe, y otras veces dando motivo a la incredulidad.</i></span><br /><br /><span style="font-family: trebuchet ms;font-family:Arial,Helvetica,Sans-serif;font-size:100%;" >El historiador Eduardo Gibbon, por ejemplo, mencionó los «poderes milagrosos atribuidos a la Iglesia Primitiva» como una de cinco razones del crecimiento fenomenal del cristianismo en el Imperio Romano.</span><p style="font-family: trebuchet ms;"></p> <p style="font-family: trebuchet ms;" align="justify"><span style="font-size:100%;">Por otro lado, los reformadores protestantes dieron poca importancia a los milagros, de los que a su parecer había abusado la Iglesia Católica. «El tiempo de los milagros ha pasado», declaró Lutero.</span></p> <p style="font-family: trebuchet ms;" align="justify"><span style="font-size:100%;">Hasta ahora nuestro siglo, dominado por la ciencia, había encontrado poco lugar para los milagros. Repentinamente, las revistas populares publican artículos en primera página sobre milagros de sanidad documentados. Última noticia: ¡los pacientes quirúrgicos se recuperan más rápido cuando otros oran por ellos! Es un cambio repentino. Las personas que no podían soportar los milagros de la Biblia demuestran ahora un interés intenso en milagros que los ayuden.</span></p> <p style="font-family: trebuchet ms;" align="justify"><span style="font-size:100%;">Mientras estaba escribiendo un libro sobre la vida de Jesús, me dediqué a estudiar todos los relatos de milagros en los evangelios, tratando de identificar tendencias. Las observaciones que siguen de ninguna manera constituyen una «filosofía de los milagros». Esto es lo que encontré.</span></p> <p style="font-family: trebuchet ms;" align="justify"><span style="font-size:100%;">1. Los Evangelios nos informan de unas tres docenas de milagros, algunos de sanidad grupal. (Juan nos dice que Jesús hizo muchos otros milagros que no fueron registrados.) Aunque los milagros impresionaron mucho a quienes los presenciaron, afectaron a un grupo relativamente limitado de personas que vivían en un pequeño rincón del mundo. Ningún europeo o chino fue afectado por el toque sanador de Jesús. Claramente, Jesús no vino para solucionar el «problema del dolor» mientras estaba en la tierra. Agustín y otros padres de la Iglesia estaban tan impresionados por los milagros que Jesús no llevó a cabo como con los que ejecutó.</span></p> <p style="font-family: trebuchet ms;" align="justify"><span style="font-size:100%;">2. Jesús resistía los milagros «a pedido» para probarse a sí mismo, aún cuando tuvo oportunidades espléndidas de hacerlo ante Herodes, con Satanás en el desierto, y en respuesta a las autoridades religiosas. Amonestó con severidad a quienes pedían un milagro, llamándolos «una generación malvada y adúltera.»</span></p> <p style="font-family: trebuchet ms;" align="justify"><span style="font-size:100%;">3. Jesús muchas veces trataba de que sus milagros fueran secretos, ordenando a las personas que no dijeran a nadie lo sucedido. Parecía desconfiar de la clase de fe que los milagros podían producir: la atracción que produce un espectáculo o la magia, no el tipo de compromiso sacrificado de por vida que Él requería.</span></p> <p style="font-family: trebuchet ms;" align="justify"><span style="font-size:100%;">4. Los milagros espectaculares producían distancia, no intimidad. Por ejemplo, cuando Jesús calmó la tormenta en el lago, sus propios discípulos se retrajeron de él, aterrorizados. ¿Es posible que esto explique por qué interfería con la naturaleza tan raramente?</span></p> <p style="font-family: trebuchet ms;" align="justify"><span style="font-size:100%;">5. La gente en los tiempos de Jesús no creía en los milagros con más facilidad que las personas en nuestra edad moderna y escéptica. En el capítulo 9 del Evangelio de Juan vemos que los fariseos hicieron una investigación formal para refutar la historia del hombre ciego. Más sorprendentemente aún, los soldados romanos que fueron testigos del mayor milagro, la resurrección, no experimentaron transformación alguna en sus corazones, sino que modificaron su historia a cambio de dinero.