martes, 31 de marzo de 2009

¿Le importa a Dios?

En un año terrible, tres de mis amigos murieron en una rápida sucesión. Mi experiencia de las dos primeras muertes no me ayudó para nada con la tercera. No hice menos que llorar.

Extrañamente encuentro reconfortante que cuando Jesús enfrentó el dolor, respondió de la misma manera en que yo lo hice. Me reconforta que lloró cuando su amigo Lázaro murió (Juan 11:32-36). Esto nos da una pista de inicio sobre como Dios pudo haberse sentido acerca de mis amigos, a quienes también amó.

Y en el jardín la noche antes de su crucifixión, Jesús no oró "Oh, Señor, estoy tan agradecido que me has escogido para sufrir en tu nombre". No, experimentó tristeza, temor, abandono, y aun hasta desesperación. Hebreos nos cuenta que Jesús apeló "con lágrimas y clamor vehemente a Aquel que era capaz de librarlo de la muerte" (Hebreos 5:7). Pero Él no fue salvado de la muerte.

Es mucho decir que Jesús mismo se hizo la misma pregunta que nos atormenta: ¿Le importa a Dios? ¿Cuál otro puede ser el significado de su cita del oscuro salmo: "Dios mío, Dios mío, por qué me has desamparado? (Salmos 22:1, Marcos 15:34)

Jesús Resistió en Su dolor porque Él sabía que su Padre es un Dios de amor en quien se puede confiar sin importar la apariencia de las cosas. Él demostró fe en que la última respuesta a la pregunta ¿Le importa a Dios? ¿es un rotundo Si!

Comentarios:

Publicar un comentario

blog comments powered by Disqus