</span></p> <p style="font-family: trebuchet ms;" align="justify"><span style="font-size:100%;">6. La mayoría de los milagros de sanidad fueron el resultado de la compasión de Jesús: lo conmovía profundamente ver a otros sufrir. Sin embargo, varias veces Jesús huyó de las multitudes que le pedían cada vez más milagros.</span></p> <p style="font-family: trebuchet ms;" align="justify"><span style="font-size:100%;">7. Jesús tenía más interés en los milagros «espirituales» que en los «físicos». La escena en que el paralítico es bajado desde el techo es un claro ejemplo. «¿Qué es más fácil?» preguntó Jesús, «¿decirle al paralítico "tus pecados han sido perdonados", o decir "Levántate, toma tu camilla y anda"?» El ministerio completo de Jesús nos da la respuesta: la sanidad física era mucho más fácil. El perdón de los pecados requiere un acto de la voluntad de parte de quien lo recibe.</span></p> <p style="font-family: trebuchet ms;" align="justify"><span style="font-size:100%;">Jesús nunca encontró una enfermedad que no pudiera curar, un defecto de nacimiento que no pudiera corregir, un demonio que no pudiera echar fuera. Pero sí encontró escépticos a los que no pudo convencer y pecadores a quienes no pudo convertir. (Muchos ministerios han sido fundados para concentrarse en los milagros físicos, pero sé de pocos organizados para combatir pecados como el legalismo, el orgullo, el deseo sensual o la avaricia.)</span></p> <p style="font-family: trebuchet ms;" align="justify"><span style="font-size:100%;">8. Aunque no solucionaron todos los problemas, los milagros de Jesús constituyeron una señal de cómo el mundo debía ser y algún día sería. Eran, simultáneamente, un recuerdo del mundo antes de la caída y una visión del futuro.</span></p> <p style="font-family: trebuchet ms;" align="justify"><span style="font-size:100%;">En las palabras de R.C. Trench: «No se puede decir que la sanidad de los enfermos vaya contra la naturaleza, ya que la enfermedad que fue sanada iba contra la verdadera naturaleza del hombre. La enfermedad es lo anormal, no la salud. La sanidad es la restauración del orden primitivo».</span></p> <p style="font-family: trebuchet ms;" align="justify"><span style="font-size:100%;">9. Jesús no hizo milagros para recaudar dinero, aumentar su fama, o protegerse. A diferencia de otros hacedores de milagros, no trató de aumentar el misterio ni la sensación de maravilla, ni intentó apelar al sentido de la magia. Y aunque sus discípulos se lo pidieron, nunca hizo milagros para vengarse. </span></p> <p style="font-family: trebuchet ms;" align="justify"><span style="font-size:100%;">10. Jesús también hizo milagros para establecer sus credenciales, es decir, para que cuando declarara quién era tuviera alguna evidencia. «Aunque no me creáis a mí, creed a las obras, para que conozcáis y creáis que el Padre está en mí, y yo en el Padre» (Jn. 10:38).</span></p> <p style="font-family: trebuchet ms;" align="justify"><span style="font-size:100%;">Oro por milagros todo el tiempo: una respuesta humana instintiva cuando las cosas van mal. Sin embargo, cuanto más estudio la vida de Jesús más han cambiado mis oraciones. Ahora trato de orar por el tipo de milagros que Jesús nos demostró.</span></p> <p style="font-family: trebuchet ms;" align="justify"><span style="font-size:100%;"><em>Tomado de Christianity Today. Usado con permiso.</em></span></p> <p style="font-family: trebuchet ms;" align="justify"><span style="font-size:100%;"><em>Philip Yancey es autor de varios libros y uno de los editores de la prestigiosa revista Christianity Today.</em></span></p><div class="blogger-post-footer">Phillip Yancey en Español.</div>Anyulhttp://www.blogger.com/profile/13970052852527981843noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-8946395308558543919.post-22869684326521009652008-09-27T08:57:00.000-04:302008-09-27T09:02:04.860-04:30El autobús del Gran Cañón<p><em>La vida cristiana es acerca del camino así como del destino.</em></p> <p>En mayo, tres meses exactamente antes de la Convención Democrática Nacional en Denver, hablé en la oración del almuerzo en el centro de convenciones que pronto sería llenado con delegados usando sombreros ridículos y silbando pitos. los oficiales de la ciudad ansiosamente organizaban escuadrones de policías para controlar el pelotón que esperaban de manifestantes afuera. Dentro del mismo salón donde nos enfocábamos en la oración, los políticos se tomaban turnos prometiendo girar al país en una nueva dirección y corregir sus fallas.</p> <p>Pensando que decirle a los líderes allí reunidos, recordé una frase del filósofo contemporáneo Jürgen Habermas: la democracia requiere de las cualidades civiles que no puede proveer. Los políticos pueden evocar una visión exaltada de una sociedad prospera, sana y libre, pero ningún gobierno puede suplir las cualidades de honestidad, compasión y responsabilidad personal que subyace en esta visión.</p> <p>Por sus puntos fuertes, los Estados Unidos muestra signos alarmantes de enfermedad. con menos del 5% de la población mundial, tenemos 25% de los prisioneros del mundo - más que Rusia y China unidos. Consumimos la mitad de todas las medicinas del mundo, sin embargo nuestro promedio de salud se sitúa por debajo de la mayoría de las demás naciones desarrolladas. En cada ciudad capital, la gente sin hogar duerme en los parques y bajo los puentes. Y nuestras causas de muerte son auto-infligidos: obesidad, alcohol, enfermedades de transmisión sexual, drogas, violencia, cáncer del medio ambiente. obviamente, los políticos no han solucionado nuestros problemas.</p> <p>George Orwell, al observar la pérdida de fe en Europa (que una vez aplaudió), señaló:</p> <p>Por doscientos años hemos cortado y cortado y cortado la rama en la que estábamos sentados. Y al final, mucho más repentinamente de lo que cualquiera hubiera previsto, nuestros esfuerzos fueron recompensados, y nos vinimos abajo. Pero, por desgracia, hemos cometido un pequeño error. Lo que estaba debajo no era una cama de rosas después de todo, era un pozo negro lleno de alambre de púas... parece ser que amputar el alma no es solamente un trabajo quirúrgico sencillo, como sacar un apéndice. La herida tiene la tendencia de infectarse.</p> <p>Por fortuna, los políticos de E.E.U.U de ambos partidos aún reconocen que la fe juega un papel vital en una sociedad saludable. Las personas de la fe cristiana se encargan de defender una visión diferente. Que este es el planeta de Dios, no nuestro, y mientras este cicatriza más allá de su recuperación, Dios llora. Que el valor de una persona no se determina por la apariencia o sus ingresos o trasfondo étnico o aun su ciudadanía, sino más bien le es otorgado como un regalo sagrado e inviolable de Dios. Que la compasión y la justicia - nuestro cuidado por "mis pequeñines" en las palabras de Jesús - no son valores arbitrarios en acuerdo con políticos y sociólogos, sino mandamientos santos de Aquel que nos creó.</p> <p>Los cristianos no siempre vivimos esta visión. Se nos hace difícil mantener un compromiso con este mundo y el siguiente, con esta vida y la que sigue.</p> <p>Un amigo mío utiliza la analogía de un autobús cargado de turistas camino al Gran Cañón.En el largo camino cruzando de los campos de trigo de Kansas y a través de las gloriosas montañas de Colorado, los viajeros inexplicablemente mantenían las cortinas abajo. Con su intención en el destino final, ni siquiera se molestaban en mirar hacia afuera.</p> <p>Como resultado, pasaron todo su tiempo discutiendo sobre asuntos como quien tiene el mejor asiento y quien está durando mucho tiempo en el baño.</p> <p>La iglesia se parece a ese autobús, dice mi amigo. Debemos recordad que la Biblia tiene mucho más que decir acerca de como vivir durante el viaje que sobre el destino final.</p> <p>Algunas personas de fe tienden a ser lo uno o lo otro. Un terrorista suicidad, por ejemplo, pierde voluntariamente su vida con la esperanza de ser recompensado en la siguiente. Esto contradice totalmente el mensaje cristiano, pues Jesús nos enseñó a orar que la voluntad de Dios se haga "en la tierra como en el cielo". Cuando Jesús habló acerca del Reino de Dios, los describió tomando forma ahora, en este planeta.</p> <p>El mundo no necesita personas "lo uno o lo otro" independientemente de su persuasión - ni el creyente que observa la vida como algo en lo cual resistir simplemente, ni los George Orwell quienes se dan cuenta muy tarde que hemos cortado la extremidad en la que descansaba.</p> <p>En su lugar, necesitamos personas "ambos inclusive", gente devota a las criaturas de Dios y los hijos de Dios al mismo tiempo que a Dios, y tan comprometidos a esta vida como a la que le sigue, a esta ciudad y a la ciudad celestial. De otra manera, la retórica de los demócratas en Colorado, así como la de los republicanos en Minnesota, serán solo eso: retórica vacía. Porque, así como Habermas dice, la democracia de un pueblo libre debe mirar en otro lugar las cualidades que sus ciudadanos necesitan.</p> <p align="right">Fuente: <a href="http://www.christianitytoday.com/ct/2008/september/35.102.html?start=2">Christianity Today</a></p> <div class="blogger-post-footer">Phillip Yancey en Español.</div>Anyulhttp://www.blogger.com/profile/13970052852527981843noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-8946395308558543919.post-3120697822818056102008-08-16T08:00:00.000-04:302008-08-16T08:00:00.850-04:30Encontrado en el espacio<p><i>Cómo CS Lewis ha dado forma a mi fe y la escritura. </i></p><span style="font-family: trebuchet ms;">En primer lugar, encontré a CS Lewis a través de su trilogía del espacio. Aunque quizás no sea su mejor obra, tuvo un efecto sobre mí. Él Hizo lo sobrenatural de manera tan creíble que no podía dejar de preguntar, ¿Qué pasa si es realmente cierto? ¿Qué pasa si hay un Dios y una vida después de la muerte y qué pasa si realmente hay fuerzas sobrenaturales operan entre bastidores en este planeta y en mi vida?</span><br /><br /><span style="font-family: trebuchet ms;"> Yo estaba asistiendo a la universidad a finales de la década de 1960, a tan sólo unos años después de la muerte de Lewis. Pedí más de sus libros de segunda mano en librerías en Inglaterra, porque muchos aún no habían llegado al otro lado del Atlántico. Luché con ellos como en con un luchador y de mala gana me sentía vencido, como lo había estado él mismo Lewis, pataleando y gritando todo el camino hacia el reino de Dios. Desde entonces, Lewis ha sido una compañía constante, una especie de mentor fantasma que se sienta a mi lado, instándome a mejorar mi estilo literario, mi pensamiento y mi visión.</span><br /><br /><span style="font-family: trebuchet ms;"> Lewis me ha enseñado un estilo de enfoque que trato de seguir en mis propios escritos. Citando a William James, "… en la esfera metafísica y religiosa, las razones elocuentes son convincentes para nosotros sólo cuando nuestros sentimientos inarticulados de la realidad se han impresionado a favor de la misma conclusión." En otras palabras, rara vez aceptamos un argumento lógico si no encaja en un sentido intuitivo de la realidad. El reto del escritor es alimentar el sentido intuitivo - como Lewis ha hecho por mí con su trilogía del espacio antes de encontrar su apologética. Lewis se convirtió al cristianismo sólo después de sentir que este le correspondía a sus más profundas aspiraciones, su Sehnsucht. </span><br /><br /><span style="font-family: trebuchet ms;">El trasfondo Lewis del ateísmo y la duda le dio un entendimiento para toda la vida y la compasión para los lectores que no iban a aceptar sus palabras. Él había participado en un gallardo tira y afloja con Dios, sólo para descubrir que el Dios en el otro extremo de la cuerda era totalmente diferente de lo que había imaginado. Del mismo modo, he tenido que superar una imagen de Dios empañada por una iglesia enfurecida y legalista. He luchado fuertemente contra un matón cósmico sólo para descubrir un Dios de gracia y misericordia. </span><br /><br /><span style="font-family: trebuchet ms;">"Mi idea de Dios no es una idea divina," Lewis escribió en un duelo observado. "Tiene que ser destruidas una y otra vez. Él se destruye a sí mismo. Él es el gran iconoclasta.… La Encarnación es el ejemplo supremo, deja en ruinas todas las ideas anteriores del Mesías." Ese libro, publicado cuando su esposa muere una muerte cruel de cáncer de hueso, desestabiliza a algunos lectores. Lewis se había ocupado de la teodicea filosóficamente en el problema del dolor, pero sus argumentos sistemáticos se derritieron mientras observaba el proceso de devastación física en la mujer que amaba. Creo que los dos libros deben leerse en conjunto, porque la combinación de respuestas finales y agonía existencial refleja el patrón bíblico. La Cruz salvado el mundo, pero, oh, a qué precio. </span><br /><br /><span style="font-family: trebuchet ms;">Lewis vio el mundo como un lugar que vale la pena ser salvado. A diferencia de los monjes de la Edad Media y los legalistas de los tiempos modernos, no veía ninguna necesidad de retirar y negar todos los placeres. Le gustaba la bebida, una calada de la pipa, una reunión de amigos, una ópera de Wagner, escalar en los campos de Oxford. Los placeres de la vida son realmente buenos, pero no lo suficientemente buenos, ellos son "sólo el aroma de una flor que no hemos encontrado, el eco de una melodía que no hemos escuchado, las noticias de un país nunca hemos visitado aún." </span><br /><br /><span style="font-family: trebuchet ms;">He encontrado en Lewis un raro equilibrio precario de abrazar el mundo sin idolatrarlo. Por todos sus defectos, este planeta tiene las marcas del diseño original, rastros de belleza y alegría que recuerdan y anticipan la intención del Creador. </span><br /><br /><span style="font-family: trebuchet ms;">A excepción de autores modernos, Lewis me enseñó a anticipar el cielo: "Somos criaturas muy tibias, jugando con la bebida y el sexo y la ambición cuando se nos ofrece alegría infinita, al igual que un niño ignorante que quiere ir a hacer pasteles de lodo en un barrio porque no puede imaginar lo que significa unas vacaciones en el mar." </span><br /><br /><span style="font-family: trebuchet ms;">Dudo que Lewis alguna vez previó que casi la mitad de un siglo después de su muerte varios millones de personas cada año compra uno de sus decenas de libros que se encuentran impresos , y que los estudios Disney producirían las películas basadas en Narnia con subproductos disponibles en cada centro comercial. Si estuviera informado de este hecho, probablemente retrocedería alarmado. </span><br /><br /><span style="font-family: trebuchet ms;">Nosotros los escritores no somos sustantivos, solía decir. Somos simplemente adjetivos, apuntando a la gran Sustantivo de la verdad. Lewis hizo eso, con fidelidad y magistralmente, y porque lo hizo, muchos miles han llegado a conocer y amar a ese Nombre. </span><br /><span style="font-family: trebuchet ms;">Incluyéndome a mí. </span><br /><br /><span style="font-family: trebuchet ms;">Adaptado de <span style="font-style: italic;">Meros cristianos: Historias Inspiradoras de Encuentros con CS Lewis</span>, Editorial Baker.</span><br /><br />© Christianity Today, <span style="font-weight: bold;">Julio</span><b>, 2008</b>. Usado con permiso. Todos los derechos reservados.<br /><a href="http://www.feedburner.com/fb/a/emailverifySubmit?feedId=2168944&loc=es_ES">Subscribete a Philip Yancey | Español por Email</a><div class="blogger-post-footer">Phillip Yancey en Español.</div>Anyulhttp://www.blogger.com/profile/13970052852527981843noreply@blogger.com13tag:blogger.com,1999:blog-8946395308558543919.post-42845638737570520002008-08-10T10:40:00.000-04:302008-08-10T10:40:01.175-04:30Entre besos y cenizas<span style="font-style: italic;">¿Cómo es que la palabra adoración se convirtió en sinónimo de música? La adoración hoy significa llenar con elevados decibeles cada espacio de silencio. Sin embargo, la auténtica adoración se construye sobre dos actitudes: amor y temor de Dios.</span><br /><p style="font-family: trebuchet ms;" class="p1"><span style="font-size:100%;">El cristianismo ocupa un lugar único entre las religiones del mundo. Nuestra fe proclama a un Dios ante el cual aun los más grandes santos se quitaron el calzado, cayeron sobre su rostro y se arrepintieron en polvo y cenizas. A la misma vez, revela a un Dios que se presentó sobre la tierra en forma de bebé, mostró tiernas bondades hacia los niños y los débiles, nos enseñó a llamarle «Abba» y amó y fue amado. El Señor es, a la vez, trascendente e inmanente, según nos dicen los teólogos. Nos inspira al espanto como al amor, al temor como a la amistad.</span></p> <p style="font-family: trebuchet ms;" class="p1"><span style="font-size:100%;">A la mayoría en esta época, sin embargo, se le hace sumamente difícil sentir temor. Hemos domesticado a los ángeles para convertirlos en juguetes y decoraciones navideñas, creado caricaturas de Pedro frente a las puertas del cielo, amansado el fenómeno de la resurrección con huevitos de pascua, y sustituido el asombro de los pastores y reyes magos por graciosos duendes y un simpático gordo vestido de rojo. Nos referimos al Dios todopoderoso con apodos tales como «el jefe» o «el de allá arriba».</span></p> <p style="font-family: trebuchet ms;" class="p1"><span style="font-size:100%;">En un artículo publicado en la revista <i>Christianity Today</i>, en febrero de 2005, volví a escribir sobre un tema recurrente en mi vida.</span><span class="Apple-converted-space" style="font-size:100%;"> </span><span style="font-size:100%;">¿Cómo es que la palabra <i>adoración </i>se convirtió en sinónimo de música? Por varios meses mi propia congregación salió a buscar un «pastor de adoración», y un desfile de candidatos con guitarra aparecieron en la iglesia, acompañados de sus músicos. Algunos oraron: «Señor, tú sabes, acompáñanos esta noche, como que queremos sentirte, ¿entiendes?» Pocos revelaron algún conocimiento de teología; ni uno solo logró conducirnos hacia una experiencia de asombro. La adoración, hoy, significa llenar con elevados decibeles cada espacio de silencio.</span></p> <p style="font-family: trebuchet ms;" class="p1"><span style="font-size:100%;">Doy gracias por el espíritu de celebración y gozo que acompañan muchas de las innovaciones musicales en la Iglesia. No obstante, me pregunto qué es lo que se nos ha perdido cuando intentamos reducir la distancia entre criatura y Creador, una distancia tan admirablemente descripta por Job, Isaías y los salmistas. Juan, el discípulo amado por Jesús, en cuyo pecho se había recostado, nos dice en el Apocalipsis que, frente a la aparición de Cristo en toda su gloria, ¡cayó como muerto a sus pies!</span></p> <p style="font-family: trebuchet ms;" class="p1"><span style="font-size:100%;">El estilo de la adoración oscila, como un péndulo, entre un extremo y otro, de lo ortodoxo a lo carismático, de lo anglicano a lo menonita, de lo luterano a lo moravo, de iglesias estatales a movimientos emergentes contraculturales. Quizás necesitemos combinar algo de cada extremo. Søren Kierkegaard alguna vez dijo que hablamos de adoración como si el pastor y los músicos fueran los actores, y la congregación los espectadores. En realidad, Dios debería ser el espectador, el pastor y los músicos los apuntadores y la congregación los verdaderos participantes. </span><span class="Apple-converted-space" style="font-size:100%;"> </span></p> <p style="font-family: trebuchet ms;" class="p1"><span style="font-size:100%;">Todo esto nos lleva a una interesante pregunta: ¿Qué clase de música prefiere Dios? Tendremos mucho tiempo para descubrir la respuesta a esto, pues el Apocalipsis nos revela muchas escenas en que las criaturas adoran a Dios con música y oración.</span></p> <p style="font-family: trebuchet ms;" class="p1"><span style="font-size:100%;">El filósofo y escritor judío Abraham Herschel nos dice que «el asombro, a diferencia del temor, no nos lleva a alejarnos del objeto que nos inspira este asombro sino, por el contrario, a acercarnos cada vez más a él».</span><span class="Apple-converted-space" style="font-size:100%;"> </span><span style="font-size:100%;">Se dice que Martín Lutero oraba con la reverencia de quien se dirige a Dios y la osadía de quien se acerca a un amigo.</span></p> <p style="font-family: trebuchet ms;" class="p1"><span style="font-size:100%;">Conozco un líder de adoración, con un creciente impacto sobre la música cristiana, que intenta mantener una sana tensión entre los elementos de la amistad y el temor.</span><span class="Apple-converted-space" style="font-size:100%;"> </span><span style="font-size:100%;">Matt Redman, autor de varias canciones de profundo contenido, dirige el grupo <i>Soul Survivor, </i>que se reúne en un gran depósito en Londres, Inglaterra. Un año, preocupados por la tendencia en la adoración de centrarse cada vez más en los músicos, él y el pastor de la congregación tomaron una atrevida decisión: quitaron la música de los cultos.</span><span class="Apple-converted-space" style="font-size:100%;"> </span><span style="font-size:100%;">El resultado de ese período de «ayuno musical» fue una más acabada comprensión de la adoración. Tal como lo compartiera en una entrevista radial, Redman dice:</span></p> <p style="font-family: trebuchet ms;" class="p6"><span style="font-size:100%;">Efesios 5.10 resume con elocuencia lo que significa la adoración cuando nos anima a «comprobar lo que es agradable a Dios». Si estamos hablando de la música resulta claro que debemos traer a él una ofrenda que le resulte gratificante. Es obvio que la preocupación del Señor no es por el estilo o el ritmo que tenga la música. Cuando nos derramamos por medio de la música y lo respaldamos con las acciones de nuestra vida, nos hemos acercado a la esencia de lo que significa ser un adorador.</span></p> <p style="font-family: trebuchet ms;" class="p1"><span style="font-size:100%;">Un álbum que grabó Redman en 1998, <i>The Friendship and the Fear</i> (La amistad y el temor), toma su título de un verso del Salmo 25: «La comunión íntima de Jehová es con los que lo temen» (v. 14).</span><span class="Apple-converted-space" style="font-size:100%;"> </span></p> <p style="font-family: trebuchet ms;" class="p1"><span style="font-size:100%;">Redman continúa explorando la relación entre la amistad y el temor, pues la adoración auténtica abarca ambos aspectos. Es la respuesta apropiada a un Dios santo que extiende a seres humanos imperfectos una invitación a la intimidad. En el texto hebreo del Antiguo Testamento la palabra principal para adoración significa «postrarse en una actitud de reverencia y sumisión». En el texto griego del Nuevo Testamento, la expresión más común para adoración significa «adelantarse para besar». Entre estas dos posturas —o la combinación de ambas— se encuentra nuestra mejor ofrenda a Dios.</span></p> <p style="font-family: trebuchet ms; text-align: center;" class="p1"><span style="font-size:100%;"><i>Se usa con permiso de Christianity Today, © 2005, publicado por Christianity Today International. Todos los derechos reservados.<span style="font-weight: bold;"><br /></span></i></span></p><p style="font-family: trebuchet ms; text-align: right;" class="p1">Fuente: <a href="http://www.desarrollocristiano.com/site.asp?seccion=arti&articulo=1858">Desarrollo Cristiano</a><br /><span style="font-size:100%;"><i><span style="font-weight: bold;"></span></i></span></p><div class="blogger-post-footer">Phillip Yancey en Español.</div>Anyulhttp://www.blogger.com/profile/13970052852527981843noreply@blogger.com2